martes, 10 de marzo de 2009

No fue él quién mató al unicornio.



Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.

Idea Vilariño


Era joven, o lo era el animal que se agitaba inquieto en su pecho.

El fluir de sus palabras trazaba un bosque fantástico, nuevo, no imaginado antes, con luciérnagas enredadas en la niebla de los zarzales.

Hombre diferente que hablaba lenguas de bronce, que rasgaba con una espada de conocimiento la oscuridad de las claves, el reflejo de los espejos, el descanso de las siestas de mayo.

No fue él quién mató al unicornio.


13 comments :

ybris dijo...

Nadie con tal don de lenguas y creatividad en su verbo sería capaz de abatir tan bello animal.
Quizás porque nunca se serviría de la doncella que lo atrajera.
Por más que, como Silvio, lo echara de menos.

Abrazos.

Tempero dijo...

Con su cuerno de añil pescaba una canción.(Silvio o M.SOSA)

Me vuelvo labriego de nuevo, me mencionas las zarzas y pienso que mi unicornio azul puede estar enredado ahí. Pero es en el único sitio donde podría estar sin yo preocuparme. La zarza me enreda aunque me sangre, la zarza echa una rosa llamada canina. Aunque me muerdan esas rosas, aunque engalanen al unicornio. Cada noche pienso en el dando puntadas a esa costura imaginaria y lo que me llega es un dulce trémolo.

Abrazos, Pedro.

gaia07 dijo...

He recordado los cuentos de mi niñez. Me preocupa en que rincón llora la joven virgen que utilizaron esta vez.
Los diferentes siempre están en peligro.
Un beso maravillado, querido Pedro.

Arantza G. dijo...

Buscando la eterna juventud?
Lo malo es que van quedando pocas vírgenes para amansarlo y poder abatirlo.
Un beso dulce.

mirada dijo...

Y tan sólo, en estos momentos de mi ser, puedo comentarte que me siento muy feliz porque el unicornio es cuidado con muy buen hacer, por ti, por Ybris, por Tempero, por Ana P., por Zenycero, por Piero, por Gloria, y más y más y más....

Gracias a todos. Besitos

Pedro M. Martínez dijo...

Es más ybris, puedo asegurarte que no fue él.
Tiene coartada.
Estaba conmigo.
Y con Silvio.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, nunca he tenido un unicornio, ni una bicicleta, ni un rosario.
Es lo que nos caracteriza a los pobres, que no tenemos.
Zarzas si he tenido. Una vez me lancé a ellas, como San Millán

San Millán, firme en su propósito de entregarse totalmente al servicio divino, pasó por esos tres estados. Adoctrinado por el solitario de Bilibio, vuelve al lugar de su origen, a Suso. Pronto adviene que, novicio en las lides espirituales, le es de gran embarazo para avanzar en el camino de la perfección la multitud de gente que a él acudía. Deja, pues, a su familia y se interna en lo más fragoso y escondido del monte Distercio, viviendo cerca de cuarenta años privado de la compañía de los hombres y sometiendo su cuerpo a rigurosas penitencias. Ordenado de sacerdote y libre, al poco tiempo, del cuidado pastoral, se retira a su domicilio de Suso y, ya de edad provecta y lleno de virtudes, recoge a hombres y mujeres que quieren tenerlo por guía espiritual. De este modo se va formando el monasterio de Suso.

También he tenido un amor.
Bueno, dos.
Quizás más.
A estas alturas no recuerdo.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Por eso corro tanto gaia07.
Te juro que esta vez no me cogen (sobre todo en México)
Un beso maravilloso.

Pedro M. Martínez dijo...

Ya Arantza G..
Aunque las últimas (vírgenes) han sido aburridas.
Al unicornio no se le amansa, no se deja.
Abatirlo sí, a traición.
Pero él no fue, seguro, estaba conmigo.
Un beso de almíbar.

Pedro M. Martínez dijo...

Pues mira, Mirada, el unicornio se está cabreando (¿entiendes?) por que con tanta gente en la habitación les estamos agobiando y no se puede atusar el cuerno y asío no hay quién trisque.
En fin.

Guapa.
Gracias a ti, un beso.

ana p. dijo...

Los unicornios se mueren de golpe o van apagándose poco a poco? Si mi unicornio se pone malito, no hay manera de recuperarle? Qué será del Edén sin unicornios que enciendan arcoiris para aplacar los días de lluvia... Habrá que inventar alguna pócima que los resucite...

Pedro M. Martínez dijo...

Pues sí, ana p., pues sí.

➔ Sill Scaroni dijo...

He venido acá para regalarte uno de mis unicornios pero quiero pedirte que lo trate con todo el amor y cariño porque es muy sensible.
Nunca cuentes para Silvio que yo te regalé uno porque el quiere quedarse con todos los animalitos del mundo.
PS: no deje la ventana abierta ... nunca.
Sill

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