El malogrado
Hoy escribo estos disparates, de los que me atrevo a decir que son ensayísticos [...] escribo estos desahogos ensayísticos, que al final, sin embargo, siempre tengo que maldecir y romper y, por consiguiente, aniquilar, y nadie sabe ya que, en otro tiempo, toqué incluso las variaciones Goldberg, aunque no tan bien como Glenn Gould, a quien me esfuerzo por describir desde hace años, porque me considero más auténtico que otros en esa descripción.
(El malogrado - Thomas Bernhard)
Sentado en la Plaza Nueva miro a esa mujer que fuma un cigarrillo tras otro.
Bajo los soportales, desde una región aún no perdida de la infancia, pasean ejércitos de hombres y mujeres heridos por el exceso del pasado, con la congoja perdida en el pecho, habitantes para siempre de otro margen de la vida. Los veo pasar y adivino, este sí, este no. No escriben.
Sin el candil del dolor languidecen los poetas.
Sobre todo los que creen que hambre es igual a Knut Hamsun, se conocen al dedillo los recovecos de la falsa melancolía, el rumbo a peor de Samuel Beckett y la Pasión según San Mateo.
Saben, pero no transmiten otra cosa que su tedio. Aún peor, dejan una monótona sucesión de esto era cuando era, su ahora está detrás de una máscara sin ojos.
El arte no tiene la piedad con el dolor, aunque se disfrace de porcentajes y cifras, aunque lo adorne con la sinceridad de una mentira.
Los poetas sin candil no lo conocen y así sale lo que sale. Exponen su obra en el balcón, detrás de los tiestos con geranios y claveles.
Tampoco yo lo conozco. Por eso escribir se ha convertido para mí en un ejercicio inútil, una búsqueda ensimismada entre qué decir y cómo, para terminar no diciendo nada.
Sentado en la Plaza Nueva pido otra cerveza. Imagino, pienso, busco historias. La mujer que fuma se va. Me levanto y sigo sus pasos, quizás ahí encuentre la de mañana.
15 comments :
...entonces...¿eras tú el que me mirabas? ¡oh, perdida ocasión la de encontrarte! sentí que durante unos pasos me seguías, pero, tonta de mí, no hice caso, podría haberme leído en tus palabras uno de estos días...y yo, abstraída con el metro de Foster y el titanio de Gehry...
Escribir puede ser un ejercicio inútil.
También lo es el tejer y el destejer de Penélope.
Pero eso no quita para que sea bello como un juego en que tejen telas con palabras:
"heridos por el exceso del pasado."
"su ahora está detrás de una máscara sin ojos."
No te faltarán pasos por seguir para la historia de mañana.
Seguro.
Un abrazo.
"El mundo es difícil de percibir. La percepción es difícil de comunicar. Experiencia y memoria son inseparables. Escribir es sondear y reunir briznas o astillas de experiencia y memoria para armar una imagen determinada, del mismo modo que con pedacitos de hilos de diferentes colores, combinados con paciencia, se puede bordar un dibujo sobre una tela blanca." Te escribo esta hermosa reflexión de Juan José Saer, también me la escribo para mi cuándo en esos días me sobrecoge el sinsentido del arte.
Siempre es un gusto mirar desde la plaza esta ventana que mantienes abierta.
Un gran abrazo
Probablemente tú seras su historia de mañana. Un hombre que toma cerveza tras cerveza pensativo, sentado en la Plaza Nueva observando minuciosamente a su alrededor, ella intenta imaginar quién puede ser y porque está allí, apaga el cigarrillo y se va a escribir la idea que le ronda.
La próxima vez pregúntale su dirección de blog, nos vamos a perder el tú misterioso.
Besos a mansalva.
Apreciado Pedro, hoy he tenido un día duro, pero provechoso, he vendido algunas pieles a uno sobre el que algún día escribiré algo. Es un hombre simple y solitario y me ha dicho que tiempo atrás fue feliz. ¿Lo fue con una mujer que fumaba?, no. ¿Con otra dentro de su cama?, tampoco.
¿Lo fue cuando fue rico?, ni mucho menos. ¿Entonces, cuándo fue feliz?
Algún día escribiré algo sobre cuándo fue feliz él, no sé qué diré, pero sospecho que fue feliz cuando yo lo fui también.
Saludos.
Siempre te escribo tarde, pero es que antes no puedo, hay demasiada luz y demasiado hoy.
Ya ha servido para hoy... no puedo imaginar todo lo que podría salir mañana, tras seguirla.
Perdona, puedo, pero no quiero.
Prefiero esperarte sentada fumando un cigarrillo tras otro, pensando, sin detenerme demasiado en cada pensamiento, a poder ser.
Mañana tal vez escriba, o quizás esta noche.
El candil ya alumbró suficiente por hoy... pero me resisto a apagarlo por si mañana no hay fuego suficiente para avivar el dolor que me alimenta.
Otro cigarrillo, basta de candiles.
Te debo la respuesta a una pregunta y lo haré encantada, espero que pronto.
Ahora me quedaré saboreando la idea de buscar unos ojos nuevos para mi máscara de mañana.
Te pienso.
Mil besos.
Se nace y se muere con cada palabra, mi poeta.
Nace el/la que lee y muere el/la que escribe.
Admiro profundamente a los y las artistas, estimulan el respirar de la vida, sin vosotros sería difícil vivir.
La creación es el valor más importante que posee el ser humano.
Gracias por enriquecer mis ojos, mis oídos, mi corazón... cada día con trocitos de belleza, eres todo un lujazo.
virgi, sí señora, era yo, te chisteé, piropeé, te hice señales con el abanico, pero cuando desapareciste en la boca del metro fosteriano me di la vuelta y seguí a lo mío. Si lo llego a saber…
Pasos no, ybris, lo que quizás me falte es tiempo.
Pero tú sabes que seguiré.
Un abrazo.
Inés González, el comentario de un Artista como tú siempre es un lujo que no sé cómo agradecer.
Me esforzaré para que sigas mirando por esta ventana.
Muchas gracias.
Un abrazo.
gaia07, es muy cortazariano eso de fijarse en las desconocidas, en una plaza, en el metro, fumando, mirando, paseando.
En mi caso, como veo poco, debo acercarme, a veces demasiado. Y puedo quedar como un voyeur impenitente.
No lo soy, como mucho me gusta más mirar dentro, al alma (se ve cada cosa…)
Besos a discreción.
Interesante, querido El peletero, esa coincidencia en la felicidad, ¿fue en el tiempo?, ¿en el espacio?, ¿por la misma –o parecida- causa?
Tarde o pronto, tus comentarios siempre son magníficos, de nivel. Muchas gracias.
Saludos cordiales, cordialísimos.
Investigadora gloria, deja de fumar y escucha, apaga el candil si quieres, si se apaga voy ahí y doy fuego a las calles, a la brisa, a al dolor ese que insinuas.
Te regalo unos ojos. Besos ininterrumpidos.
Señorita Mirada, el lujo sos vos (que diría tu amiga Inés).
Eres como una pulsera de brillantes alrededor de la pulsera de mi recuerdo (que ocsa más rara me ha salido, pues no la borro)
Besos y besos.
¿sólo de brillantes? :-P jejejeje....
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