sábado, 13 de septiembre de 2008

Caminando, aún.

Siguiendo una antigua costumbre familiar,
como el tiempo no lo impide, sigo caminando.
Es un hábito respetable. Aunque cuando muchos
han llegado, yo apenas he salido. Cuando tantos
han terminado, iluso, yo casi estoy empezando.
Ni siquiera eso, no he encontrado la punta de la vida.
Estoy retrasado. Tanto que no encuentro palabras
que expresen lo que siento. Tanto que no sé razonar
mis sentimientos y me confundo. También
choco y sufro. Como siempre.


En este breve tiempo he recorrido
muchas calles, bastantes, algunas, una.
No he aprendido demasiado, soy torpe.
Vuelvo a leer mis ingenuos poemas de hace años,
son este mismo: variaciones para un niño asustado.
Un entusiasta aprendiz con pocos materiales.
Un hombre curioso buscando por las esquinas
Aunque ¿no será todo esto una exageración?
Alguna desmesura encierran tantas palabras,
tanta búsqueda inútil.

En Finisterre, en las noches de agosto, levanto
la mirada al cielo y me rompen las estrellas,
hay demasiadas, demasiado lejos.
¿Qué habrá detrás?
Aquí hablando sobre esto y aquello:
¿me quiere?, ¿la quiero? y las estrellas ahí.
A veces, alguna, fugaz, cruza sobre nuestro tedio,
¿las has visto?, ¿dónde van?

Ahí es cuando ya no entiendo nada.
Bueno, no entendía nada desde antes.
Desde que mi madre me besaba
cuando volvía del colegio.
Nunca un beso fue más dulce.


Desde que me perdí por primera vez
en una esquina de la Ciudad Jardín.
Nunca antes había amado.

Desde que aquella tormenta de verano
se llevó mi niñez.
Nunca antes había sido tan difícil.


Desde que tantos libros, tanta música,
sólo me han dado sentimiento.
Nunca respuestas.

Desde que tantas personas entrando
y saliendo en mi vida
me han llenado de preguntas.

Aquí voy, tropezando, levantándome
cada mañana, buscando el mostrador
donde actualizar el manual que me dieron
hace tanto que se quedó viejo, tramposo,
desfasado. Todo aquello que me enseñaron
era mentira. Una solemne y gran mentira
- gris, mediocre, opresora-
pintada de purpurina, tan falsa
como los que me la enseñaron.
Me aplico en desaprender lo que aprendí.

Vale, entendido, y ahora
¿dónde está la verdad? ¿quién la tiene?
Quizás solo exista una gran verdad: amor.
Damos vueltas y vueltas sobre la vida.
Una sola sobre la muerte. No la tenemos prevista.
Estamos mareados de tantas vueltas.
Somos como un barco naufragado,
varado en una playa, afanosos nativos desguazan su quilla
para obtener chatarra, parece una fotografía de Salgado,
un corazón en blanco y negro.

Ahora me paro para saborear el milagro,
llega una vez cada un millón de existencias,
en una ocasión cada siglo.
Me tocó a mí.
Figúrate que suerte.
No te extrañes si me ves cantando
bajo los balcones del aire.
No pienses que estoy loco
si me disfrazo de grillo, de brisa,
de otro.

El destino me dio las respuestas
y estoy aquí,
celebrándolo,
ebrio,
confuso,
feliz,
perdido,
pero en el camino,
sólo me quedan cien años
para aprender.


Mientras tanto, ella y yo,
vamos a disfrutar de la risa,
de querernos.

21 comments :

Anónimo dijo...

Pues espero que sigas muchísimo tiempo más sin llegar a ninguna parte, siempre por detrás del resto, confuso... y escribiendo esto poemas de niño asustado.

Desde que empecé a leerte no he podido parar. Glup.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, elshowdefusa, no sé si detrás del resto, detrás de mí mismo al menos.
Como la canción: “no pares, sigue, sigue.”
Te lo agradezco.
Un beso.

Lena yau dijo...

Tienes mucha suerte con las estrellas fugaces.

