lunes, 28 de julio de 2008

Guión


Esa disposición a dar vueltas
sin regresar de lugar alguno
lleva a tu boca lo no decible
ríos de pensamientos que callan.
(Concha García)



Noticia, me han llamado de Monogram Pictures pidiéndome que escriba un guión para una película que se desarrolle en París. Quieren que trate sobre un tema original, novedoso, con planteamientos modernos, atrevidos, con toques eróticos y dosis de violencia explícita.
Así, de primeras, me ha causado una gran alegría, es un reconocimiento a mi capacidad literaria y será un alivio para mi maltrecha economía doméstica.

Se me ha ocurrido el siguiente.

El protagonista es un ratero de poca monta. Roba un vehículo. Por un adelantamiento temerario le detienen dos gendarmes. De forma fortuita, absurda, mata a uno de ellos con un revolver que encuentra en la guantera del coche. Se refugia en París. Intenta cobrar una antigua deuda para escapar con su novia. Ella es una estudiante de periodismo, aspirante a escritora, que vende el New York Herald Tribune por los Campos Elíseos y que espera escribir en el periódico y matricularse en la Sorbona. Él se enamora más de lo que está dispuesto a aceptar. Ella le dice que está embarazada. Él le dice que se vayan a Roma. Ella no quiere y además le traiciona, llama a la policía que dispara y mata a nuestro desafortunado protagonista (concretamente en la rue Champagne-Première).

Os lo he contado a grandes rasgos, para no cansaros demasiado.
Bien, está escrito y se lo he enviado ya por mail.

Pero me asalta una duda, ayer en el videoclub alquilé “"A bout de soufle" con Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. Es igual que mi guión, pasa lo mismo. No entiendo como Jean-Luc Godard me pudo copiar en 1959 algo que se me ha ocurrido tantos años después. Además dice que está basado en un argumento de François Truffaut.
Tendrán cara...Y ahora ¿a quién demando?
Os seguiré informando.
Estoy indignado.


Jean-Luc Godard (París, 3 de diciembre de 1930) es un director de cine franco-suizo. Ha cultivado un cine vanguardista y experimental respecto al montaje considerado clásico que se ha caracterizado por su irreverencia y rebeldía. Es considerado uno de los miembros más influyentes de la nouvelle vague.

Primeros años
Hijo de un médico y de una hija de banqueros suizos, vivió sus primeros años en este país, para trasladarse a París durante su adolescencia, donde más tarde estudiaría etnología en la Sorbona. Es en esta época cuando comenzaría a descubrir su gran pasión por el cine, frecuentando la Cinemateca Francesa y los vídeo clubs parisinios. En 1950 empezó a trabajar como crítico cinematográfico en varias revistas, entre ellas Cahiers du Cinéma, en las que utilizaba el seudónimo de Hans Lucas. En esta publicación coincidiría con la plana mayor de la Nouvelle vague, es decir, con François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette.
Al morir su madre en 1954, se trasladaría de nuevo a Suiza donde trabajó como albañil, hecho que sirvió como argumento a su primer documental, Operation Béton. Al volver a París, mientras seguía trabajando en Cahiers du Cinéma, rodaría los cortometrajes Une femme coquette y Tous Les Garçons S´Apellent Patrick en 1955 y 1957 respectivamente.


La época dorada de la Nouvelle vague
En el verano de 1959 comenzaría el rodaje de su primer largometraje, À bout de souffle sobre un guión de Truffaut y con la colaboración de Claude Chabrol. La película, protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces poco ortodoxas, como rodar cámara en mano, utilizar el documental o saltar de un plano a otro. A pesar de no lograr ningún premio en el Festival de Cannes, ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, así como el Premio Jean Vigo.
En 1960 dirigió su segundo largo, El soldadito, el cual estuvo prohibido en Francia durante tres años. Este film estuvo protagonizado por Anna Karina, actriz con quien se casó un año más tarde y que protagonizaría varios de sus proyectos posteriores.
Durante los siguientes años, Godard colaboró con otros integrantes de la Nouvelle vague como actor, co-director o productor, a la vez que dirigió películas enormemente influyentes que fueron aclamadas por la crítica cinematográfica como Banda aparte o Pierrot el loco. Algunos de los premios que cosechó en esta época fueron el premio especial del jurado y el de la crítica de la Mostra de Venecia por Vivir su vida, su segundo Oso de Oro por Alphaville, y un nuevo premio especial del jurado en la Mostra por La China.


Etapa política
A partir de esta última película rodada en 1967, y después de casarse en segundas nupcias con la actriz Anne Wiazemsky, Godard comenzó a incluir en sus trabajos referencias al maoísmo y al marxismo-leninismo, ideologías entonces en boga entre algunos intelectuales y ciertos sectores estudiantiles que participarían en el Mayo francés poco más tarde.
En esta época creó el colectivo Dziga-vertov junto a otros cineastas como Jean Pierre Gorin y Juliet Bertó, y muchos de sus filmes, que comenzaría a rodar en 16 mm, se nutrirían de influencias del cine de propaganda soviético. En sus propias palabras, eran películas revolucionarias para audiencias revolucionarias.
En mayo del 68 el Festival de Cannes fue suspendido por las interrupciones en las películas que hicieron Godard, Truffaut, Polanski y otros cineastas en apoyo al movimiento estudiantil del Mayo francés. En ese año también dirigió One plus one, más tarde titulado Sympathy for the Devil, un documental que muestra cómo los Rolling Stones grabaron esta famosa canción.

