martes, 18 de noviembre de 2025

Ventana con luz

 


Buenas noches o cuando lo leas, ya has llegado, ya estás en casa, quizás has vuelto a la pata coja, pero has llegado, lenta, segura, pensando, encantada, feliz, cansada, debe ser la edad, veo el brillo, sigo el rastro y luego todo es sencillo, muy fácil, basta ser quién eres, magia, ahora lo entiendo, no creas no es tan fácil reír con libertad (ser libre sí que es difícil), resulta que somos así hasta que nos descubrimos en otro/a, por sorpresa, somos asá, después ya todo es diferente porque asá es encantador y un buen amante, sabe decir la palabra oportuna y todo eso  hace que te  sientas tan, tan bien, pero luego hay que volver y todo es como era, entonces te das cuenta que has entrado en el lado oscuro, sobre todo te das cuenta que quieres volver a ese lado oscuro, que quieres ser ese, así, asá, que jamás habías sentido de esa manera, tu mente, tu cuerpo, tus emociones, que jamás te habían besado de esa forma, que nunca habías perdido el control, la contención, que rozabas la enajenación (solo unos segundos, un zass) y eso es tan terrible, tan inquietante, tan excitante, tan nuevo, y un paso lleva a otro paso y un curso en Medellín, una insólita cena en Caracas, un retiro espiritual no sé dónde, mentiras para encontrar tu propia verdad, engañándote, esa que tiembla eres tú,  que te escribo escribiéndome, quizás no hay nada que decir y todo está dicho, me asombro de lo que puedo ver, me asusto de mi ceguera, voy y vengo, muchas veces en círculo, hablo de ti pero seguro que hablo de mi y reconoces esa sombra,  la angustia,  las ganas de salir, de noche, buscarle/a, no hay tantas historias para contar, las nuestras seguro que coinciden, alguien que te desea, el tiempo pasa pero alguien te desea, suspira, gime, se estremece a tu lado, sabes que estás viva/o y tienes que sujetarte las manos para no aplaudir. Ya. El resto lo pones tú, mujer, me ha salido así, aún no te he leído y se me ha encendido una luz, esta, he intentado contarte ¿se puede contar la luz? Seguiremos (¿?) en esta semana gloriosa, espero, amanece, buenos días, las calles están llenas de gente, desiertas.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Paso a paso

Krzysztof Gil — Caged Bird
 

Hubo un tiempo, hace nada, en que estas cosas me preocupaban, me inquietaban, a veces me molestaban. Ya no, he aprendido.

El camino se hace paso a paso.

No sé a qué te refieres.

Yo tampoco, me gusta comentarlo.

Lo paradójico es que menos es más.

Es sorprendente.

¿De qué hablas?

Cosas mías, me animo, me estimulo, me hablo al espejo.

¿Hace mucho que no pasas por la consulta?

Sí, este/ese es un caso perdido.

Nada, ánimo.

Gracias.

A ti por venir.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Ahí voy.

 

Leonard McCombe, Dublin, 1957


Estos días, es decir los últimos ochenta años, busco lo inexpresable, lo que aún está detrás de la pared de ladrillos.

Con ahínco seguro que lograré decir lo que ahora no sé pero está ahí,en el caos de la nada, en ese silencio del lenguaje, en los límites de mi mundo actual.

Lo cambiaré, sin engaños o subterfugios, sin miedo, este propósito es ya un comienzo.

Voy.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Romanticismo

Ozy Worldy,

Romantic Darkness

Viernes por la noche. Una reunión de amigos para celebrar el inicio del fin de semana. Hablábamos de muchas cosas, de nada. Cuando la conversación decaía recurrimos al tema de la fidelidad, éxito seguro. ¿Ves cómo puedo hacer dos cosas a la vez?

Según se iban sumando opiniones los hombres sonreían y las mujeres se burlaban. Alguien lanzó la hipótesis de una teórica relación ¿sentimental?, ¿sexual?, entre integrantes del mismo grupo, es decir un cruce de parejas, o con terceros. También sí, en caso de ruptura, de separación, de ahí te quedas, de divorcio, quién continuaba en el grupo. Así, mi vida, así me gusta.

