lunes, 8 de febrero de 2010

3 años, o así.


No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un termómetro de vidas. Algo entre termómetro y topómetro, entre fichero y curriculum vitae.
Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un fama, una esperanza y un profesor de lenguas. Aplicando sus descubrimientos estableció que el fama era infra-vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente super-vida, pero más por poesía que por verdad.
A la hora del almuerzo este cronopio gozaba en oír hablar a sus contertulios, porque todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así. La inter-vida manejaba abstracciones tales como espíritu y conciencia que la para-vida escuchaba como quien oye llover, tarea delicada. Por supuesto la infra-vida pedía a cada instante el queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en cuarenta y dos movimientos, método Stanley-Fitzsmmons. A los postres las vidas se saludaban y se iban a sus ocupaciones, y en la mesa quedaban solamente pedacitos sueltos de la muerte. (Julio Cortazar)


Me lo dijeron ayer las lenguas de doble filo, que te casaste hace un mes y me quedé tan tranquilo, esas cosas de copla antigua, que mi santa no me lee, que mis hijos dicen que escriba más surrealista, que mis nietos quieren que lleve a sus hijos al parque y que estos, mis biznietos, babean, agitan rítmicamente sus sonajeros y balbucean sobre mi abuelo y su perro que es el único que me entiende en esta gran familia, con él charlo de esto y aquello, todo lo que su faringitis permite, todo lo que se dilata mi paciencia en el apartado canino, aquello que se expande en conversaciones sobre nuestros gustos, tú sabes, la Macanita y Cecilia Bartoli, los Byrds y Vainica Doble, Moebius y Pollock, que me postro frente al altar de los santos Julio y Cortázar y la inspiración se posa sobre mi cabeza como una lengua de fuego, como una paloma de contrapasa, como un cangrejo de pinzas que abarcan soledades y otro cualquiera, en mi caso, se hubiera echado a llorar, yo, cruzándome de brazos dije que me daba igual, que cultura, la Cultura, es una hermosa palabra que engloba tanto que a veces va ligada con belleza, la Belleza que se da el brazo con sentimiento, el Sentimiento que es esa indefinible sensación que se expande en el pecho leyendo a XX *, acariciando el cristal de la urna que contiene los restos de la juventud, la mía, no hay nostalgia, no, hay certeza y espejos rotos, de aquella crisis del cincuenta y tantos salió un bicho entre el barro que asustaba a los críos del barrio, porque sin ser tu marido, ni tu novio, ni tu amante, soy el que más te ha querido, con eso tengo bastante, pero la lluvia, bendita lluvia, fue desprendiendo de su piel los colgajos del primer amor, la certeza de la muerte, las posturas amorosas de un cuerpo liberado, las uñas rozando la ventana, la palabra como un puente, como un agujero que se tragaba todo lo que antes no, arcoíris o relámpago, carabela, estroncio, alicates, una soleá en un patio cordobés, Leilía en Santiago, todo lo que vino detrás, nombres con una mirada que horadaba la armadura, libertad, apártense que arrollo, que me falta carretera para seguir, que esto es solo un comienzo de todo lo que aún falta, si me sobran fuerzas, quise decir sí, me sobran fuerzas, me faltan horas, centrarme, saber que escribir es un arte y no un desahogo, que sin corazón no basta la técnica, tentáculos de inspiración bajo el agua negra de algunos días de calamares, de peces abisales que no avisan, tiburones que muerden y se van, que escribir es contar pero no solo, eso ya lo sabías, ¿no?, no, lo que no sabes es que detrás de la pared hay un enigma o un milagro, o nada, un perro levantando la pata para mear, una pareja comiéndose mutuamente, un hombre que se quiere olvidar de lo que se ha olvidado, caprichos de sentarse y pensar en otro -ahora mismo tú, ya ves-, en los juegos florales de la voz, enroscada, hay una mano tendida, dos, los brazos, un cuerpo abierto en dos mitades, como un pescado a la plancha, arte en Guetaria, cocineros escogiendo la salsa, marmitón humilde que pela patatas de palabras, que saca la basura y barre entre las mesas del alma, ¡mírame! no, si, ya, tiempo, ese que corre desnudo por el pasillo, enseñándonos un culo blanco, se escapa y nos deja empeñados en recuperarlo, cuantos besos he perdido por