Esta canción está dedicada a los que
te regalan esa frase oportuna.
Y a los elefantes.
Va por vosotros.
Otra vez. Como un mordisco fiero.
Un desgarro. El día llega con clarines de alegría. El silencio lo convirtió en
barritar de elefantes desbocados por las estancias indias de Liz Taylor,
películas de catequesis, imágenes que se confunden con otras realidades. Un
ejemplo: la ausencia.
Alguien/algo asoma la pata por
debajo de la puerta -“Hola, no soy el lobo”- y confiado, como un imbécil, abro
la puerta y no entra nadie, viento lobo, ausencia del lobo, frustración de los
tres cerditos y la mía propia, esta vez tampoco me come, tampoco muerde con sus
dientes esta carne tersa que palpita y espera, estos músculos del alma que se
debilitan ante cada intento.
Incertidumbre o duda,
decía Larralde, debe ser eso, o no, debe ser que la Estela de la flota deja
surcos de los que no se puede salir, caminos de la mar de la mente, vallados
senderos que no dejan ver a los lados. Agito banderas, tremolan, esparzo flores
por el agua limpia, inútil tarea, -cállate, so bobo- me estoy gastando una
fortuna en orquídeas, me estoy arruinando, me estoy convirtiendo en una sombra
de mi propia sombra, es decir, nada, es decir un fugaz intento que se escapa
por el albañal del tiempo. Reata de ciegos ciegas caminando hacia la
ancianidad, voy el primero y mi pie derecho tantea un (el) abismo.
Vale, ya no me pego a mí mismo,
-algo es algo, chaval- . Añoro el color de la sangre por mi frente cuando me
lanzaba de cabeza contra su pared, una y otra vez, hasta que las piernas no me
respondían, hasta que con los gritos se despertaban las comadres del barrio y
me curaban –pobrecito-, me vendaban el corazón y como nuevo, nunca he sido
nuevo, siempre he sido de segunda mano, desvencijado amor de principio de
siglo, castillo en ruinas, pajar en llamas y ya huele a chamusquina.
Ahora nos sentamos, nos damos las
manos, formamos ese círculo mágico tan caro y susurramos “ohmmmmmmmmm”. Hala,
vamos a la cama que para hoy son demasiadas emociones. Sólo a dormir, que tengo
las carnes esparcidas por demasiados espacios siderales. Hasta mañana. Feliz semana santa. O lo que sea. Beso.