Se animó el tono, el fondo y la forma, las voces subieron de intensidad, como era la cuarta ronda de bebidas los ánimos estaban eufóricos. Ana, divorciada desde hace años, pedía castración en caso de infidelidad, cortársela. Carmen era más tolerante y decía que no, solo dejarle la maleta en la puerta, sea él o ella. Julia, maternal, pedía comprensión y perdón, tiene cuatro niños. Begoña no decía nada y sonreía. Cielo, levanta un poco la espalda que se me ha dormido el brazo.

Sacamos vino, jamón del bueno y seguimos entre risas y alguna cara seria. Juan contó anécdotas de su anterior matrimonio. Luis insistía en que el hombre es polígamo de natural y la mujer monógama por educación. Todas, sin excepción, le abuchearon y le llamaron machista de mierda. Javier pidió permiso para confesar lo suyo, en su primer matrimonio, su pareja le dejó por un viajante de Sabadell, no le hacía ninguna gracia aquella charla. Nadie conocía esa parte de su vida. Cariño, échale un poco salero que con tanto hablar me desconcentro.

Vista la disparidad de criterios y que algunos empezaban a cansarse del tema Alberto sugirió cambiar de bar y salimos gesticulando, discutiendo sin enfadarnos y dando gracias porque en nuestra cuadrilla no podían pasar esas cosas. Bueno, preciosa, vamos al lío que he quedado con tu marido para preparar la excursión del domingo y   Conchi se enfada si llego tarde a cenar.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Olinka

 



Olinka, de Fernando Ortuño. No quiero puntuar, solo una opinión. En mi ahora se acumulan los libros por leer, se escribe mucho, se publica demasiado, en general les doy una oportunidad, si no me gustan los dejo, en mi antes los leía. Olinka lo he leído entero. Fernando Ortuño escribe bien, por supuesto. El tema está correctamente planteado, tiene cierta originalidad y ya. Lo mejor, la descripción de la vida actual en Guadalajara, México. Lo peor, que no aporta demasiado. Un sin más.

https://literalmagazine.com/olinka-una-ciudad-ideal-dos-versiones/

No me preguntes más.

Luca Ponsato 

Es lo que te digo, inventar para no recurrir a los recuerdos.

Aunque siempre puedo escribir del tintineo de sus pulseras cuando se quitaba la ropa, tan rápida que parecía que le iba la vida en encaramarse a mi ansiedad, tan evidente, tan automática, reflejo de Paulov, indicio físico de complicados procesos químicos. Etc.

Temblábamos los dos como petirrojos en mitad de un incendio, pegados el uno al otro durante toda la noche de experimentos y ahora así, ahora de esta otra manera, páginas 12 a la 53 del manual de posturas. Así.

Luego llegaba el día, ella volvía a su libro de venenos, yo a revisar los cajones con sombras, a intentar poemas en papeles de colores, con cintas rojas para el amor, amarillas para el duelo, negras para la ausencia.

Bah, sólo añoro cuando me mordía.

Cuando (yo) no mentía.

Vivir era un milagro.

Igual que ahora pero diferente.

No me preguntes más.

jueves, 13 de noviembre de 2025

¿Tienes su número?

Rue Ravignan, Montmartre, Paris, 1956 - by Jean Marquis (1926 -2019), French
 

Este es un muestrario de máscaras, un vehículo que exhala y absorbe, un enjambre  de voces sin compás pero firme, constante, un vivero de inspiración para poetas mexicanas en el exilio, un ropaje de diario para un baile de gala solo porque viene esa que tú sabes, un diseño secreto para cautivarla, para sorprenderla. Busco tu complicidad. ¿Tienes su número de teléfono? ¿Me lo envías por WhatsApp? Gracias.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Por poder, puedo...

Noemia Prada

En esto que dejo aquí tu no sabes que hay una trama oculta, una historia debajo de la no historia, aunque lo intento sin fortuna una y otra vez. Puedo contarte un cuento. Puedo asesinar con mis manos un poema. Puedo callarme en un rincón de cara a la pared, con orejas de burro. Puedo dejarte en el refrigerador mi hígado en un tupperware azul. Puedo, de momento, sonreír y dejar todo este trabajo en una broma si no fuera porque puedo también ponerme serio y decir que no puedo y quedarme tan así, intentándolo, balbuceando, gritando, chillando, buscando una palabra, una frase, una idea, música, esa imagen que toque… 

(el resto está tachado, se conoce que era demasiado íntimo o ingenuo o absurdo)

martes, 11 de noviembre de 2025

Hola.

