Tiempo de Silencio
Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Mantente ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear.
Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui.
Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui.
No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.
"Tiempo de Silencio”, Luis Martín Santos,
Castigo mi espalda con un manojo de pájaros puntiagudos, como un penitente picado, como un monje en la celda de no verla, como un triste solitario asomando en el horizonte de dientes de sierra donde se oculta el sol, tan lejos como esa mujer distante, fría como la noche del encuentro frente al jardín que arrasaba la escarcha, frente al paisaje de trinos y luces catalanas, el mar al fondo, la mirada imaginada tras los cristales y ella, presente y misteriosa, hechicera, gimiendo en mis oídos temblorosos y asustados de tanta dicha, tanta felicidad llevándome de las manos entre bosques mediterráneos.
Al regreso se borraron los caminos.
No puedo distinguirla en los mapas de mi memoria.
¿Dónde estará ahora?
9 comments :
Hoy solo disfruto de una noche tranquila...viento que acaricia y tus letras y las del tiempo de silencio...
Besiño, Pedro.
25 años ocupando pequeños valles y llanuritas con chabolas de lujo y nunca dejé escrito "ladrillo de gafa". Como tu redactando cada día tomos enteros y sintiendo que uno no ha escrito las palabras que quería. ¿Será eso el silencio?.¿O es lo que queda en la espalda en el frío del abandono?. Bueno. Ya es miércoles. Un beso Pedro.
Se esfumó... ¿para qué dar más rodeos?
Saludos
Son tiempos de silencio. Y con ellos, la gran oportunidad de cambiar. Por eso se borran los caminos de regreso.
Un abrazo
Que encuentre pronto el camino de regreso.
Un beso, Pedro.
Cuando dices eso de "ella, presente y misteriosa, hechicera, gimiendo en mis oídos temblorosos" parece que hables de la mismísima Oliwia Berlinski.
¿Es un texto de Martín Santos? ¿Eres tú?
un abrazo (ahora me sonrojo al despedirme)
En qué quedamos ¿la mataste, se murió sola o ya estaba muerta?
Aunque regrese nunca volverá a ser como lo recuerdas. ¿Por qué no dejarla donde esté? Es tiempo de silencio.
Un beso
Este fragmento literario es uno de mis preferidos en la literatura. No pasa un año en que no lo dé para traducir...
Pas penser, oui, pas penser... no pensar.
Besos, Pedro.
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