domingo, 7 de febrero de 2010

Extimidad.



Frank Lloyd Wright

(EEUU, 1867-1959)
Arquitecto estadounidense, uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX. Nació el 8 de junio de 1867 en Richland Center (Wisconsin). Estudió ingeniería civil en la Universidad de Wisconsin y en 1887 viajó a Chicago para trabajar como dibujante en el estudio de Adler and Sullivan. Uno de los socios de esta compañía, Louis Henri Sullivan, ejerció una importante influencia en la obra de Wright, que siempre le consideró su maestro. En 1893 abrió su propio estudio de arquitectura en Chicago. Wright acuñó el término de arquitectura orgánica, cuya idea central consiste en que la construcción debe derivarse directamente del entorno natural. Desde los inicios de su carrera rechazó los estilos neoclasicistas y victorianos que imperaban a finales del siglo XIX. Siempre se opuso a la imposición de cualquier estilo, convencido como estaba de que la forma de cada edificio debe estar vinculada a su función, el entorno y los materiales empleados en su construcción. Este último siempre fue uno de los aspectos donde demostró mayor maestría, combinando con inteligencia todos los materiales de acuerdo con sus posibilidades estructurales y estéticas. Otra de sus aportaciones fundamentales a la arquitectura moderna fue el dominio de la planta libre, con la que obtuvo impresionantes espacios que fluyen de una estancia a otra. Este concepto es evidente en las llamadas prairie-houses (casas de la pradera), entre las que destacan la Martin House en Buffalo (Nueva York, 1904), la Coonley House en Riverside (Illinois, 1908) y la Robie House en Chicago (1909). Wright fue el pionero en la utilización de nuevas técnicas constructivas, como los bloques de hormigón armado prefabricados y las innovaciones en el campo del aire acondicionado, la iluminación indirecta y los paneles de calefacción. 


El Larkin Building en Buffalo (Nueva York), proyectado en 1904, fue el primer edificio de oficinas en disponer de aire acondicionado, ventanas dobles, puertas vidrieras y muebles metálicos. Entre sus innovaciones estructurales destaca el sistema antisísmico desarrollado en el enorme Hotel Imperial de Tokio: para ganar flexibilidad, empleó una estructura de voladizos apoyada en unos cimientos que flotan sobre un lecho de barro. El edificio se concluyó en 1922 y no sufrió ningún daño en el terrible terremoto del año siguiente. Entre 1909 y 1910 se autoexilió en Europa, acosado por problemas personales y enemistades profesionales. A su regreso se estableció en Taliesin, donde construyó su propia casa y un estudio-escuela inspirado en las relaciones maestro-discípulo. Poco a poco fue obteniendo el merecido reconocimiento internacional, aunque los encargos más importantes tardaron en llegar. Entre sus obras más emblemáticas se pueden citar la Millard House en Pasadena (California, 1923), la Kaufmann House o casa de la Cascada en Bear Run (Pennsylvania, 1937, hoy abierta al público), el Johnson Wax Company Administration Building en Racine (Wisconsin, 1939), la First Unitarian Church en Madison (Wisconsin, 1947) y el rascacielos Price Tower de Bartlesville (Oklahoma, 1953). En 1959 concluyó el edificio helicoidal para el Museo Solomon Guggenheim en Nueva York. Entre sus aportaciones también destacan sus numerosos escritos, entre los que se incluyen An Autobiography (Autobiografía, 1932, revisada en 1943), An Organic Architecture (Arquitectura orgánica, 1939), y Natural House (Casa natural, 1954). Wright murió el 9 de abril de 1959 en Phoenix (Arizona). © eMe


 

 

10.22.2009 - 02.14.2010


El término extimidad de Jacques Lacan, cuya estructura ha sido dilucidado minuciosamente por Jacques-Alain Miller, define algo así como la exterioridad de lo más íntimo.

Con rapidez, los listos, los expertos, los gurús, se han apropiado de él aunque lo usan con un significado ligeramente diferente al del psicoanalista francés.

Solamente en España, más de 13 millones de personas formamos parte de alguna comunidad virtual, de las redes sociales léase blogs, Facebook, Tuenti, MySpace o cualquiera otra parecida, incluidas la que seguro saldrán mañana mismo. Cada día utilizamos estas vías de comunicación, usamos la tecnología que permite compartir nuestra identidad, o construirla, imaginarla, hacerla nueva. Quizás esta sea la verdadera y la inventada es la otra, la normal, la de antes.

Cuando tantas personas se han apuntado a esta forma de expresión, esto nos indica que un cambio importante se ha producido en la forma de entender la intimidad. Está claro que la edad no es un obstáculo, que no es solo un fenómeno adolescente. Lo que no está claro es dónde nos llevan estos cambios. Dado que no controlamos el futuro limitémonos a construirlo.

Me encanta esta posibilidad de jugar entre lo que siento y lo que exteriorizo. Como ejemplo, cada día dejo este blog perdido de extimidad.

(¿He dicho jugar o he dicho escribir?)


Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.

!Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

(Ángel González)



Carlos Morales ha tenido a bien incluir uno de mis textos en sus Cartas en la noche
Además de agradecer su atención dejo aquí mi admiración por su trabajo poético y cultural, por su sensibilidad y también, claro, por su paciencia.

3 comments :

gaia07 dijo...

No controlamos el futuro pero podemos prestar atención al pasado, hace tiempo que dejamos de sentarnos a la puerta de casa a charlar con los vecinos, durante las comidas se mira una pantalla y como mucho se producen exclamaciones o alguna frase, la comunicación en el trabajo se reduce a las compras, a los hijos, y al coche, porque el fútbol, las series de tv y la organización del descanso copan el resto del tiempo. Y cada vez hay menos chimeneas dónde juntarse.

Se te da francamente bien ser pionero en construir texto jugando a escribir extimidades.
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

No soy pionero en nada gaia07, soy una persona con muchas limitaciones que intenta controlar el presente. Cada día me doy cuenta que eso es imposible. Como para controlar el futuro. Del pasado ni hablamos.
Por eso, entre intento e intento se pasan los días. Al menos, cuando leo tus comentarios –muchas gracias- me reconcilio con el trabajo que lleva el absurdo de un blog.
Pero aquí estamos y gracias a ello nos conocimos. Increíble.
Ahora te abrazo y me quedo callado. Sé que sabes.

Shandy dijo...

Pedro, no conocía la palabra "extimidad", y va a la buchaca. Has escrito "Jugar" ¿un lapsus de un inconsciente listo?
Escribir,es una lúdica pasión, un juego solitario que a veces trasciende las paredes de nuestra extimidad, pero: " Pla escribió la cumbre hispánica del género, El quadern gris, ya reveló que la intimidad absoluta era inexpresable y la sinceridad literaria, un malentendido. “El hombre –exponía- podría ser sincero si fuera siempre igual a sí mismo”. No está mal esta apreciación, gracias por el enlace.
Las "extimidades" estentóreas y ostentosas me horrorizan, conviene cierto pudor estético aunque cada cual que se "ispa" como le pete y yo decido si miro o no su desnudez.
Y sobre el tema del futuro, te dejo este broche con el que J. E. Pacheco cierra La edad de las tinieblas:
"El amanecer nos entrega la primera hora y el primer ahora de otra vida. lo único de verdad nuestro es el día que comienza".

Besos en esta madrugada

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