lunes, 2 de junio de 2008

Confuso y con alas. 1. Mizar.






Durante toda mi vida busqué respuestas a unas preguntas que quizá no tengan contestación, y excavaba en el mármol como si la verdad se encontrara en el corazón de las piedras, y extendía unos colores para pintar unas paredes, como si se tratara de tocar simultáneamente unos acordes con un fondo de silencio demasiado grande. Pues todo calla, incluso nuestra alma, o bien es que nosotros no oímos. (M. Yourcenar).




Atravieso el río Suchiate con los otros, en silencio, no hablamos, somos tan pobres que no tenemos palabras que compartir. Concentro la mirada en el frente, sin desviarla, no puedo malgastar mis ojos, necesito acumular paisajes para luego, para cuando llegue. No sé de qué pueblo he salido, ignoro dónde terminaré. Continúo el camino. A mi lado alguien llora, alguien sufre, alguien me roza y se va. Sólo tengo preguntas, tampoco quiero compartirlas, cruzo mis brazos sobre el pecho y sigo. Hoy me tocó esta parte del río. Observo al pelícano, en escorzo pica su costado hasta hacerse sangre que beberán sus crías hambrientas, luego se aleja volando. ¿Lloran los pelícanos?. El uro se aleja, cansado. Estoy sólo, ahora voy a sentarme y leeré los enigmas mientras me inclino a la noche, ávido de entender, ansioso porque los huesos se me llenaron de tristeza, rabioso porque la noche ha llegado y las nubes no me dejan ver la luna.Pero no te preocupes ahora una palabra brilla, en otra se enciende el eco de un suspiro y las junto para que las bebas, para que las comas con pan, para que los caminos de la comunicación se pinten de tonos amarillos antes de la fiesta, antes de que cantemos otra vez la canción de nosotros. Tú me hablas de tanta gente que entra y sale en tu vida, privilegiados porque te ven y te disfrutan, ajenos a los que desde tan lejos pensamos en lo desconocido. Y tú no entiendes pero me hablas de cosas que tampoco entiendo y buceo bajo el agua de tu voz, de tus disculpas, de tus barcos siempre a punto de llegar a puerto y justo al doblar la calle te descubro con un vestido blanco y una flor en la mano, la calle se llena de una neblina que recuerda a una película italiana de los cincuenta, te llamo, parece que me escuchas, pero te alejas, corro tras de ti, entras en una taberna oscura, los borrachos te lanzan su soledad como monedas, no te alcanzan, te pierdes en esas calles que nunca recorreré porque han cerrado las fronteras, las sirenas se esconden bajo las rocas y un presagio de tormentas tiñe el mar que baila frente a mi ventana de luz y cebollas...(sigue)


14 comments :

navegar.es.preciso dijo...

Silencio...Sólo palabras.
Silencio...El sonido más perfecto de la música.

Єѕтnoм dijo...

Las sirenas no se esconden.
Tu sirena sólo espera.
¿Te canto?
Que conste que estos días he estado calladita, ahora no me eches la culpa de tanta lluvia.
Va, que canto a ver si despierto a Ybris.

Magnolio dijo...

"...Debo dejar de escribir porque ya me has entendido. ¿O no?..."

Marguerite se disfraza de Adriano, Pedro de Glup y nos lanzan preguntas que parecen respuestas o respuestas que parecen preguntas y durante unos instantes (a veces días, meses, años) permanecen indelebles como signos, como rastros para buscar el Norte o quízás también para perdernos.

Tempus fugit dijo...

¡Se tiene que ser muy pobre para no tener ni palabras que compartir!
Tú eres multimillonario.
Esa neblina onírica amenaza con ser crudamente real.

Un abrazo, maestro.

Margot dijo...

Va, sigamos perdiéndonos por esas calles... esto sólo acaba de empezar, señor por entregas.

Un besote entero, pero enterito!!

mirada dijo...

La estrella de la constelación de la Osa Mayor.
A parte de disfrutarte... mucho, mucho, mucho, al leerte, porque eres muy bueno relatando...
Me picas siempre la curiosidad.
Me encanta venir aquí. Gracias, gracias, gracias. (Sigo pendiente de la continuación...)
Miles de besos

Anónimo dijo...

