Un viaje, viaje uno.
Y de inmediato,
más que en palabras, pienso en ventanas altas:
el cristal en donde cabe el sol y, más allá,
el hondo aire azul, que nada muestra,
y no está en ninguna parte, y es interminable.
Comenzar el año viajando puede ser una alternativa, una opción, una huida, una aventura, un capítulo. En cualquier caso, una buena manera de abordar el inicio, siempre inquietante, de los doce meses que vienen.
Así que me fui.
Fotografías:
1. Carretera con lluvia y sonrisas.
2. Niebla intensa, como rodar sin tiempo, o dentro del tiempo.
4. En el páramo, cielos azules con algunas nubes tipo cine años sesenta.
5. León. Maravilla de catedral. Curas ensotanados. Barrio Húmedo de tapas generosas. Tiendas de las de toda la vida. Locura de compras. Coches. Librerías de viejo. Rincones para una exposición. Librerías con Ken Follet. Chacinerías. Mercerías. Hojalaterías. Frío.
6. Astorga vacía a las tres de la tarde. La Catedral. Gaudí. Silencio. Paz. Sacamos fotos a los charcos.
7. Murias del Rechibaldo. Nostalgia del Camino. Castrillo de los Polvazares. Pueblos desiertos. Cristales empañados. Rapaces en el cielo azul. Camiones rotos en los arcenes.
8. Carretera con mil curvas subiendo a la Cruz de Fierro. En la trescientas empezó lo blanco. Cunetas de armiño. Imposible parar. Sin marcha atrás. Subir y subir. Nieve. Un zorro cruza, sin mirarnos. El coche rompe el hielo. Miedo. Imprudencia sin cadenas. Más nieve. Seguimos subiendo, parece que no llegaremos nunca arriba. Montes gélidos, bellos, imponentes, fin del páramo. Sigue nevando. En Manjarín, entre los árboles, aparece una niña rubia montando un percherón dorado que una mujer con trenzas lleva de las riendas, otro niño sonríe bajo los copos que no cesan. Parecen extranjeros, parecen de otro mundo, los vimos, estaban ahí, en medio de ninguna parte, entre la ventisca. De pronto, en un recodo cesa la nieve, el camino está seco, siguen las curvas. Un rebaño con un pastor que gesticula. Un mastín gigantesco nos ladra, nos impide el paso. El pastor le llama y se va. Seguimos sorteando curvas. Llegamos. Respiramos.
9. Molinaseca. Desierto. Nada que ver con este pueblo en verano. La piscina vacía. Igual que las calles. Nos dan de comer a las 4 y pico. Muy bien por cierto. El comedor está, casualidad, con tres parejas…mixtas, es decir, cincuentones con curva de la felicidad y cara roja y damas bastante más jóvenes que ellos, con cara morena y hablar suave. La globalización empieza por el sexo. Aquí, dentro de dos horas tiene que haber lobos por las calles. Nos vamos.
10. Ponferrada. El Castillo templario. Una ciudad nueva y moderna alrededor de la vieja. Frío, pero en el hotel hace un calor insoportable. Paseamos. Llamo a mis amigos. Nos tomamos unos vinos, del Bierzo, mencía. La bodega de la plaza de arriba, junto a la iglesia. Los bares con generosas raciones de tapas. Las miradas a los forasteros. Cenamos, etc.
11. Al día siguiente seguimos camino. Por carreteras llenas de niebla a Asturias. Maravilla del lago de la Luna. Estribaciones de los Picos de Europa. Oviedo. Comer en Casa Conrado (uff, increíble), Gijón. Mieres. Ribadesella. Llanes (ay, Llaeza), etc, etc.
Leo, dudo mucho que a alguien le interese el detalle de cómo siguió mi viaje. Si es que sí se lo cuento por teléfono. No sigo este relato. Regresamos alborozados.
Fue, mirándolo desde este lunes de agobio de vuelta al trabajo un maravilloso respiro, una excelente manera de comenzar este 2008 qué, insisto, será diferente.