 

Steven Assael

Mire usted, se trata de buscar el modo de decir lo diferente, lo que antes no, aquí, entender de qué va este recinto blanco en el que garabateo  emociones, aquí, donde las imágenes intentan colarse por rendijas abiertas a cuchilladas,  voces en la pared de un nosotros que empieza desde que entras, aquí, es igual si desde google o curiosidad, malas lenguas o fantasmas en las almenas de un castillo portugués. Hola.

lunes, 10 de noviembre de 2025

Buena intención



Sé que estos intentos son más una canción de cuna que una sinfonía, no sé si tienen que ver. La lluvia deja borrosa la mirada a lo lejos, sin consistencia, un velo de ojos con cataratas. El porvenir es un taller con obreros enanos e indecisos de un cuento finlandés, una fragua de dibujos animados con animales que hablan y guerreros de robustos brazos asolando los villorrios de las colinas. Escribir para dejarlo aquí es perder el tiempo, justo eso que no tenemos. Pero la buena intención ¿qué? 


domingo, 9 de noviembre de 2025

Más María.

Down-and-out begging for help, Aldgate, London, 1963 - by Don McCullin (1935), English
 - 

 

Como pueden ver a nada que miren, la palabra sirve, también, para decir lo incorrecto, para desfigurar la coherencia, que todo iba bien, en la línea y se me ocurren  cosas de lo íntimo. María, o como se llame, si existiera, estaría sonrojada o maldiciéndome, llamándome por teléfono,  si lo supiera, la palabra, lo que pienso, lo que siento, lo que miento, lo que imagino, el blog, el muro, tú, yo qué sé, total no has llegado hasta aquí, bú.

Ya está dicho/escrito. Lo subo y se puede leer. No es una obra de arte pero es. Lo de hoy. Domingo. Las palabras dicen hasta donde permite la palabra. ¿Sé decirlo mejor? Quizás, si supiera qué intento decir. Pero quiero estar hoy también aquí y digo. Pues eso, expresión entre horas, entre que voy y vengo, subo al monte y bajo. Escribir necesita calma. No la tengo. Sale así. Abstracto. Como que sí o que no.  Tractatus lógico-philosophicus 5.6, lee a Wittgenstein y terminemos.

Por hoy.

Me sigo buscando.

¿Qué?

sábado, 8 de noviembre de 2025

Olla a presión.

Giuseppe Molteni (Italian, 1800-1867)
 

María, o como se llame, es ingenua.

O se lo hace.

Me cuenta el proceso de compra de un sujetador rosa. Cómo entra a una corsetería y le atiende una amable dependienta que le sugiere modelo y copa, que se quite la ropa y  se vea, que se vean, cómo le queda, le tira aquí, y se acercaba, le sugiero este, pasemos al probador. Uno es como es, escucha estas cosas y las que siguieron, la descripción de pechos y acosos, de transparencias y sedas, de marcas del botón y la presilla en la piel, de ropa interior y mujer contra mujer y la intuición de fondo es el encuentro con la realidad, el encuentro con uno mismo, con los demás. Es absurdo creer que la realidad se aparece así, sin más, como una virgen sobre una zarza ardiente. Qué tendrá que ver esto con los pechos de esa señora, pues todo, o nada, la realidad es así, la que imagino. Es lo que tiene escribir sobre María o como demonios se llame, se te va la olla.

viernes, 7 de noviembre de 2025

No puedo asegurar su nombre

 

Harold Feinstein  Coney Island


María, o como se llame, es un espectáculo. Por dentro es dulce, sensible, tierna, enérgica, con las ideas claras, inteligente, obstinada, sentimental y por prudencia omito otros muchos valores. Por fuera, si no resultase incorrecto diría que es pura belleza. Mi admiración por su fuera y su dentro.

