lunes, 30 de marzo de 2009

Se ven los micrófonos.

Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por donde.
Desde el propio prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, si, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.

(Pedro Salinas)




Se ven los micrófonos, la trampa, no es la realidad, esos árboles están pintados, los pájaros son metálicos, las lágrimas son falsas, los gestos están forzados, la música es un plagio, la sangre no lo es, la muerte –incluso-tampoco es cierta, actúan, al terminar el plano se levantan los caídos y ruedan la siguiente toma.

Sin embargo, en ocasiones nos lo creemos.

Se ve el trasfondo, los alambres, las piedras de cartón, el oro falso, las sonrisas fingidas, los sentimientos simulados, las espadas de plástico, los gritos están grabados, las frases están inventadas por un arquitecto de la ficción, por un mentiroso compulsivo, el amor es de papel, nada es lo que parece.

A pesar de todo, a veces nos emocionamos.

No existen esos cuerpos, esos músculos, esos abdominales tan marcados, esos pechos desafiando las leyes de la gravedad, esos glúteos que parecen tallados por un orfebre celestial, esos gemidos al más mínimo roce, esos rostros devastados por el goce, esos orgasmos que explotan como estrellas en el confín de un universo ficticio.

El espejo nos lo confirma, pero el deseo trampea, altera el sentido común e incluso nos excitamos (vale, ya sé que tú no).

Puede ser que nos haga falta, que necesitemos un temblor ocasional, un atisbo de que aún es posible, no sabemos qué, pero algo, algo que nos conmueva, aunque sepamos que no, que nos estamos engañando, que una vez más nos estamos dejando llevar por la necesidad de una frase amable, de una mano en nuestro regazo, de una cabeza al otro lado de la almohada, de un te quiero musitado en nuestra oreja.

Con todo lo que llevamos detrás, con toda nuestra historia, con todas las ilusiones que hemos ido dejando a lo largo del camino, aún nos queda un hueco para la esperanza. (¿Es una pregunta?)

Pero se ve con claridad que el bigote es postizo.

Y los suspiros.


16 comments :

Unknown dijo...

Un placer leerte como siempre... sigues en tu linea, a veces detractor y otras partidario... pero, siempre marcando la diferencia.

Me entusiasma leerte aunque sean tres entradas juntas y, con sus comentarios. Bueno, seré sincera todos no... time is time...

Byes y besos.

gaia07 dijo...

Si el vuelo de una falda, el revoloteo de unos pies, o el calor de una mano, son capaces de alterarnos ¿cómo no lo van a ser las invenciones e imaginaciones de los otros?

Hay quién dice que prefiere una mentira que la cruda verdad ¿Y quién es capaz de negar rotundamente que una estúpida mentira no acabe siendo una gran verdad? Aquí puede suceder casi cualquier cosa.

Un beso sin postizos ni micrófonos.

sk8 dijo...

Yo que he jugado a las comedias, te puedo confirmar que no tiene nada que ver lo que se ve en el patio de butacas con lo que se mueve detrás del decorado...
Siempre es un placer leerte y si no nos queda el deseo y la esperanza. ¡Que poco nos queda!

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, LOBITO, muy amable.
Seguir en la línea es fácil cuando se tiene línea.
Y eso es difícil, no creas.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Sí, gaia07, aquí sí.
Ahí, el vuelo de una falda me pone cardiaco.
Un beso, trabajadora.

Pedro M. Martínez dijo...

sk8, todo depende de los actores.
A veces de los espectadores.
Siempre te puedes salir del teatro.
Aunque ya, ya sé no es nada fácil.
(Pero ahora que descansada estás, bella)
Te beso y beso.

Arantza G. dijo...

Como decían..."la vida es puro teatro..."
Lo malo es que aquí no hay ensayos, ni posteriores funciones con las que enmendar los errores.
Un beso dulce.

Єѕтnoм dijo...

Y el número?

Shandy dijo...

Pues claro Pedro Glup, siempre nos quedará París, el espacio quimérico de la ficción y de la fantasía, la poesía, la música, el teatro, el sueño de Calderón o esperar a Godot... Y la Esperanza. La "Terrible Esperanza" que decía Buzzati.

Ventana indiscreta dijo...

O se nos ve en esa radiografía de la palabra en la que pulimos, extremamos, damos rienda, sujetamos, excluimos, desgastamos, afilamos, nos adormecemos, nos recluimos, ignoramos, queremos. Y al final viene el otorrino y nos dice: no le mandé yo esa radiografía, su problema es que no oye.

Oiga, que me pilla hoy con las pupilas muy dilatadas, ¿eh?

http://pasandoloscuarenta.blogspot.com/ dijo...

A de ser afirmación y no pregunta:
"aún nos queda un hueco para la esperanza".
De otro modo... malo
Miles de besos.

Pedro M. Martínez dijo...

La cantaba La Lupe Arantza G.
Y Mina.
Ensayos si hay y funciones para enmendar.
Aunque a mi siempre me ha gustado más el estreno.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Єѕтnoм, el 7.

Pedro M. Martínez dijo...

Cultísima Shandy, un día le dije eso de París a una dama y me mandó al carajo.
Mal genio que tenía la chica.
Le hablé de Dino Buzzati y ya se calmó un poco (también los besos ayudaron)

Pedro M. Martínez dijo...

Sí, Ventana indiscreta, suele ser una cuestión de dioptrías, de pérdida de tensión auditiva, de ensimismamiento, el mal del ombligo.
Mala cura tiene.
Ay.

Pedro M. Martínez dijo...

Carmen, lo he dejado como pregunta para que personas como tú la conviertan en afirmación
Y me alegra que lo hayas leído así.
Millones de besos.

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