Sade Adú.
Morning bird, Sade Adú me canta al oído su Soldier of love, entero, melodías erizadas, me lo susssurra, así, por el otro oído me entra la voz Q, como un eco, contrapunto mágico deslizándose por mis orejas, su recuerdo entra en mí saltando desde la punta de su mensaje de despedida, lacónico pero rico, delicioso, goloso lo chupo, lo mastico, paso mi lengua por él, lo lamo, también lamería la espalda dulce de Q, desde el cuello al omoplato derecho, desde el izquierdo hasta las nalgas, final de espalda, se acabó el recreo, mi lengua se ha descontrolado, quiere saber de todo su cuerpo, suena el despertador, estoy bajo las sábanas, sudoroso, en duermevela, soñándola en el día recién comenzado, las persianas bailan, llega la brisa de primavera y ya no hay nada que hacer, adiós viajera, adiós a la que era, hola calor, hola primavera, hola espera del regreso y esos poemas que escojo, recojo, pinto con mis dedos mojados en miel, en vino tinto, quisiera escribirlos sobre sus muslos con letra pequeña, apretada, tatuarla de poesía, de misterios como telarañas, araña yo mismo esperando sus pasos de insecto en la noche sobre las paredes que nos separan, picarla y sorberla, comerla pedazo a pedazo, regurgitarla, verla crecer, formarla, bella de nuevo, hermosa, volver a comérmela, que me coma ella mí, asustado por verla, aterrado por no verla, por saberla ahí, rondándome, siempre escondida, presentida, me asusta Q embozada en su capa negra y roja, sus ojos de ya no deseo, me inmovilizo, apenas respiro, no sé detrás de que puerta saldrá, desde que esquina saltará sobre mí, aunque estoy dispuesto, rendido, entregado sobre la piedra, desnudo, mis brazos y piernas en cruz, indefenso, también mi alma está indefensa, quiero que me muerda, que desgarre mi débil resistencia, que derribe mis últimas murallas, estoy aquí, y agitar la cabeza, salir a caminar, despejar esta imaginación que no cesa y añorarla, escuchar el hambre por ella como un runrún en el estómago, dibujarla en miradas, seguir las líneas quebradas por las baldosas de la calle, jugar rayuela, cielo o infierno, salir del caparazón, retorcerme, un loco me mira, no son borrones, son lágrimas cayendo desde el borde seco de no saber, de colgar de un clavo en el marco de la ventana esta inquietud que no cesa, que me garantiza una atmósfera húmeda para los próximos cinco días, esperando sentado bajo la aurora, la añoro más y más, cuatro horas después garabateo caricias nuevas ¿nos quitamos la ropa? me mantiene alegre el presentimiento de su sonrisa cuando nos veamos de nuevo, me mantiene ansioso la promesa de su piel entre mis dedos deslizándose por sus piernas que tiemblan, rozando el borde de sus vestidos de monja, mi boca en el hueco del cuello, soltar un botón, otro, otro, la mano explorando, audaz, pero quizás sea demasiado pronto y atar los botones, el teléfono, alguien espera en la antesala, mañana vuelvo, ¿estoy bien peinada? . The Safest Place, final del Cd. Mi doloroso beso de hoy. Al aire.
Q es a S como ayer es a nunca.
10 comments :
Esa última imagen del post, la de Nan Goldin en “La balada de la dependencia sexual”
Le añade todavía más (De ser posible) turbación al sueño.
Un beso
Q o S, ayer o nunca. ¿Qué más da?
Lo importante es la imaginación:
"araña yo mismo esperando sus pasos de insecto en la noche sobre las paredes que nos separan",
"lágrimas cayendo desde el borde seco de no saber",
"rozando el borde de sus vestidos de monja".
Un placer comenzar así la semana, tan bien inspirados por los susurros de Sade Adú.
Un abrazo.
