Marta no conocía a nadie en París.
Marta no conocía a nadie en París. No sé cómo me localizó. Estaba pálida, parecía asustada. Dejé tres rosas sobre la cama. Le pregunté cómo estaba.
-Estoy bien, no te preocupes, esto es sencillo. Salgo al mediodía.
No supe qué decir. No quise saber con quién, el nombre de él. Me disculpé por no invitarla a comer, dije que tenía una comida de trabajo.
-Gracias, no podría, el tren para Hendaya sale a las cinco.
Me despedí, besé sus manos, las tenía muy frías. Giré la cabeza y retrocedí dos pasos para alisar la sábana allí donde había estado sentado. Una leve sonrisa alteró su rostro triste.
-No has cambiado. ¿Me llamarás cuando vuelvas a España?- dijo.
En las escaleras de la clínica pensé si mi estancia francesa no era una huida de tantas personas, de tantas historias, del compromiso. Paseando por las avenidas inundadas del sol de julio me reconcilié con la idea de retrasar varios meses mi regreso. En el metro ya me había olvidado de Marta. Salí en Hôtel de Ville, Marie me esperaba en rue Rivoli.
-Disculpa el retraso, he tenido una comida de trabajo- dije.
Y nos besamos.
14 comments :
Me gusta ese deje melancólico de los encuentros con un pasado irrecuperable y un presente triste y resignado.
Una visita, tres rosas, un olvido.
Abrazos.
El amor y el olvido nos esperan a la vuelta de la esquina...menos mal que quedan los goles!
Besitos, querido Pedro
Esa constante en los relatos... de una a otra y vuelta a casa. Me recurda al juego aquel, el de la oca.
No, el amor y el olvido no van de la mano, tal vez otras cosas que no se llaman así, pero ya lo decía Serrat (y los malagueños): tiene que haber gente pa tó.
Qué bueno el partido. Disfruté, me reí, sufrí, aplaudí (luego no digas que comentamos la fotos, la has puesto tú, que no te perdiste ni ripio ¿a qué no? jajajaja).
C,est la vie!
Vivamos.
Muxitos.
:-)
Ternura serena.
Una estancia en otro lugar no significa necesariamente una huída, puede serlo, pero no siempre.
Lo que no entiendo de este relato, aunque ese espacio permite al lector imaginar, es por qué miente al presente(Marie). ¿Hay algo tan terrible que ocultar? Por lógica todos vivimos amores anteriores, ¿o no?
Besos con antifaz, no sea que me reconozca Marie (jajajajajaj...).
No resulta siempre pero viajar es una especie de escapada, de abertura, de cambio...y en esos viajes enriqueces tu vida aunque dejes una estela difícil de olvidar.
Besos monsieur.
Que te desconozcan en París mientras tu vida corre lanzada, prolongada y lastimera, produce un horrible desconcierto, si la sonrisa cercana de un minuto transfigura amargura en paz, sombras en certezas, reparos en desahogos, te atreverás a pensar en futuro.
Besos.
Pues mira, ybris, modestia aparte es un acierto ya que aunque el pasado es irrecuperable, sí, el presente es alegre y está lleno de esperanza.
Mi escrito tiene su miga (para mí) pero no puedo contar todo. Abrazos.
virgi y ya verás el sábado, goles son amores. Besos grandes.
Anónimo malagueño, será que el que cuenta ha tenido (¿tiene?) una vida movida. Yo qué sé. Pregúntale a él.
El amor es, a veces, inconstante. Vivamos, sí. Besos a tope.
mirada, :-)- serenísima.
Pues mabel g. c., posiblemente porque ha mentido al pasado y esa Marta significa más de lo que quiere aparentar.
Es el post del miércoles y tampoco opta a ningún premio pero (para mí) encierra (y entierra) varias historias.
Una amiga que abortó (sola, bastante jovencita, atemorizada), en París.
Una amiga que se ahogaba en Madrid y se fue (sola, bastante jovencita, llena de fuerza) a París.
Una amiga que se va regularmente a París (sola, bastante mayor, dependiente)
Una amiga que conocí en París y que nos citábamos en la boca de los metros.
Etc.
Recuerdos de Marie.
Pues claro Arantza G., por eso me voy de viaje en cuanto puedo. Besos, madame.
Desaparecida Edith (Piaf) gaia07 en París ya solo me conoce Johny Haliday. Por eso sigo cantando. Y besándote.
Publicar un comentario