Mezz Mezzrow
Really the Blues
La autobiografía de Mezz Mezzrow
Publicada por primera vez en 1946, esta autobiografía fue una emocionada llamada, dirigida a los jóvenes blancos alienados, para que se atrevieran a explorar el mundo de la cultura afroamericana y el jazz. Su padrino espiritual fue Mezzrow, músico, contrabandista y traficante de la mejor marihuana de Harlem..
Su historia, escrita junto a Bernard Wolfe en el argot, libre y fluido, de los hipsters que poblaban lo que Jack Kerouac bautizó como “La Gran Acera Negro Americana del Mundo”, nos habla de un chico blanco que se enamoró de la cul tura negra y aprendió a tocar el clarinete en los reformatorios, prostíbulos y garitos de su juventud. Atraído por la revelación del blues, siguió el rastro de la música por las calles de Chicago, Nueva Orleans y Nueva York hasta alcanzar el auténtico corazón del alma norteamericana.
Mezzrow fue quizá mejor traficante de marihuana que músico de jazz, pero comprendió tanto la música como la raza que la engendró. [...] Mezz tradujo su experiencia para jóvenes de los cuarenta y los cincuenta como Kerouac, Allen Ginsberg, Neal Cassady y John Clellon Holmes, e inspiró no sólo sus vidas sino también sus obras; un legado de un valor incalculable.
Del prólogo de BARRY GIFFORD
Garaje.
Mi ciudad se ha vuelto insegura, con robos a plena luz del día, atracos a sucursales bancarias, agresiones a pacíficos ciudadanos.
No soy especialmente valiente, pero nunca he tenido miedo, pienso que no se puede vivir con miedo. Aunque mi aspecto es vulgar y no destaco por nada en especial -en un campo de fútbol las cámaras de Canal + nunca me enfocarían-me ayuda mi complexión física producto de tantos años practicando deporte, me siento tranquilo.
Mi garaje tiene la entrada por una calle no muy transitada. Esta mañana he ido a buscar mi coche ya que me iba de paseo con mi señora. Era temprano y al ser domingo todo estaba desierto. Al girar la calle la he visto. La señora se apoyaba en un bastón, toda vestida de negro caminaba con cierta dificultad. Pobrecilla –he pensado- a lo que se llega. Mientras sacaba las llaves del bolsillo de la chaqueta me he cruzado con la anciana. No sé cómo ha sido, el primer golpe me lo ha dado con el bastón en la cabeza, por la espalda, después me ha golpeado por todo el cuerpo, también me ha dado patadas. Me ha robado la cartera y me ha dicho que no diga nada que la próxima vez puede ser peor. Después se ha marchado cojeando calle arriba.
Usted, ¿Conocía a esa señora?
Pues no, no la había visto nunca. Y, la verdad, me da rabia. No es por el dinero pero es que me ha metido el miedo en el cuerpo.
Venga, venga, no llore, le puede pasar a cualquiera.
Ya.(y sigo llorando)
(Lo siento, hoy no sabía qué colgar, no acababa de dar forma a esta historia, va tal cual.)
6 comments :
Me gusta lo que cuelgas, hasta cuando no sabes que colgar...
Anónimo, es un problema (menor pero problema). Imagino que le ocurre a los que escriben. A veces una historia se atasca y no coge vuelo. Es igual que le añadas absurdos o poesía, es de no y no. Pero te da rabia dejarla morir (con todo lo que habías imaginado aunque no sepas darle forma). Escribir es disfrutar. No saltar por encima de la línea que tú mismo te has trazado en el aire es un contratiempo (menor pero ofensivo para lo que quieres conseguir). Se aprende.
Y con ánimos como el tuyo se lleva mejor. Muchas gracias
El miedo...lapa curiosa que se adhiere al cuerpo cuando menos y de quien menos lo esperas...
Un abrazo a hurtadillas, que se supone me iba hace unos minutos jejeje...
Muaks.
Te mueves por la vida bailando un tango, movimientos precisos, serios y elegantes, siguiendo el compás con rigor, y de vez en cuando añades un paso, un gesto de tu cosecha, tan natural que parece mil veces ensayado… y así escribes, cuando no tienes nada que poner, nos dejas ese paso que seguimos con mirada admirada, y encima vas y te disculpas… dan ganas de decirte ¡por favor, no pierda usted tiempo con nosotros y repita ese movimiento!
Me quedo con las ganas de darte el beso para mirarte con perspectiva ¡Guapo!
Ya, Mayteღ, pero no veas la mala leche que tenía la señora. Jajajajajajajaja
La imaginación se atasca a veces, se vulgariza, mañana será mejor.
Besos fuertes, a 100 por hora
gaia07, no te pases, morena, que a mí lo que me va es el bolero, poca luz, ese mejilla con mejilla y el calorcito de los cuerpos, subiendo (aaaay).
He encontrado hoy unos boleros cubanos que me he apresurado a subir al blog...de morirse (de gustito, claro), antiguos pero con ese sabor único de lo cierto. Por suerte, mis gustos musicales son amplios y disfruto con un variado tipo de música, esto de hoy me trae recuerdos de LP´s que encontré en otras épocas, en otros viajes, en otros descubrimientos. Y si los recuerdos musicales los asocias a recuerdos sentimentales…¡sube el volumen! Es domingo, ¡a gozar!
Un beso, preciosa, muchas gracias por tu generosidad en el comentario.
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