este blog, cuantos he ganado, cinco a cero, partido accidentado, con lesionados emotivos, con limosnas en la puerta de la iglesia, en misa de una los piadosos devotos de santos con estigmas dan más, un milagro es llevar aquí tres años, hoy, tres años, así, como si nada, soy de Bilbao, sí, pero es mucho, me pregunto si seguiría si mi ranking de visitantes fuera inferior, si no recibiera tanto cariño, un tío tan duro que se quita la camisa y se le ve el alma, un lunar en los ojos, los bíceps que fueron y la voluntad de seguir, obstinado, que hace mucho preguntaba a mi madre mientras preparaba la comida, “Amatxu ¿me enseñas a bailar? y ella bailaba conmigo en una cocina humilde y feliz, “Amatxu ¿y qué les digo a las chicas?”, ella sonreía y añadía sal, o tomate, a los guisos, “Ya se te ocurrirá, hijo, las palabras salen solas, pero recuerda, tenlas siempre respeto” y entre lágrimas ** y risas pasaron los días y lo que no me haya ocurrido lo inventaré, me sentaré con los viajeros de la caravana, con los niños en el oasis, con lo que volvieron, en el centro del silencio de tantos como se fueron, seguiré el consejo de Albert Camus, si escribes claro tendrás lectores; si escribes oscuro tendrás comentaristas y discípulos por eso voy a experimentar, a buscar cauces en los que no me haya mojado, barro y cerezos en flor, contar abubillas entre los árboles, división entre los que rezan, los que combaten, los que trabajan, añadiría los que roban a estos últimos, los parásitos, importancia de ser, integridad en los principios, onomatopeyas, circunloquios para decir que A sigue siendo A, o no, dudas, ¿quién somos?, escribir raro, confuso, y mirarte, ¿dónde empieza la ira?, ¿dónde cambia de color el mar?, vista aérea del mundo que conocemos, un mundo pequeño que cabe en un mano, de momento las guerras, los terremotos, el hambre, la confusión, la sed, el pillaje, el caos, están en otra parte, por eso me baño en el agua de la historia, me sumerjo, intento entender, “Hijo mío ¿ves esa estrella?, está muerta desde hace millones de años” y seguir mirando el cielo de Cádiz en verano, cuando todo era diferente y parecía que nada podría cambiar, hoy todo ha cambiado y se ha vuelto del revés, yo me voy para mi casa y tú te vas al cuartel, cantos militares, de tropa, sentarte y escribir sobre la tarántula que sube por la espalda entre sábanas blancas del niño dormido, sobre la aguja en el brazo del hombre con los ojos rotos, sobre la mujer llorando en una ventana de soledad, grillos y cigarras, un verano que terminó para siempre, aquí no pasa nada y pasa todo, un ángel me mira, zumbón, y rompo todos los confesionarios que intentaron ensombrecer mi infancia, los quemo, una gran pira, mentiras para sostener la gran mentira, esto es lo que hay y el resto es silencio, luz, vida, un humilde blog buscando en el ejercicio de una escritura compulsiva, esto es un diván, Lacán, si no navega en la sinceridad no es, si no sé disfrazar el perfil y el bigote no hay oficio, si me lees más allá de lo que lees es un triunfo compartido, lo dicho, resumiendo, tres años y las promesas de continuidad, un cambio en el estilo y trabajo de esclavo de película de Cecil B. de Mille, los Diez Mandamientos, comienzo con uno, todo comienza conmigo y todo termina en yo, Larralde, mezcla de tantas lecturas, de tantas músicas que tarareo y silbo, que los días carcomen el alma, el tedio, la rutina y si tienes la suerte/desgracia de rozar el milagro sabrás que el éxtasis existe, que la pasión es un privilegio de los que arriesgan la estabilidad, avaricia de conservar el moho, mirar las horas desde el borde de un precipicio y con absoluta confianza dejarse caer para que seres celestiales te recojan con sus alas, que las abran de pronto y te precipites hasta la cama de un hospital con los huesos rotos, con el alma rota, con la mente que ve bichos a partir de ahí y llora, lo mejor/peor que te puede ocurrir, empezar a vivir después de haber muerto, otro escenario, arriba el telón que la función va a comenzar, estreno mundial, señoras y señores esto es la vida, un festín sobre los manteles de lo cotidiano, empapucémonos, hartémonos, llenémonos de las viandas de la existencia, ay, ay, ay, ay, esto es lo que hay, ¿tres años de extimidad? , bendito el que haya llegado hasta aquí ya que todo esto se resume en dos palabras:

Os quiero.


Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
(Julio Cortázar)



Además. Que sí, que sí, que no, que no, que a la Parrala le gusta el vino o nunca llueve a gusto de todos o vaya usted a saber, que lo que é, é, es decir que no se puede contentar a everybody, se puede intentar, claro, pero el fracaso es seguro ya que cada uno somos de nuestra madre y de nuestro padre y a unos les gusta el tinto, a otros el blanco y a otros no les gusta nada, que por sus actos les conoceréis y que por mucho bigote postizo que te pongas al final lo que haces/dices/omites/escribes te define y el tiempo nos pone en nuestro sitio y en cien años todos calvos (otros antes) y hoy por ti mañana por mí, yo, mí, me, conmigo, que este es un desfile de ombligos y ahí la partera influye mucho, no digo que luego uno no, sí, quizás, que si juegas bien todo el partido y te meten un gol de penalti injusto en el último minuto es como si nada, échale la culpa al árbitro, a los periodistas al lucero del alba, que el que decide es el público soberano, aplaude, pita, patea, tira cacahuetes a los linieres, que no solo hay que ser bueno sino parecerlo y esto es un blog, ya te digo, y cada uno lo lleva como puede/sabe/quiere y por su público lo conoceréis, que lo bueno es que no hay normas, normal, algo tan nuevo no debe tenerlas, si las hay nos las saltamos pero, insisto, gustar a todos es imposible, además como este artilugio tiene las puertas abiertas lo mejor es ese pasen y vean, que como es gratis uno/una tiene todos los derechos, incluido el del pataleo, que para este viaje no hacen falta alforjas, que esto es el espejo de Blancanieves, siempre te dice que eres el más guapo, bendito el que se lo crea, bendito el que compita, bendito al que le sirva su propio estímulo, bendiciones a diestro y siniestro que esto es una pequeña parcela en el amplio campo de las posibilidades y quedarse aquí es otra forma de irse, que hoy así y mañana asá, es lo que tiene, ya, es muy largo y quizás sin demasiado sentido, para los impacientes lo he resumido, repito: os quiero.



43 comments :

Angeles dijo...

Leerle es como beberse las lagrimas con ron, conseguir que estas sepan a noche y a humo, a lugares donde da igual lo que pises porque la luz siempre esta apagada, imaginar que en diciembre los almendros quizás puedan florecer y que todo puede ser lo que no parece….

Brindo con ron por otros tres años….más…o más…

Shandy dijo...

Suelen gustarme más los Cronopios porque son más lúdicos,más imprevisibles, más creativos, y por eso de considerarse un "supervida" con la conciencia clara de que es más por poesía que por verdad. Un poco de famas y esperanzas tendremos todos aunque nos jorobe.
Han pasado muchos años desde que las Amatxu nos enseñaron a bailar y, además, tres para ti en el diWan de Lacan derramando cultura de Pollock a Moebius o de La Bartoli a la reina del bolero, derramando belleza y sentimiento y cuanta extimidad de ti te ha petado jugar, hasta confesar lo que sin ser tu marido, ni tu novio, ni tu amante, soy el que más te ha querido...Olé! Vaya vaciado lingüistico el de esta entrada.Me he deslizado por ella hasta el final, llegué un poco agotada ,pero contenta, oiga, que nadie me ha obligado. De que todo se reduce a dos palabras ya hace tiempo que lo sé. Y yo quiero que me quieran porque que eso espanta a la muerte. Me doy por querida por ti.
Pedro, Tres cierra un ciclo, una primera totalidad que no es más que otro uno, y por ello es el número apto para reproducir eternamente las mismas estructuras.

Salud y uno por cada dedo de la mano (bicos)

silvia zappia dijo...

llego aquí desde la casa de Virgi, a visitar al tal vez niño cuántico,y me encuentro con esta verdadera fiesta de palabras, oscuras o claras, no importa, fiesta sí, de palabras.

un beso*

virgi dijo...

