Códice Calixtino
Roban el Códice Calixtino de una cámara acorazada de la catedral de Santiago
La desaparición del manuscrito fue descubierta el martes por los responsables del Archivo
SUSO PORTELA / REDACCIÓN - VIGO El Códice Calixtino, una de las joyas del patrimonio histórico-cultural de Galicia y de la tradición cristiana, fue robado de la cámara acorazada donde se custodiaba en el interior de la Catedral de Santiago de Compostela.
Los responsables del Archivo catedralicio descubrieron el pasado martes la sustracción del valiosísimo manuscrito miniado del siglo XII, original que se guardaba en una cámara acorazada especial, mientras que una copia de la obra se exhibía al público en una urna especial en el Archivo.
Los investigadores encargados del caso temen que el robo del libro se produjera hace varios días. y atribuyen a una banda muy profesional, especializada en la sustracción de obras de arte, el audaz asalto.
El códice, también llamado "Liber Sancti Iacobi", es una especie de guía para los peregrinos que seguían la Ruta Jacobea, con consejos, descripciones del Camino y de las obras de arte que alberga, así como textos litúrgicos y canciones relacionadas con el Apóstol.
Un manuscrito del siglo XII
El Codex Calixtinus o Códice Calixtino es un manuscrito iluminado de mediados del siglo XII. Este manuscrito constituye una guía para durante su viaje a Santiago de Compostela, con consejos, descripciones de la ruta, de las obras de arte y de las costumbres de las gentes que vivían a lo largo del Camino. También conocida como "Liber Sancti Iacobi", fue redactada en varias épocas y podría estar configurada en 1140.
El Códice consta de cinco libros y dos apéndices, con un total de 225 folios de pergamino escritos en las dos caras.
El primer libro es de carácter litúrgico; el segundo hagiográfico; el tercero y cuarto, de naturaleza histórica, y el quinto, que alcanzó mayor celebridad, es una especie de guía para el peregrino.
En el comienzo de la obra, un autor que dice ser el papa Calixto II relata cómo recogió testimonios de milagros realizados por el apóstol Santiago. También explica que el manuscrito sobrevivió a grandes peligros como incendios o inundaciones. La carta va dirigida a "Diego Gelmírez, arzobispo de Compostela".
Sin embargo, se cree que los copistas incluyeron esta carta al comienzo del manuscrito para dar más importancia a su trabajo, pues el papa ya había muerto en 1124, por lo que los expertos descartan su autoría.
Obra musical
Tres partes del Códice incluyen música. Las veintidós obras polifónicas que incluye se encuadran en la primera etapa de la polifonía europea, periodo conocido con el nombre de "ars antiqua".
Varias de las melodías del Calixtinus, sobre todo las del oficio y la misa, se basan en melodías gregorianas y otras presentan concordancias con otros repertorios de la época. Muchas veces los textos son cambiados para dedicárselos a Santiago y las melodías son alteradas para adaptarlas a esos nuevos textos. Estas concordancias musicales se atribuyen la movilidad cultural de la época, propiciada por las peregrinaciones.
El Codex Calixtinus fue copiado por al menos cuatro manos, dos de ellas muy similares.
A la estructura primitiva del códice se añadió, posiblemente en la encuadernación realizada a finales del siglo XII.
Las anotaciones marginales que los canónigos de Compostela dejaron en el manuscrito, demuestran que el códice fue usado y leído ininterrumpidamente, al menos, hasta mediados del siglo XVI. Sin embargo, parece que a principios del siglo XVII el manuscrito dejó de interesar, cayendo en el olvido durante muchos años.
En la segunda mitad del siglo XIX, el manuscrito fue redescubierto por el canónigo archivero de la Catedral de Compostela, Antonio López Ferreiro, y publicado por primera vez en 1882.
3 comments :
Al igual que a ti, esta noticia dada en los diarios de ayer me resultó muy curiosa, Tanto que recorté la página y ahora la tengo sobre la cama a la espera de que se yo. Me atrae ese robo, ha sido algo parecido a Indiana Jhons.
Besucos, nene
Si fuese una cámara acorazada y no una habitación con paredes anchas de piedra -como todas las de la zona y época- y una puerta grande y pesada de hierro, como todas las de los edificios de ese tipo también de esa época; al que se llegaba a través de una puerta con timbre o por otro camino, por una capilla custodiada por una monja -y supongo que no las veinticuatro horas-, entonces, tal vez y sólo como suposición. Entonces, tal vez no lo hubiesen robado..
Claro que para eso, habría que haber invertido más en seguridad y seguramente menos en la interminable, híper cara y nunca rentable -por más años que pueda aguantar en pie-, Ciudad de la Cultura..
Pero así es este país.
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