miércoles, 8 de mayo de 2013

Tell your story pass it on

New York, demasiado poco tiempo para una ciudad tan grande.
Sólo se aburren los aburridos, leí en el metro, es cierto.

El primer día me senté en Unión Square y quise escribir sobre lo que veía, un empeño inútil, cuando se ve el mundo entero es difícil saber por dónde empezar.
Por eso ese día y los siguientes no escribí ni una línea, ¿para qué?, no podía además, no tenía tiempo, he estado demasiado ocupado con personas, Manhattan arriba y abajo, por  Brooklyn,  taxis amarillos  y calles poco iluminadas, gente, gente, gente, somos tantos, somos.

En estos días he leído muchas cosas, letreros que no entendía y rótulos que anunciaban esto y aquello, folletos de museos, prevenciones de robos del alma, poemas de las calles.
Las hamburguesas no saben leer, quizás tampoco sentir, en estos días he tenido tiempo para (casi) todo, también he comido hamburguesas.
Y (me) he sentido.
Tanto
Tanto.

Sobre todo he estado con personas, he escuchado sus ilusiones, sus sueños, sus miedos, sus mentiras y sus verdades.
Cuando me hablan rápido no entiendo demasiado bien.
Pero traigo el alma llena.

Escribo atropellado, el tiempo se estanca en mi disritmia circadiana (jet lag que le dicen) y me duermo.
Os dejo estas fotos y mi cariño.

Estoy preparando el siguiente viaje (este andando)
Os contaré.




Un invidente sonriente


Munich

Edificio Dakota

Wshington Square



Desde un taxi


Desde mi ventana


Árbol florido en Harlem.


Subway


Señor chino mirándome con mala cara


Poster

Poeta en Nueva York


Panorama ciego de Nueva York

Si no son los pájaros
cubiertos de ceniza,
si no son los gemidos que golpean las ventanas de la boda,
serán las delicadas criaturas del aire
que manan la sangre nueva por la oscuridad inextinguible.
Pero no, no son los pájaros,
porque los pájaros están a punto de ser bueyes;
pueden ser rocas blancas con la ayuda de la luna
y son siempre muchachos heridos
antes de que los jueces levanten la tela.
Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte,
pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu.
No está en el aire ni en nuestra vida,
ni en estas terrazas llenas de humo.
El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas
es una pequeña quemadura infinita
en los ojos inocentes de los otros sistemas.

Un traje abandonado pesa tanto en los hombros
que muchas veces el cielo los agrupa en ásperas manadas.
Y las que mueren de parto saben en la última hora
que todo rumor será piedra y toda huella latido.
Nosotros ignoramos que el pensamiento tiene arrabales
donde el filósofo es devorado por los chinos y las orugas.
Y algunos niños idiotas han encontrado por las cocinas
pequeñas golondrinas con muletas
que sabían pronunciar la palabra amor.

No, no son los pájaros.
No es un pájaro el que expresa la turbia fiebre de laguna,
ni el ansia de asesinato que nos oprime cada momento,
ni el metálico rumor de suicidio que nos anima cada madrugada,
Es una cápsula de aire donde nos duele todo el mundo,
es un pequeño espacio vivo al loco unisón de la luz,
es una escala indefinible donde las nubes y rosas olvidan
el griterío chino que bulle por el desembarcadero de la sangre.
Yo muchas veces me he perdido
para buscar la quemadura que mantiene despiertas las cosas
y sólo he encontrado marineros echados sobre las barandillas
y pequeñas criaturas del cielo enterradas bajo la nieve.
Pero el verdadero dolor estaba en otras plazas
donde los peces cristalizados agonizaban dentro de los troncos;
plazas del cielo extraño para las antiguas estatuas ilesas
y para la tierna intimidad de los volcanes.
No hay dolor en la voz. Sólo existen los dientes,
pero dientes que callarán aislados por el raso negro.
No hay dolor en la voz. Aquí sólo existe la Tierra.
La Tierra con sus puertas de siempre
que llevan al rubor de los frutos.





3 comments :

Magnolio dijo...


Me ha gustado tu fotografía. Donde estás tú, quiero decir. Sin los tú las fotografías sólo son eso. Y el fondo-título que has elegido. Tanto que he buscado (en la red se encuentra casi todo) sobre "Tell your story pass it on", pero mucho mejor si tú nos lo cuentas, please.

Welcome.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, Magnolio, “donde estás tú”, “donde tú estés”, un poema, estar donde tú estés.
Fotografiarse a sí mismo, a veces eso es (también) escribir. Si bebes no conduzcas, si vives no escribas, si fotografías cuéntalo, ven y cuéntalo. Vivir es esta aventura de conocer a los otros, lo otro, lo que aún no. Y disfrutarlo. Lo he disfrutado intensamente.
He dormido como un señor, agur jet lag. Empiezo ya a preparar el próximo viaje.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Ah, las fotografías (excepto en las que aparezco, claro)son mías.

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