¡Tres años! ¡Cuánto me he perdido!...pues como dos años y unos meses...bueno, nunca es tarde si la dicha es buena...
El ángel aquel te sigue mirando, ahora con la sonrisa del que sabía con antelación de las certezas.
Los que te seguimos desde meses o desde años sabemos de tu arrolladora palabra. Vital y poderosa.
Un abrazo mientras siguen cantando los mirlos. Para ti, lo sé.

(¡ños, algo me decía que te enviara un regalito!)

Pedro M. Martínez dijo...

petitapetitesa, los años es lo de menos, pasan los malditos sin que nadie pueda pararlos. Lo importante es lo que queda en esos años. ¿Seguro? Quizás con la luz apagada no se vea nada. Tan poco como cuando se cierran los ojos. No sé. Estos años (y los de antes) es porque no sé.
Brindo contigo.

Pedro M. Martínez dijo...

En ese cierre de ciclo estoy Shandy, pensando por donde puedo ir. Mientras tanto escribo y busco. Seguro que alguien me acercará un candil. Muchas gracias por tu comentario. Y sí, salud, que no nos falte.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias por venir Rayuela, esto intenta también ser un truquemé donde cada uno encuentra sus palabras a nada que sepa saltar de casilla en casilla. Hasta el cielo. O el infierno. Un beso

Pedro M. Martínez dijo...

Me gustó tu regalo virgi, muchas gracias.
Esas sorpresas dan alegría al trabajo de estar en la ventana, como en Amsterdam, esperando que alguien entre.
Ángeles y pájaros vuelan alrededor como en una urna de vírgenes morenas, no sé si por mí, pero me imagino que sí, es lo que tiene la imaginación, uno se cree lo que quiere.
Un abrazo de lunes con temblores.

Arantza G. dijo...

Después de bendecida, parece que estoy mejor...jaajaja
"A las palabras hay que tenerlas respeto" cierto, son un cuchillo que te puede degollar. Qué te voy a decir yo.
Por muchos años más.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza, ego te absolvo a peccatis tuis, con palabras que no intentan degollar sino acariciar, este es un blog amoroso, ya ves, que para enfrentamientos ya tenemos otros foros, lugares donde sacarse los colores, aquí solo hay la concordia que busco por los siglos de los siglos, amén.
Hija, puedes ir en paz.

sk8 dijo...

Acariciando el cristal de la urna que contiene los restos de la juventud, tu palabra como un puente durante tres años,
Un tío tan duro que se quita la camisa y se le ve el alma.
“Ya se te ocurrirá, hijo, las palabras salen solas, pero recuerda, tenlas siempre respeto".
Cada día nos sorprendes y nos das un poquito de tí, por eso te queremos...¡Felicidades!

El peletero dijo...

Todos queréis escribir como Cortazar.

¿Por qué esos párrafos tan enormes?, a mi me asustan y creo que no hay necesidad fuera del miedo a algo o a alguien.

Pedro M. Martínez dijo...

sk8, al menos doy música. Perdona que no me quite la camisa ahora porque llueve sin parar. Gracias por quererme. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Un momento El peletero, perdone usted un momento.
Vamos a ver, qué comentario es este.
¿Todos?, quién, el que firma (supongo) y ¿cuántos más?
Una cosa es que tú te asustes (ea, ea, ya pasó) y otra cosa es que yo no escriba como quiera. Cada día dejo aquí algo que intento sea diferente. Leches, si los párrafos enormes te asustan lee los cortos. O léelo a trozos, yo qué sé. Esto es gratis (al menos yo no cobro un duro) y voluntario, coño, pon un poco de tu parte.
O haz lo que quieras, a estas alturas del partido un gol más no cambia nada.

Y el final, el tuyo: creo que no hay necesidad fuera del miedo a algo o a alguien
Ahí sí, ya ves, ahí sí, eso del miedo. En el fondo creo que es miedo a mí mismo, a no tener tiempo a decir todo lo que me queda dentro.

En cualquier caso, querido El peletero, recibe mi abrazo y mi agradecimiento por tu comentario (ya sabes, cuando hay confianza…)

gaia07 dijo...

La diversión es útil para evitar las enfermedades del alma, y querernos y quererte es un bálsamo que cura.
Después de leerte me ha quedado claro que… estás aprendiendo a vivir para saber morir, y que estamos en el mismo camino.
Un beso.

ybris dijo...

