Ballenas y luciérnagas.
5. La inexistencia es hueca como las máscaras y su visión es
lívida, pero tú oyes el grito de las madres del agua y acaricias
los ojos que vieron la inexistencia.
(Gamoneda)
Acomodan tu cabeza en el hueco de la cama del quirófano y te sujetan la frente para que no puedas moverte. Te atan por las muñecas. Desinfectan la zona a intervenir. Suavemente, con unas pinzas inmovilizan los párpados. Te cubren la cara excepto un ojo.
A partir de ahí estás en sus manos y si eres creyente, rezas, si eres colérico juras por dentro, si el miedo te paraliza te quedas así, respirando, pensando que será rápido, haciendo votos para que lo sea.
Jamás he tomado LSD pero la sensación debe ser parecida, luces brillantes que se mueven, estrellas, flores de luz, intensos colores que bailan, puntos luminosos incandescentes, algo ha entrado en tu globo ocular y los músculos de las piernas están tan tensos que parece que las venas van a traspasar la piel. El corazón marca música con un ritmo intenso.
Después de hacer mil barrabasadas a tu ojo dicen -Ya está-. Te ayudan a bajar de la cama, te sientan en una silla, con impotencia ves, ¿ves?, como te llevan por largos pasadizos, un ascensor, otro, otro pasillo, la 217. –Espere aquí, pronto pasará el doctor- dice la enfermera.
Fuera llueve como en el Diluvio Universal, la Ría está a punto de desbordarse, hay muchas carreteras cortadas, tú estás tumbado en la cama sin atreverte a abrir los ojos, la angustia baja por tus piernas, gotea sobre la habitación de esa clínica con imágenes de vírgenes y absurdos cuadros de amaneceres o atardeceres, no lo distingo bien.
Estoy mareado, no es momento de escribir.
De momento os sugiero una colecta para un perro lazarillo, un bastón blanco y unos cascabeles. En la cuenta de siempre.
4 comments :
Vencedor de tal atropello puesto que ya lo has escrito. O por lo menos el otro está sano.
Demuestras ser audaz, no son de fiar los que van a por ti en grupo. Y experto, has tomado buena nota, por si las moscas.
Que tal a C3PO, más práctico y leal imposible.
Un beso, so guapo, ¡qué verde era mi valle! jejeje
¡Por Dios, Pedro! Me voy unos días al desierto -no te digo cuál, porque se dice el pecado pero no el pecador- y al volver te encuentro medio "tuerto". Es que nadie te contó que para ser pirata y ponerse un parche no hace falta tanta algarabía...
Besos, guiñando un ojo (por solidaridad más que nada.
Faltaba otra opción:
Y si te gusta escribir y lo haces a diario con dedicación, vas tomando nota para contarlo.
Ya sé en qué entretenerme cuando me pongan la epidural para petrolearme los bajos.
Abrazos
Cuando leo cosas así, que ganas me dan de seguir soñando con los ojos abiertos Pedro, Gracias.
Bikiño!
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