Desearía columpiarme una y otra vez entre sus brazos, caminar y parar, hablar, compartir, tomar un café o bañarme en él junto a ella, disfrutar de abrazos en solarios solitarios o en la pared de un convento, en camas o piscinas, en playas o bosques, en su casa o en la mía, María, que llena de alegría el jardín al que llegan los buscadores de aves del paraíso, pájaros y hombres que se abrazan y yo, iluso, un pobre tipo que piensa que me lee, como las muchas que entran y pasan a esta página y ven o no ven, que seguro que a veces abominan de mis textos cándidos de canciones tan de amores y furores y qué sería esta página sin el misterio de los mares del sur que añoro desde  este brumoso norte que es de donde es María,  un regalo de ser humano, que uno es mayor para emociones tan fuertes y tenían que verme con la baba cayendo sobre el teclado cuando pienso en ella, que me emociono y solo falta que me cante/baile por bulerías y "qué daría yo por empezar de nuevo", una jota, un tango, yo qué sé, que escucho la voz de María y se me alteran los pulsos y entiendo y me toca tanto,  qué pena que no haya un camino submarino para recorrerlo a pulmón libre de este a oeste, buscándola, peregrinando a su cama de algas o a su húmeda cuna, de rodillas y con cilicios haciendo ganas para perderme en su catedral de sal, si la hubiera,  en su ermita, qué sé yo, poniendo velas o compartiendo mesa y peces, amores y sed, lenguados y sardinas, que tiro los platos con espaguetis a manotazos y nos amamos como italianos frenéticos sobre los cuadros azules y blancos del mantel hasta que se nos quede el culo a colores, que nos comemos uno al otro en un festín interminable, ay que sí, que se me pasa la hora de comer, que me está entrando un apetito que no veas, flor, tiritritán, tan, tan ea, que mañana va la segunda. María, o como se llame,

jueves, 6 de noviembre de 2025

La playa de noche

 


Verano. La luna iluminaba la playa. Nos escondimos en las dunas, entre las hierbas. El frescor de la noche nos animaba. Exploramos nuestros cuerpos y el deseo hizo el resto. Ni siquiera nos conocíamos. Ella apenas se movía, gemía, tenía los ojos cerrados. Dijo que era la primera vez. Luego gritaron nuestros amigos y nos bañamos desnudos en un mar en calma. Me sumergí y todo estaba negro, una extraña sensación. Me dio miedo. Aun así nadé mar adentro, imprudente lo intenté de nuevo, busqué el fondo, no había límites, bajo el agua había una dominante oscuridad. Salí braceando, desorientado, quería respirar, buscar la luz, aparentaba calma pero estaba asustado, no controlaba la nada, la absoluta ausencia. Me vestí, para defenderme. Ella me esperaba, se llamaba María. Me tomó de la cintura y en silencio volvimos andando hasta el pueblo.

Ahora, hoy, como aquella noche, estoy bajo un agua negra que me vence. Me ahogo, tengo miedo, quiero salir a respirar, quiero volver, no sé dónde. Nadie me enlaza de la cintura.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

De lecturas y eso.

La historia la escriben los que ganan. Después la inventan, la modifican a voluntad, por conveniencia, por método, por odio.


¿Conoce usted a Boris Vian?
No, no había nacido.



La historia empieza cuando uno nace al conocimiento, cuando sabe.
De Gabriel García Márquez leí, parece que fue ayer, Cien años de soledad, un inicio, la entrada a la magia de leer lo diferente, el sur también existe.

Le digo que no había nacido.



No importa, léala, lea Conversación en la catedral, léase a sí mismo, conózcase, sepa, escriba su historia.

¿Diga?


Ya que está, lea Rayuela.

¿Mande?


