Parker y las banderas
Para Betty.
Parker
era bien, hasta una fecha era bien. Cuando llegó el desplazamiento a Anchorage
derivó en mal, frío, banderas. Tres meses así. Solo podía salir algún fin de
semana, ducha, ropa de paisano, la taberna a una milla del cuartel. Invisible o
lo que es peor, apestado, con un rótulo en la frente, go home. Pasó como todo
pasa, rápido. La advertencia quedó anotada.
Un
largo periodo de bien o ya te digo. Ahora Parker intenta la rutina del café
como preámbulo. Al cuarto No sospecha que mal, se mira al espejo, entre las
arrugas de la frente el rótulo, out
of service. Lo entiende.