Qui mi entrirao po un paaaico qui al prenda nu le entieso loo viello, y a desi vedá nu intiendo la cosa, nu se que antraera la Sade qui nu te puea la morena de Torremolinos.
La turbación petitapetitesa, es previa a la visión, comienza en la intuición. Ella no sabía eso de la dependencia sexual (en algún momento lo intuyó). Cuando lo supo (y no, no era un sueño) vino la turbación.
Es un proceso repetitivo.
(Lo que vino después te lo imaginas)(¿seguro?)(si hace falta te lo describo minuciosamente)
Un beso
ybris, entre cifras y letras, Q o S, ayer o nunca, escojo ahora, con o sin inicial pero sí con realidad, es decir que los dedos no acaricien el aire de la nada, de lo imaginado. Imaginar está bien para los que viven de (con) ello. Prefiero vivir con la aplastante realidad de un susurro en mi oído.
Y lo que siga.
Un abrazo.
Sola, sola con tus besos, Diana Navarro, que se mosquea con los idiomas de la madre patria, de las patrias, de los apátridas, de los que viven de hacerse entender o de que no les entienda ni Dios. Últimamente Dios no se mete en estas cuestiones de las lenguas, antes sí, recuerdo lo de Babel, que cristo, tú, que ahí sí que no se entendía nadie, como ahora (+ o - ). A Sade no le entiendo bien pero escucho su música y me entran cosquillas en el bulbo raquídeo, me da un gustito. Debo ser un degenerado, me pasa lo mismo con Bach. Y con la Macanita cuando canta por soleá. Y con unos chicos de Liverpol que empiezan ahora. Vivan mis parroquianos (que ponía en los cilindros de los barquilleros de antaño). Viva Pinocho y la sota de bastos. Y la madre que los parió a todos. Ea
Un sueño bien estructurado. Eso es soñar, lo demás, pesadilla de tres al cuarto.
Besos con nieve bajo los pies.
Miedo me da contestarte Arantza G., miedo a que mis palabras se congelen y caigan a tus pies como cubitos para un cubalibre imaginario que me toco a tu salud.
Yupi, que no decaiga, besos calurosos
La Diana Navarro me ha dicho que te diga, que no se ha entereao de ná de lo que le has respondio.
Que si puedes contestarle en cristiano.
En otro orden de cosas, a mi no me gusta esta mujé pa ná, aunque la voz la tiene mu bonita, eso es indiscutible y la pobre más respetuosa que es con los idiomas extranjeros, inclusives los de otros planetas fuera de la órbita terrestre, está fuera de discusión alguna.
Por si a usté le interesa en algo mis gustos musicales, le diré que ya escuchaba a Bach con 14 añitos.
Y no solo eso, me traducian del aleman los coros, pa que pudiese entender.
Y me moría de gusto
Petardo que eres un petardo.No se como te aguanto. Si no escribieses tan bien, me hubiese divorciado de ti hace ya tiempo.
¿Un beso?
Seamos claros, ¿a quién le quiero yo? A Nikté, pues claro.
Que lo sepa el mundo entero.
Ea.
Y tú, que me lees mal, no lo crees, ves negro donde hay blanco, que te mimo como a las petunias de mi jardín y te lo tomas como un recurso de estilo.
Contestar en cristiano significa que te entiendan too´s (y toa´s, claro, clarinete), por eso contesto en argot, medio caló, medio euskera con unas gotas de cockney y un puñaito de sal.
Ay, mi niña que el año pasado escuchaba a Bach, ella solita
¡Oh Cordero de Dios, sin pecado,
sacrificado en la cruz,
siempre paciente,
pese a ser despreciado.
Has soportado todos nuestros pecados.
Sin Ti habríamos desesperado.
¡Compadécete de nosotros, Jesús!
Que todo esto no tiene nada que ver con escribir o no escribir, leches, que es cariño.
Pero no te lo voy a estar repitiendo todos los días.
Bueno, si hace falta, sí.
Te beso a fondo.
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