María Zambrano, dice “Hay que dormirse arriba en la luz. Hay que estar despierto abajo en la oscuridad. Arriba en la luz, el corazón se abandona, se entrega. Se recoge ...pues se ha llegado allí, a esa luz, sin forzar ninguna puerta y aun sin abrirla, sin haber atravesado dinteles de luz y de sombra, sin esfuerzo y sin protección” y sin transición, en el Perseguidor, Cortázar dice “Lo que pasa es que se creen sabios -dice de golpe-. Se creen sabios porque han juntado un montón de libros y se los han comido. Me da risa, porque en realidad son buenos muchachos y viven convencidos de que lo que estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. En el circo es igual, Bruno, y entre nosotros es igual. La gente se figura que algunas cosas son el colmo de la dificultad, y por eso aplauden a los trapecistas, o a mí. Yo no sé qué se imaginan, que uno se está haciendo pedazos para tocar bien, o que el trapecista se rompe los tendones cada vez que da un salto. En realidad las cosas verdaderamente difíciles son otras tan distintas, todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento. Mirar, por ejemplo, o comprender a un perro o a un gato. Ésas son las dificultades, las grandes dificultades. Anoche se me ocurrió mirarme en este espejito, y te aseguro que era tan terriblemente difícil que casi me tiro de la cama. Imagínate que te estás viendo a ti mismo; eso tan sólo basta para quedarte frío durante media hora. Realmente ese tipo no soy yo, en el primer momento he sentido claramente que no era yo, lo agarré de sorpresa, de refilón y supe que no era yo. Eso lo sentía, y cuando algo se siente... Pero es como en Palm Beach, sobre una ola te cae la segunda, y después otra... Apenas has sentido ya viene lo otro, vienen las palabras... No, no son las palabras, son lo que está en las palabras, esa especie de cola de pegar, esa baba. Y la baba viene y te tapa, y te convence de que el del espejo eres tú. Claro, pero cómo no darse cuenta. Pero si soy yo, con mi pelo, esta cicatriz. Y la gente no se da cuenta de que lo único que aceptan es la baba, y por eso les parece tan fácil mirarse al espejo. O cortar un pedazo de pan con un cuchillo. ¿Tú has cortado un pedazo de pan con un cuchillo? y para terminar, GGM escribe “José Arcadio Buendía, sin entender, extendió la mano hacia el témpano, pero el gigante se la apartó. "Cinco reales más para tocarlo", dijo. José Arcadio Buendía los pagó, y entonces puso la mano sobre el hielo, y la mantuvo puesta por varios minutos, mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo al contacto del misterio. Sin saber qué decir, pagó otros diez reales para que sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeño José Arcadio se negó a tocarlo. Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó:-Este es el gran invento de nuestro tiempo. y sin ser lo más significativo, es suficiente para que te/me pregunte, como tantas veces, qué diablos hacemos aquí, con cariño sí, pero la A, ¿sabes?, ¡la A!, Hay que dormirse arriba en la luz., pues eso. Esto. Estamos en el camino ".....triste ser letrado y funcional a la vez......" del poeta Cisneros

martes, 4 de noviembre de 2025

Parker y los silencios



Parker no puede callar más, añora la dulzura de aquellas manos, los labios que besaban sus párpados, la voz que le bañaba en aguas claras, lo más parecido a cuando con marea baja, atento a las olas traidoras, buscaba percebes en las rocas lisas de Ogoño.

Tantas cosas ignora aún de ella, las camas en las que ha dormido, los pájaros, animales oscuros, música, temblores, miedo.

Pero ella se esconde detrás del abanico, cierra las puertas, levanta paredes imaginarias, agravios reales, silencios o despedidas, baja al subterráneo, se pierde en viajes a países lejanos.

Y Parker sigue así, anhelante, confuso, hambriento, inseguro, con las heridas abiertas, con la memoria a flor de piel, con el cuerpo esperando el bálsamo de ese cuerpo de niña con mente de anciana.

Ven, musita.
Pero no viene

lunes, 3 de noviembre de 2025

Reían


Ramón Dimas: Estendendo a roupa (1953)

El amor se había difuminado como la estela de una estrella de agosto, las palabras se apilaban junto a los peces que boqueaban en el embarcadero, lenta agonía fuera del agua, dramática forma de morir bajo un sol maduro.

Todos reían, los niños tiraban piedras a las ranas, las madres criticaban a las mujeres con pestañas rojas y adornos en el pelo, los padres, en camiseta de tirantes, buscaban madera para el fuego de san Juan donde, después, quemarían sus dolores de todo el año, costumbres que no verán los nietos de sus nietos.

Ellos reían, no sé de qué pero reían mientras las sanguijuelas nadaban en el estanque y al menor ruido se ocultaban bajo las briznas de hierba, bajo el hielo de los relojes que flotaban en la superficie del agua.