Voy a tener que auscultar una noche contigo.

Mejor no te doy mi idea del amor...que me cargo el desyuno tan exquisito que me has preparado hoy.

El niño asustado mola.

Besos, varios...

Lena yau dijo...

(A esto lo llaman timing...jajajajaja)

Pedro M. Martínez dijo...

No es suerte Lena, es que miro mucho al cielo.
Lo de auscultar, espero que sea mutuo, una auscultación compartida, entre exploración y descubrimiento del Amazonas.
Dámelo (tu idea del amor) (en privado, este blog lo leen niños)
Ni niño (ay), ni asustado (puff, un león), pero a veces salen estas cosas.
(Ya ves, uno no se libera de esa educación de hombre que no puede demostrar presuntas debilidades. Señor.)
Besos (en la resaca).
Me voy a tomar un café.(doble)

¿Timing? tú sí que estás...

Catalina dijo...

me encanto esto!!!!!

gaia07 dijo...

Nada de lisonjas ni halagos gratuitos.
Esta vez nada de decirte lo bueno que eres, ni lo bien que lo haces (escribir digo, de lo demás, se lo preguntaremos a “ella”).

¡¡¡Vaya pedazo de texto!!! Es una gozada “dejarse embargar por las delicias del comprender”, con tu estilo expresivo y desenfadado, haciendo que la máquina del pensamiento no chirrie mientras leemos, y nos llevas, con asombrosa calma, a nuestras propias respuestas.
Disfruta, disfruta a gusto. Yo voy a volver a leerlo. Un beso querido amigo.

Anónimo dijo...

Todo un placer leerte. Gracias

Anónimo dijo...

Enhorabuena!!

Pedro M. Martínez dijo...

Me alegro Axtlan. Gracias

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias gaia07.
Lo de hacerlo...según a qué “ella” preguntes. (...)
El texto es sincero pero sin altura literaria, adolescente (y eso me queda lejos), escrito en un momento de..., bueno, tampoco voy a contar todo.
Muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Favor que me haces Lobito.
A tus pies.

Pedro M. Martínez dijo...

hnh, ¡¡¡estás viva!!!
¡¡¡Viva!!!
¿Qué te han parecido las olimpiadas?
Besos.

hacernohaciendo dijo...

jajaja, siempre he estado viva, otra cosa es que no me manifieste.
de las olimpiadas seguramente sé menos que tú, ya que no suelo ver noticias, ni ver la tele.

Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Espíritu de hacernohaciendo, ¡manifiéstate! (con voz cavernosa)
¿Cómo han sido en China? (claro, listo, China es como un barrio de Baracaldo)
Un beso.

Anónimo dijo...

Si, quizás sólo exista una gran verdad. Y hay que pararse sin detenerse para saborear el milagro.
Glup, este poema solo tiene de adolescente la frescura de su aparente sencillez.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias dama shandy, fresco sí que es, como yo.
Aquí solo hay productos del día, todo recién cogido de la huerta.
De la mía, claro.

PERSA dijo...

Los leo y me remiten a parajes, a imágenes que alguna vez leí o imaginé. Los leo y me gusta imaginarlos en un café cobijándose de la lluvia y hablando como hablan aquí. Y con esa música de fondo.

Persalejanaytrasatlántica

Pedro M. Martínez dijo...

PERSA, es que cada uno habla como se habla aquí. Solo cambia el aquí. Y el uno. A veces el uno cambia el lenguaje, incluso su aquí. Y entonces ya no hay quién entienda nada.
Saludos en miércoles.

mirada dijo...

Eres tan bueno...
Muchos besos, corazonciño, me encanta releerte, la de cousiñas que pasan por mi cabeza.
Eres un sol.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, en ingles ser y estar es lo mismo.
En castellano no.
Soy bueno sí, pero solo porque no puedo ser malo ( a veces).
Por mi cabeza también pasan muchas cosas cuando pienso en ti
Muchas, muchas.
Soy afortunado por ser tu amigo.
Guapa

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