O así, Pedro, o así.
He intentado vagar por los restos de Blogia allá por 2005 y dejar alguna huella.
Que menciones sólo desde aquel febrero de hace tres años en Blogger no quiere decir que no existieras antes.
Yo, desde luego, te leo desde hace casi cuatro años desde que me comentaste una entrada de 6/4/06.

Razón de más para apreciar ese "os quiero".
Y la enorme constancia de ese esfuerzo que, a mi entender, ha sido fiel siempre a lo que dices:
"escribir es un arte y no un desahogo"

Un abrazo junto con mis felicitaciones.

Unknown dijo...

Pedro.

Que sigo pensando lo mismo. ¡Eres un bastinazo!

Anónimo dijo...

Hola Pedro, ¿te encuentras bien?
Me resulta raro no ver nueva entrada en el blog y como yo soy así...ya me he empezado a preocupar.
Besos

El peletero dijo...

Querido Pedro, siempre hago lo que quiero excepto cuando no lo hago.

Todos es siempre una metáfora de “unos cuantos”, ya lo sabes y no te me enfades si es que te has enfadado, nunca sale a cuenta.

Ya leo los párrafos cortos o frases cortas sin derivadas, ¿quién te ha dicho que leo los largos?, ¿de dónde lo has sacado? Leo lo que me da la gana, como tú. Los libros nunca los termino, ya hace siglos que no leo un libro entero, los ojeo, nada más, siempre tengo una docena en las manos, los señalo, subrayo y anoto y releo, leo poco, o casi nada, nuevo y nunca termino ninguno.

A estas alturas me importa poco quién gana la liga, pero es verdad, “muchos” imitan a Cortazar y escriben párrafos enormes.

La gracia de Cortazar, entre otras virtudes, era que parecía que no decía nada, pero contaba muchas cosas. Los que lo imitan les falla la segunda parte, no parece, es que no dicen nada en realidad, sólo hablan. Ése es siempre un típico error de los “literatos” pensar que hablar es igual que decir, y no, las “cosas” no son exactamente así.

De vez en cuando es bueno tener una conversación literaria, ¿no crees?

Estamos en un lugar público, ¿no?

Si te he molestado te pido disculpas.

Saludos

Guadalupe dijo...

Yo también te quiero, Pedro.
Gracias, muchas gracias por cada una de las emociones que me has hecho sentir. ¡Salúd!
Un beso.

mabel g. c.© dijo...

...ya que usted mantiene lo dicho cuan largo es, decirle que la mirada horada el cemento armado del muro, ¿o fueron las lluvias tan persistentes?, ésas que me obligan a incluir entre los inconexos objetos del bolso un paraguas plegable, como de papiroflexia de nube y... contar lo que se dice contar, a veces hasta diez y otras hasta cien con la cara del color de los atardeceres del Mediterráneo de Serrat, antes de decir una palabra más o se arma la gorda...

... tres años no es nada y es tanto en cambio.

Sin más, saludos y un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, lo bonito del camino es encontrarse. Tú y yo nos encontramos. Una maravilla.
Y lo que nos queda por andar.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, Blogia fue una buena época. Conocí a personas interesantes. Como todo en esta vida, terminó.
Esto de ahora es básicamente un intento literario y cultural, artístico (aunque suene pretencioso) pero también humano, de tú a tú. Cada uno lo interpretará como quiera. A mí, de momento, me hace feliz.
Por ejemplo, me encanta que hoy, solo hoy, no publique y alguien me llame por si me pasa algo. Ay.
Es difícil el equilibrio entre lo que me exijo y lo que puedo dar, entre lo que sé y lo que puedo hacer, entre mis inquietudes y mis limitadas capacidades. Aún así aquí sigo, en el alambre, colgado como un equilibrista con poca voz pero que no calla,
Y me ha permitido conocer a personas como tú.
Te abrazo agradecido.

Pedro M. Martínez dijo...