Risas de los pescadores, sobre la arena el cadáver de un idilio, corazones que intentan apaciguarse después del estremecimiento  final, asesinos impasibles mirando hacia otro lado, adolescentes saltando de charco en charco de la sangre detenida, no hay pensiones en los rascacielos de Manhattan, ni hoteles baratos, ni la espalda de ella soportaba hacer el amor en los montacargas, en las azoteas de Piazza Navona, sobre los felpudos en los rellanos del quinto piso, el amor se fue secando como un geranio entre las junturas de la pared encalada por donde corren las salamanquesas de fugaces movimientos.

Reían, no sé de qué pero reían.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Autoestima

 

1Roberto González Fernández  , 1998

Dejar todo esto (esto) aquí (aquí) viene bien para la Autoestima. 

Lo compartido…cinco dedos azules./O/ Nadie lo ha levantado (el dedo) No habrá gustado/O/ ¿De qué hablo?/O/ ¿Escribo mejor que María? (mi madre dice que sí). 

Es buena la ausencia de crítica. Es comodo. En realidad ¿Importa? ¿Quién  establece los criterios? ¿Quién determina lo bueno de lo malo? ¿Existe el mal? ¿Somos una unidad de destino en lo universal?, ¿Qué somos? 

Deja, deja, no contestes, que tengo un día raro.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Nadie nos hablará así

 


Mi amada, quiero sentarme ahora a tus pies, abrirte el corazón, derramar todas las emociones que me produce tu presencia, el inmenso dolor de tu última ausencia, pensarte, lo que sé de ti, lo que aún ignoro, tus misterios, tus certezas, tus miedos, tu dulzura, desgranar uno por uno los temblores que me crecen en mitad de la cabeza cuando dices tiernas palabras, cuando tengo tu cara entre mis manos y sé que ahí empieza el mundo, que a pesar que no entiendo tantas cosas tú has cambiado mi vida, nada es igual desde que me maravillas, me atraes, me dejas al borde de una acequia de sombras, me rescatas, me elevas, cruel, me dejas caer desde lo más alto, me sacas del fondo del pozo, me das patadas en la cabeza para que me hunda, una y otra vez apareces como la hechicera que todo lo puede, no quiero pedirte clemencia, reina, que como estás tan sensible igual no lo digo bien y algo te raspa y no, eso no, que escribo a tientas porque no puedo estar callado, que se me escapan las palabras de puritas ganas de decírtelas, de que alguna se prenda en tu oído, te guste, te haga feliz y sonrías, añoro tu risa, niña de colores que me muero de ganas de amarte hasta que no podamos más y mirarnos ahí dentro, jamás he visto a una persona tan dentro como a ti te he visto, entrando por tus ojos que se quedan detenidos, inmóviles, deslizándome por la parte interior de esa mirada de luz como un tobogán hasta tu centro, allí donde quisiera llenarte de gardenias y claveles, de rosas rojas y orquídeas, de la hiedra de mi amor que te trepe y se lleve esos bichos que te muerden, que no te dejan, como quisiera pasar una puerta y estar en Roma, en algún lugar donde nadie más que tú y yo, cerrar el mundo en un abrazo y ya se me escapa la nostalgia y tu pides concreciones, es cierto, pero no puedo romperme el corazón cada día y seguir cuerdo, no puedo estar desnudo sin pudor, no sé, temo dejar el disfraz y no encontrarme. Nadie nos hablará nunca como nosotros nos hablamos

viernes, 31 de octubre de 2025

Possession

Possession (1981) dir. Andrzej Zulawski

Trato de sobornarme los sentidos con luz, con música, con palabras que no entiendo. No basta.

Todo es vulgar materia entre los dedos, mañana arrasada, quema el mediodía,  noches tan largas, un funámbulo hace gritar a los mirones, un hombre escucha voces, ese otro dibuja con sus dedos el vacío del mundo, el hueco entre tanto y nada. Una mujer delgada vive en la melancolía.

El resto ahí, tan pacienzudos, esperando.

Queda irse a pasear por el filo del olvido.

Agur.

jueves, 30 de octubre de 2025

Pinito del Oro

 




Lector es el que lee, escritor es el que escribe, la existencia la marca un reloj desenfrenado. Un día cualquiera, para cuando te quieres dar cuenta, estás subido en un trapecio de colores, cabeza abajo, emulando a Pinito del Oro, un suponer. 

Un resbalón puede ser fatal. 

Y te caes, claro. 