A partir de los 70
A partir de los años 1970 Godard comenzó a experimentar con el formato de vídeo, al mismo tiempo que también dirigiría películas más convencionales y con menos carga política como Todo va bien.
En los 80 volvería al cine convencional de 35 mm y rodaría películas envueltas en polémica como Yo te saludo, María. A finales de esta década comenzó a trabajar en una serie documental titulada Histoire(s) du cinéma, en la que daría su particular visión sobre la Historia del cine y que Canal Plus francés emitió en el año 2000.



8 comments :

Belén dijo...

... estos franceses...

Besicos

Anónimo dijo...

Ante la duda: demanda, siempre demanda. (Que no se diga que no lo intentaste).

A ver, sobre el anterior, si era ya no es, ¿verdad?, y sobre el vendedor de víboras, claro, como no va a estar envenenado con tanto reptil ponzoñoso (mmm... mmm... )p'arriba y p'abajo. Aunque... a mi me encantan las serpientes, creo que cuando traspase el negocio le haré una oferta para seguir sus pasos y/o arrastres, dejando la silueta como migajas de pan a las que acechar en la arena del desierto.

Y dicho esto, demanda, yo lo veo claro, el plagio es plagio aquí y en Tombuctú, y en las islas Sandwich ni te cuento, y como bien decia Mister Einstein, el tiempo es relativo, ¿quien no te dice a ti que el señor plagiador no ha viajado en el tiempo, te ha robado la idea, se ha vuelto p'atrás, y la ha puesto, o la puso, en marcha?

Investiga, sorbito, investiga...

Un besito único e inimitable, de esos que no te han dado nunca y con sabor a algo desconocido (no, no será a col de bruselas).

Pedro M. Martínez dijo...

No se puede con ellos Belén.
Menos mal que les hemos ganado el Tour.
Besicos

Pedro M. Martínez dijo...

Es un sin vivir, Maduixeta, te lo digo yo.
Que está uno aquí todo el día dale que te pego y va un tío del pasado y te copia.
Si no se puede, si van como locos, si coon esto de las máquinas del tiempo no está uno tranquilo, que lo mismo esta señorita que está a mi lado es la abuela de la de ayer que ha venido en viaje de placer al futuro y se lleva los planos de mi blog.
Me da miedo, lo confieso, qué le voy a hacer.
Bueno, yo denuncio (¿a qué me suena esto? Dreyfus, o era "yo acuso", sí era yo acuso). vale, rectifico Yo acuso.
Y que salga el sol por donde quiera.,
Te beso las rodillas

gaia07 dijo...

No debes preocuparte en absoluto.
A Monogram, después de casi 1000 películas con su logotipo y de 60 años de producciones cinematográficas, las corporaciones hollywoodienses la hicieron desaparecer.
Por lo tanto, si su fundador W. Ray Johnston (1915), ha decidido que tú escribas un guión, ni te preocupes. Ahora mismo debe estar buscando a los actores y al director afortunados, y según su línea de trabajo, dicha empresa no perdió ni un dólar con ninguna de sus películas.
Así que prepara el smoking para los próximos Oscar al mejor guión, o Goyas, podrás elegir. Espero que todas tus damas comentaristas estemos invitadas a rodearte en la alfombra roja, tendremos que empezar a practicar con los tacones de aguja y los escotes de vértigo ¡Ánimo!
Beso de cine (aquí, practicando)

Pedro M. Martínez dijo...

Ay, gaia07, que me has puesto en duda, que sí, que la carta venía firmada por ese tal W. Ray Johnston y ni me fijé en la fecha, que fue un error de Correos, que no, que me la enviaron en 1949 y llegó hace 15 días (con la ilusión, las cataratas y que me tartamudean los dedos ni me di cuenta) (la verdad es que me doy cuenta de pocas cosas, ya) (ay, antes).
A mí de Monogram me gustaban sobre todo las pelis de Charlie Chan y Dillinger, qué peliculón, que estaba Elisha Cook Jr. que se salía de la pantalla (algo menos que en El sueño eterno o en El halcón maltés) y estas son las cosas que me hacen suspirar (aleluya, aleluya).
Y final, una de dos, o me va a sobrar smoking o nos va a faltar alfombra (roja).
Besos de galán.

AB dijo...

sin embargo, bien que podría usted escribir un guión - mejor

Pedro M. Martínez dijo...

Ya, Ardi, (gracias, qué majo eres) pero si escribo no vivo y si no vivo no encuentro argumentos (entre otras pérdidas).

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