Yo, ¡viva Cádiz! Y tú. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

No Anónimo, sí, de momento.
¿Te ha parecido corto el texto?
Ay, cómo eres.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

El peletero, pero, hombre, cómo me vas a molestar. De ninguna manera.
Pensé que mi contestación tenía el suficiente humor para que no pudieras pensar algo así.
Este es un espacio abierto, cada uno dice lo que quiere (menos un c. que me está enviando spam en perfecto inglés, cada día, al post de Arantza).
Rayuela es mi libro (como el de muchísimos). He leído tanto a Cortázar que seguro que algo se me ha pegado. Lástima no tener su talento.
En cualquier caso debo decirte que después de tanto tiempo aquí, con más de mil post hay de todo, corto, muy corto, largo y muy largo. Cuestión de inspiración (¿suena pretencioso?) o de tiempo, de ganas, de yo qué sé. Cada uno que lea lo que quiera y como quiera. Y si solo escucha la música y mira las fotos…pues también.
Encantado con tus comentarios. Recibe mi abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Guadalupe, yo te quiero más porque soy mayor.
Hablando de emociones…pues las que me has hecho sentir tú a mí…
¡guapa!
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

mabel g. c., ¿sin más?, pues bastante has dicho. Y muy bien.
Muchas gracias, un beso.

Marina Culubret Alsina dijo...

:-)
aunque me escape de allá para aquí muy de vez en cuando....
ahí va una andanada de energía abrazoide...!

una vez me dijeron que soy una esperanza...
no sé...
:-P

bona nit,

Ventana indiscreta dijo...

Tienes a la escritura como un saltamontes en verano, sir Peter, te acercas a ella y salta, la intentas coger y salta. ¿No será ese modo de saltar tu hermosa escritura y no tanto como el salto propiamente dicho? Un cernícalo bastaría para que te acosase (les encantan los saltamontes). Al ritmo de tu escritura, ya cercano y muy reconocible, se le notan mucho los muelles y no es que necesites elasticidad sino tan solo mirar al cielo por si viniera algún pájaro, o lo que es más importante, mirar en la tierra por si hubiera una sombra. Vale, sir Peter, que no te he dicho nada y que todo te lo vas a tomar a coña. Ya quisiera yo para mí indagar y escribir con ese remate que te caracteriza. Coño, prueba a ponerte serio un día. No sé.

Besos no extintos.

Pedro M. Martínez dijo...

Lo eres marina

Pedro M. Martínez dijo...

Ventana indiscreta...¿diga?
Te leo otra vez.


(qué habra querido decir?)

Nikté dijo...

Pues como hoy no se que decirte(que raro) si felicitarte por esos tres años o felicitarme a mi misma por haber llegado hasta el final-me sigue costando muchisimo el leer textos novelados tras una pantalla- una es así que le gusta hacerlo tumbá en la cama, en el sofá, en la arena (como Eva María), pero al final viene la recompensa de un te quiero, una bendiciones.

Me perdí en la parte que decías que bailabas

Nikté dijo...

Mi querido Pedro
¿Me das permiso para discrepar con uno de tus comentaristas u/o discípulo?
No todos queremos escribir como Cortázar, yo quiero hacerlo como la Betty Boop

Pedro M. Martínez dijo...

1. Nikté, pues te has perdido en la mejor parte.
2. Nikté, te doy permiso para que discrepes con quién quieras, incluso conmigo. Y que cada uno escriba como quiera/sepa. También que cada uno comente como le salga.

Ventana indiscreta dijo...

Sir Peter, quise decir que los celíferos de la palabra, como tú, ya tenéis bastante con el impulso, el gesto. Luego vendrá lo que se ha saltado (escrito), la estética del salto (estilo), la hondura del salto (los saltamontes no saltan hacia abajo, los buenos escritores sí). Y que de lo único que se tiene que preocupar el celífero es de su propia sombra o de comerse a sí mismo (descontento). Vamos, sir Peter, te crees que lo de escribir así o asá te lo planteas tú solo. Amigo, la escritura como arte es el hambre por la palabra. ¿Y tú lo tienes, verdad? ¿Qué pasa, que no te basta con que Ybris y los demás te digamos que eres un artista?
Y si no, échate al monte (creo que ya te lo dije el otro día con respecto a qué hacías con la cabra).

Besos y no te pongo más.

ana p. dijo...

Tu entrada suena despedida, me pone triste, espero que no sea un adios sino un hasta luego. Besitos

Pedro M. Martínez dijo...