Ploff.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Después del tiempo normal

 

Gerta Pohorylle (Gerda Taro)

El muerto estaba en un cruce de caminos; no llevaba uniforme; tenía la cabeza destrozada; su sangre se había secado en el polvo. Nuestro perro ladraba y corría arriba y abajo por el prado. Juan lloraba y Susana nos abrazó. Me gustaba el olor de Susana, tenía unos pocos años más que nosotros y su cara era como la de una virgen de misal.

Para alejarnos de la ciudad, nuestra madre nos llevó al caserío del abuelo y nos dejó al cargo de los guardeses. Apartándonos de las calles pretendía ponernos a salvo de los saqueos, de la violencia y de la brutalidad de la guerra en la capital.

Nuestra habitación estaba sobre el establo. En una esquina, por un agujero entre las maderas del suelo podíamos ver las vacas, los bueyes, resignados, casi inmóviles, a veces mugían y nos despertaban. También nos despertaba el canto del búho, los chillidos de los cerdos y los pasos en el altillo. Hacía frío y hasta la incómoda y ruidosa cama de muelles nos llegaba el fuerte olor de los animales. Juan añoraba a mamá y no entendía por qué nos habían dejado solos. De nuestro padre no hablábamos nunca. Los asalariados nos ignoraban: el hombre pasaba el día en el monte; la mujer, siempre seria, tosía entre el alboroto de las gallinas; era su hija Susana la que nos cuidaba y preparaba la comida, la acompañábamos cuando llevaba a pastar a las vacas.

Los días eran largos y aburridos. Nos daba miedo el bosque, la oscuridad, el graznido de los aguiluchos, los conejos, el gallo grande, bajar al prado junto al arroyo, el barbudo vecino de la casona en la hondonada y las sombras de los árboles detrás del granero. Sobre todo temíamos al hombre que venía a veces a cortar leña; procurábamos no tener ninguna relación con él, un individuo mal encarado que una mañana me riñó porque me había subido a un manzano, blasfemaba y dijo no sé qué sobre los niños ricos.

El grupo de hombres armados caminaba hacia la cantera, gritaban. Susana nos escondió detrás de unas zarzas y allí estuvimos tumbados mucho tiempo, con la cara entre la hierba, atemorizados. Entre temblores, sentí algo especial con la mano de ella en mi cabeza.

Sentados junto a la fuente, mientras los animales abrevaban, vimos pasar varios aviones en dirección norte. Susana no sabía lo que era el norte y se lo expliqué. A cambio ella nos habló de cómo orientarse en la oscuridad siguiendo las estrellas. Esa noche, asomados a la ventana, a lo lejos, desde detrás de las montañas nos llegó el resplandor de los bombardeos sobre nuestra ciudad. Nos dormimos muy alterados.

De madrugada me despertaron unos sonidos que no podía reconocer. Me tumbé junto a la pared y por el agujero del suelo miré entre las maderas. En la oscuridad, sobre un montón de paja seca y hierba cortada, distinguí unas piernas blancas, abiertas, desnudas. Después pude escuchar unas palabras groseras del leñador mientras se acercaba y pude ver sus nalgas moviéndose arriba y abajo sobre los gemidos y las risas nerviosas de ella; el hombre, al cabo de un rato, soltó una imprecación y quedó quieto sobre Susana que miraba al techo con ojos tristes. Estoy seguro que ella pudo verme.

A la mañana dije que me encontraba mal y me quedé en la habitación, no subí a los pastos. Desde entonces los días fueron aún más largos y más tristes. No volví a hablar con Susana. El sábado siguiente, nuestra madre vino a buscarnos y un tren lento nos llevó hasta Barcelona, donde vivían los abuelos.

Han pasado tantos años y aún recuerdo aquella madrugada y la mirada de Susana cruzándose con la mía.

Y además perdimos la guerra.

martes, 28 de octubre de 2025

Qué se habrá creído.

 



Señoras y señores, pues eso, lo único que está claro es que aquí (aquí mismo) somos muchos, que dedicamos tiempo, ilusión, esfuerzo, que nos copiamos y pegamos pedazos de la mente y el corazón, desde ilusiones y recuerdos hasta traumas y decepciones, incluso imaginación, noticias, mentiras, música a veces, la que nos gusta y la que gusta a otros.