¿Bailas?

Stormy weather... no podía ser de otro modo...

No sé si llegaré... me pongo de puntillas para apoyar mi cabeza sobre tu hombro... y si no, siempre me quedará tu pecho.

Háblame... así que buscas, persigues respuestas y una mujer de vestido blanco y pose italiana. Podría hablarte de cebollas toda la noche... pero prefiero escucharte.

Te he visto con tu sombrero de ala y un traje marrón corriendo desesperado por callejones sepia, resbalando tus pisadas por adoquines que reflejan la mirada de las farolas curiosas, y de vez en cuando, en un recodo, la estela de una gasa torda.

Te beso...

gaia07 dijo...

Estoy deseando leer lo que sigue, quiero saber como encender las palabras, y hacer que brillen, y me entiendan en la distancia. Ahora me siento realmente pobre. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Hoy el día me ha ganado.
Son casi las 11 y llego ahora.
Puff.

Pufff

navegar.es.preciso, si hay palabras no hay silencio.
Y no me quiero callar.
Conozco buenas músicas.

estnoM, mi sirena no, nunca se esconde, solo que nada demasiado rápido (al menos para mí).
Y sí, canta, aunque sigue lloviendo.
Oye, soy muy celoso.¿sabes?

Magnolio bajo la lluvia, contigo no me puedo disfrazar, me conoces demasiado bien. O me conocías. Pasa el tiempo y el norte ya no se sabe si está ahí, o ahí, ahí, me temo que se ha roto la brújula.

De cenizas, aquí andamos, atareados, sin tiempo, algún día nos pararemos y hablaremos. Si voy por ahí, te llamo (te lo prometo).
Abrazos.

Margot ¡y va la segundita!, que cantaban los Chalchaleros.
Beso para ti..

Mirada, Voz, Todo¡¡¡me guuuuustas!!!


Maduixeta, mal, bailo mal, pero con entusiasmo.
Y sí, apoya tu cabeza en mi pecho (¿escuchas?).
Va, seguimos bailando que te estás quedando dormida.
Besos.

gaia07, pues no, al contrario, rica, me lo parece. Y enriqueces esta esquina con tus comentarios. Muchas gracias.

Pufff

navegar.es.preciso dijo...

Bueno siento disentir, a veces las paradojas nos invaden, eso creo que ocurre con las situaciones tan extremas.
Me gusta mucho, mucho tu mirada y la forma en que lo cuentas, aunque a veces, no es que no coincidamos, simplemente miramos desde angulos distintos y ni eso, es la forma de contarlo.
Y de nuevo, si me permites, un beso.

ybris dijo...

Como Yupanqui cantaba hay quien no necesita silencio porque no tiene en qué pensar.
Otros como tú piensan demasiado para estar callados o para dejar de acumular paisajes o para no ahorrarse su torrente de preguntas.
Así te leo como a quien desborda.

Un abrazo

Magnolio dijo...

Venga, nos tomamos unos txipironcitos en su tinta y con los morritos negros conjugamos en presente.

¡Márchando una de brújula!.

¿"Demasiado"?
Mmmmmmmmmmmmmmmmm.

Єѕтnoм dijo...

Ultimamente todo el mundo se duerme, ayer Ybris y hoy tú.
Vamos suelta la sábana, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

Segunda parte.

navegar.es.preciso, disiente hija, que es sano.
Y besémonos, sí.
Gracias, guapa.

ybris, Yupanqui decía muchas cosa en un tiempo en el que aquí se decía poco.
A pesar de tanta desmemoria.
Un abrazo, agradecido por tus comentarios siempre amables.

Magnolio al sol declinante de junio, siempre has tenido unos morritos muy ricos (y lo sabes, bruja). Venga, vamos allá (aunque la brújula..cualquiera sabe dónde está)

єѕтησм, no me duermo, niña (camarón que se duerme la corriente se lo lleva).
Ocurre que no puedo estar encima de todo (ni de todas)

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