Ventana indiscreta no estoy en absoluto de acuerdo contigo. No soy un celífero. En cualquier caso puestos a buscar similitudes sería mejor un ensífero. La diferencia no es moco de pavo, verás, los primeros tienen las antenas y el oviscapto corto, mientras que los segundos lo tienen largo. Dado que yo tengo todo largo opino que en cualquier caso me parecería más a un ensífero.
Hay mas pegas a tu insensata calificación insectal que no comparto, por supuesto. Sabes bien que el oviscapto es el órgano perforador que llevan en el extremo del abdomen muchos insectos. Hasta ahí vamos bien y bueno, sí, sería acertado. Ocurre que lo llevan solo las hembras con lo que además de insecto no quiero imaginar que más me estás llamando.
S, el paso del tiempo me ha vuelto tan humilde que sé que lo que me pasa a mí le pasa a cualquiera, que no tengo la singularidad en nada. Además procuro no hacer gala nunca de virtudes ni defectos. Respeto la opinión de los demás y excepto que me menten a la madre no suelo recurrir a la violencia física o verbal. Sobre todo respeto mi propio criterio y llevo tiempo sin echarme ni al monte ni a ninguna otra parte.
Lo de la cabra. Quise hacer una gracia en una despedida de machos con ese chiste vulgar y poco gracioso pero, ya sabes, para estar en ambiente. La reacción de algunos fue tan basta y primaria que no lo había repetido hasta el otro día. Hay cosas que no cambian.
Y esto es todo, amiga. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Querida ana p., aún considerando que no se perdería mucho te puedo asegurar y aseguro que no hay en mi escrito ningún adiós, hasta luego u otro tipo de despedida.
Es un texto más o menos largo que, a mi juicio, se merecía más de un día.
Muchas gracias por tu interés.

Tempero dijo...

A ver Pedro, llegado a este punto y visto tu poder de convocatoria te reto a que, en un medio plazo, convoques a blogueros/as en Bilbao. ¿Te parecería descabellado? ¿Te va a que van más de diez y menos de veinte? De todos modos, cifra suficiente. Convocas un orden del día a tu manera. Por ejemplo, que todo el mundo lleve un relato de cosecha propia, que se analicen los nuevos rumbos de la prosa y la poesía que nos circunda, que al menos se lleve una receta original de algo comestible y, esto sería invariable en el encuentro, que todo dios lleve un buen vino. He dicho: un buen vino. ¿Te parece una chorrada? Pues convoca y verás. Nos ves a unos cuantos (yo ya digo que me apunto, y, seguramente seríamos dos) visitando el barco de titanio y comiendo donde tú propongas. O de fiambrera, si eliges tiempo avanzado de sol. Haz la prueba, machote y desenmascarémonos y exterioricémos esa intimidad y dejémonos de hostias y de extimidad.

Un abrazo y reservo plaza. (Hablo en serio, pese a llevar dos ERCAVIO encima).

Anónimo dijo...

Y yo a ti, porque creas todos-los-días, así que ayer no pude quererte, aunque quería. ¿Nos querrás hoy?

Larisa

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, varias cosas.
Primero mi agradecimiento por tu interés.
Y después, me parece que lo que sugieres es una quedada, o kedada, o como se llame. No suelo acudir ni mucho menos convocarlas, sinceramente no me veo en ese menester, no le encuentro un motivo minimanente suficiente. Creo que en el fondo me sentiría muy a disgusto
Para visitar el Guggenheim o comer bien por aquí no hace falta convocar nada, ven y cuéntalo. Lo del poder de convocatoria lo presupones tú que nunca me ha dado por esas cosas, al menos en este campo de blogs.
Lo de compartir relatos de cosecha propia lo hacemos aquí, cada uno desde su página.
Analizar los nuevos rumbos de la prosa y la poesía que nos circunda…no me siento capacitado para ello, ni siquiera sé lo que me circunda como para analizar nada.
Podría añadir un comentario de machito, una gracieta diciendo que mis quedadas son de persona en persona, del género femenino y esas cosas, pero la verdad siento muchísimo respeto por todas las personas de este mundo blog que he tenido el placer de conocer, las que han venido a Bilbao y las que he visitado en otras ciudades.
Por supuesto que atenderé con toda amabilidad e interés a quién me llame.
Mira, para mí este blog es una faceta más de la cantidad de actividades que desarrollo cada día. No quiero que me limite ni que sea lo que me defina. Bastantes problemas me crea porque me dicen que le dedico demasiado tiempo.

En cualquier caso agradezco tu idea y te envío un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Larisa, a ti, sí.

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