Tampoco es para echar las campanas al vuelo, no vienen feligreses, cada uno en su propia iglesia, a nadie le importa nada más que lo suyo.

No hay Mesías, eso es lo bueno, esta es la absoluta igualdad, la misma talla, los mismos derechos, agrupémonos todos, esta es una democracia perfecta, todos pensamos, todos sentimos, todos somos guapos y anónimos, no hay edades (ya, no te lo crees ni tú),   

Qué se habrá creído.

lunes, 27 de octubre de 2025

Tarea semanal

The kitchen, 
Henri Matisse
 
 

Desde hoy, a las once y veinte minutos de la mañana del lunes, quiero ser intrascendente, soportarme, absolverme, darme la paz, mirarme. Defenderme de la miseria, comprar mentiras en el mercado negro, vestir de blanco. Cerrar los ojos, perderme en lo nimio, aliarme con el sol, borrar el aguacero. Soplar los fragmentos solitarios del recuerdo, representar la vida, su certeza. Escoger una ruta el martes, equivocarme, salir de noche, como un prófugo, fugitivo de mí mismo. Ahondar en el misterio del azar, masticar el error, mirarme de frente, sonreír Llegar al límite tardío, involuntario, inmóvil, como un pez no solidario. Someter el dolor de la añoranza, su consistente aroma oscuro, olerlo. Entrar al laberinto del miércoles, seguir hasta el final del pasillo de la víspera del jueves, hasta el cuerpo desnudo tendido en el lado luminoso del amor del viernes. Soltar al miserable maniatado que solloza en la isla. Acumular innominadas reivindicaciones, gestos huecos y una mirada de perro tras los cristales del sábado. Después el domingo. Casi nada.

domingo, 26 de octubre de 2025

Helena o el mar del verano

 


Publicada en 1952, Helena o el mar del verano, la única novela escrita por Julián Ayesta, es una rara delicia que sorprende por su lirismo, rozando la candidez a veces y el atrevimiento otras. Me ha gustado en su aparente sencillez, en lo delicado de su prosa y en la inocencia, o no tanto, del protagonista. Un descubrimiento recomendable.


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Te estoy grabando

 



¿Qué quiere decir esto que digo/dije/diré?, pues yo qué sé, dije y digo y varios días después lo entiendo. Curioso. Es así. Suerte y desgracia. Transitar por lugares llenos de símbolos y recuerdos, llevar de la mano el afán y una llave. La inspiración es un caballo que a veces corre por otras praderas. Se lo dije a no sé quién, esto no es lo que quiero escribir/decir/compartir, pero las palabras/ideas/sentimientos han saltado por una ventana y temo estrellarme con ellas en el silencio negro de la noche, el olvido y objetos en espera del próximo dueño. «El silencio es retórica de amantes», escribió Calderón, pero los amantes se han jubilado y pasean por playas diferentes y apenas hay obras públicas que dirigir desde detrás de la valla, mirando el trabajo ajeno. Olé.

sábado, 25 de octubre de 2025

El ahora

 

by Richard Nadler

 

Cuando tenía un luego apenas reparaba en el ahora, todo era puro disfrute del salto, del escorzo, la caída sobre dulces hojas amarillas. Imperceptible vino el atardecer y como una revelación que apartaba nubes apareció, susurrando, la realidad vestida con ropajes oscuros. Ven, dijo. Fui. Tiempo después la realidad se desnudó enseñándome que el ahora no tiene demora. Con diligencia me aplico a no hacer nada o quizás eso es todo.

viernes, 24 de octubre de 2025

Memez

Katrin Koenning

Lo decía Emerson: "Emplea el lenguaje que quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres". Quiero decir que da igual estar aquí desde hace quince años o desde ayer, al paso lento, al trote o al galope desenfrenado. Dejar textos oscuros,  emocionantes o preñados de irresponsable sensiblería. El meollo está en las expectativas, en el deseo, en la ambición, en la presunción de inocencia, en la desesperación del escritor por decir, en la alternancia entre subastero y gilí. El único personaje es el que lee, el que esconde los valores, el propósito de esto, el que busca redención o ternura, el que enreda su trama para que el conjunto de palabras no le parezca tan insulso, lineal, o sea una memez…

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