Gracias por vuestra paciencia.
14 comments :
Viaje uno. Viaje único e irrepetible por lo novedoso. Niebla, nieve y montaña.
QUe este viaje te haya conducido a un prometedor comienzo de año.
Abrazos
Buena manera de empezar, aunque no tengo muy claro que ha terminado, porque todo el mundo se emperra en hacer un punto y a parte porque lo hace todo el mundo, porque los calendarios necesitan ser renovados, porque empiezan los ciclos de impuestos...
Que cosas jajajaja.
Pues yo he hecho el cambio sin grandes aspavientos, ni ceremonias ni nada (aduraspenas), solo doce piñones sustituyendo el atracón de uvas, y la voluntad de empezar y terminar proyectos, jejeje.
Mi primer viaje creo que será a Huesca, pero tampoco lo tengo claro.
Ah! Si he hecho una cosa, me he pintado las uñas...¿¿eso cuenta??
Vale, seré sincera...me he propuesto ser más disciplinada, que he perdido mi disciplinadisciplinada ella, y retomar el boli y la tecla y dejarme de monsergas, escribir, escribir y escribir, y aprender.
(y seguir en negociaciones con mis trocitos de cacho de corassao que tengo por aquí desperdigados, en el inframundo...ciberespacio, eso, ¿en qué taria pensando?.
Vuelvo a leerte, que te echaba de menos, los inviernos, con lo que me gustan y me convierten en caracol...aish...
Buenos días Pedro!!!!!!!!!!
El primer beso del año y de hace...buff!!, toca un beso de botón (que no ratón, aunque ya sabes que mis abuelos me llaman ratolí jejeje). Un beso grande, de color rojo a rayas negras, un beso de botón intenso, como el café que voy a prepararme.
MUAS!!!!!!!!
(Maduixeta)
ybris, este viaje es muy importante para mi por con quién fui. Muy importante.
El resto es accesorial, aunque interesante.
En cualquier caso, un impulso.
Abrazos
Las personas ( algunas ) y los lugares. Lo que se guarda en el corazón para siempre y nos acompaña durante toda la vida. Me alegro mucho. Un abrazo.
Pues se ve muy chulo el viaje, aventura nevada incluida.
Yo también fotografio charcos, en realidad hago fotos al suelo, una manía tonta de las mías pero luego me río tratando de identificar pies o losas...
Un abrazote renovado, este año tengo nuevos, quieres alguno?
¡Vaya viaje... joooo, qué maravilla!
Echo de menos también el camino...
emocionante por los recuerdos, tantas vivencias en cada uno de los lugares, bello.
La fotos describen tal cual las sensaciones.
Para hablar horas y horas, pequerrecho...
Miles de besos.
uhmmmmm...me pido el próximo contigo! ¿se puede?
Centpeus, vaya parrafada. Me lo has dejado claro. Buenas noches. Un beso. Huesca. Vale. Lo de las uñas. Gracias por venir. Retorno a la escritura. Bien. Eso. Tú. Antes. Ole. Besos, Maduixeta.
a-escena, sí, guardar recuerdos, para luego, para siempre, para cuando no, es cierto, los lugares, las personas, aquellas a las que amamos, las que amábamos, entonces. Mi abrazo.
Margot, envíame tres abrazos, uno verde, otro de lunares y otro de menta. También, si cabe en la caja, una foto de la baldosa aquella, la suelta, la que te manchó los bajos del pantalón blanco cuando.
La nevada fue una pasada.
Mi abrazo, también.
Para hablar horas y horas, Mirada, sí, mientras te miro.
Si no, No. Ya está dicho.
Millones de besos. Y uno más.
(puff, vaya días de trabajo)
Se puede ondina
¿En tu coche o en el mío?
Me gusta especialmente el aura misterioso de la niebla en la primera foto. Con ese árbol que parece desaparecer.
prazsky, realmente el árbol estaba desaparecido. Y la carretera, los montes, el cielo. Una niebla atroz en Burgos.
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