Cuatro horas (1)
Quitaros esa máscara,
la tristeza no es más que una careta,
puede durar tanto como tardes en quitártela tú mismo,
prueba.
Estás provocándote llanto artificial, hermano;
he dicho hermano y debí decir amante.
Nos cogemos las manos y no decimos que se siente nada.
Poco a poco se va mezclando nuestra sangre en los
encuentros.
Un buen día acabaremos por ser la misma cosa.
Libres somos.
Frecuentamos el dolor porque queremos,
como pudiéramos frecuentar el parque.
Hablamos de mutuas soledades,
hablamos de aventuras que tuvimos,
de que todo está lejos,
de que es difícil.
Y nunca hablamos de esto maravilloso que nos va
convirtiendo en ranas.
Quién dijo que la melancolía es elegante?
Quitaros esa máscara de tristeza,
siempre hay motivo para cantar,
para alabar al santísimo misterio,
no seamos cobardes,
corramos a decírselo a quien sea,
siempre hay alguien que amamos y nos ama.
Gloria Fuertes.
Las siete. Está lloviendo muy fuerte, no es cosa de esperar a la intemperie con un paraguas tan pequeño. Entro a la iglesia en el momento en que el sacerdote hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Todos se ponen de pie, hay poca gente, no veo a ninguno de mis amigos, tienen la costumbre de esperar fuera en los funerales, un exceso de misas obligatorias en su infancia. Una señora de avanzada edad, aquejada de Alzhéimer en los últimos años. No me pregunto para no tener que responderme.
Ocho menos cuarto. Saludos y condolencias bajo la lluvia. Qué buena era. Las hijas lloran. Aprovechando que no nos hemos muerto, vamos a tomar vinos por ese barrio. Al cuarto hablamos más alto, de temas diversos, incluso alguno cuenta un chiste. Víctor me hace confidencias de su padre, de cuando falleció, de lo que le echa en falta. Juan me habla de su esposa. Carmen despelleja a su novio. Me siento desplazado en ese ambiente y me despido.
Nueve menos cinco. Hay fiesta en el Casco Viejo, la Virgen de Begoña, estamos llenos de vírgenes. Hay un ambiente sano, primitivo, tribal, muchos cantan y bailan, todos bebemos, coros en las bocacalles, txistularis, tamborileros, dantzaris, gráciles señoras saltando jotas, señores con disfraz de aldeanos, jóvenes mimetizados de sus abuelos, tasqueros haciendo el agosto en octubre. Excepto por los sorprendidos turistas que sacan fotos hasta a las papeleras, las imágenes podrían pertenecer a principios del siglo pasado ¿Hemos avanzado algo?, ¿había algo que avanzar?, ¿queremos avanzar? Tramposa nostalgia de una Arcadia tallada en algunos ADN, ceguera de la diversidad, del mestizaje, de lo diferente, todos somos diferentes, todos somos contradictorios, todos somos únicos, todos somos iguales, en este momento la aparente alegría nos iguala.
9 comments :
Todo está relacionado, y todas y todos también.
Tus escritos igualmente, no hacen más que una y otra vez darnos a nuestros sentidos un estimulo para que no dejemos de ver, muchas gracias, corazonciño.
Te quiero mucho.
Un abrazo enorme.
mirada, siempre eres muy amable y muy considerada en tus comentarios. Te lo agradezco muchísimo. Un abrazo de noviembre.
"Antes nos faltarán lágrimas que motivos para llorar"...
Gracias por la información de los abedules. Yo he visto tb en el parque de Doña Casilda.Bueno, creo que lo son...
Bihar arte.
Palmera, gracias a ti.
Los que te digo sí son abedules. En la entrada a Bilbao por la autopista, en Juan de Garay, hay una isleta frente al caserío centenario. Un magnífico bosque de abedules que crecen.
Y de ®egalo este poema (¿japonés?)
Aunque yo haya partido
y muchos años dure mi ausencia,
tú, cerezo bajo el alero,
no olvides la primavera.
Me encanta el OTOÑO.
Hoy mientras paseaba a estos bajo la lluvia me he dedicado a coger algunas hojas del suelo que me parecían bonitas....bonito tb ha sido el poema, Gracias (las que tú tienes..).
Creo que vamos por buen Camino..
CIAO
Unamos arrepentimiento a marchito o penitencia a difunto, así, nos emparejaran regodeo con florecido o deleite con vigoroso.
Vivamos pues, los que seguimos vivos, inmensas horas llenas de regodeante vida florecida con deleitoso vigor.
Un abrazo.
Caminito de Jerez, Palmera.
Buenas noches.
gaia07, se titula cuatro horas. Solo llevamos dos. Mañana final inesperado (incluso para mí). Un abrazo.
Una despedida y una fiesta. La vida sigue. ¿Sigue?
Han pasado más de cuatro horas, pero nunca es tarde para saludar y leer o viceversa.
Un abrazo.
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