miércoles, 17 de noviembre de 2010

Parker, el regreso.

A Lo Divino 

Dejar de serlo tras de haberlo sido.
Dejar de amar después de haber amado.
Dejarlo todo y no haber dejado
nada que no estuviera ya perdido.

Haber tenido el corazón rendido
como quien se sabía derrotado.
Haberlo puesto todo en el costado
de una llaga sin daga y sin sentido.

Haberle dicho un día y otro día
que era como la flor de la alfaguara.
Haber caído en tan adversa suerte,

yo que lo quise tanto y se reía.
Tener la gloria entre las manos para
abandonarla en brazos de la muerte.

Vicente Núñez


Después de una noche con agujeros, cada mañana le cuesta más meterse en la piel de Parker. Sobre todo en la zona de los talones y los codos, no se ajusta bien, quedan unos pliegues incómodos.

Pero no importa, no importa, no le importa, no es algo a lo que haya optado, es así, incluye lo de la cara, el rostro, la faz, esa mirada que se burla de él. ¿Quién es de los dos?

Anoche soñó que amaba a Marie. Yacían sobre una cama en la habitación de un rascacielos con paredes de cristal, sin cortinas, el sol les inundaba. Gozoso se asoma a la ventana, desde un edificio cercano dos mujeres filman sus movimientos ondulares. A pesar de sus imprecaciones, de los gritos, riendo, siguen enfocándoles con cámaras de lentes gigantes. Baja a la calle y desaparecen el rascacielos, las mujeres y Marie. Aún no ha amanecido, sigue soñando. 

Desde que eSe ya no vive aquí la interpretación de los sueños se ha convertido en un azar, un lenguaje encriptado con sus propias fronteras, aduanas y aduaneros, algo difícil de entender, una bandera, un ejército al que alistarse, la guerra. ¿Qué significa el rugido del viento en la chimenea? ¿Quién era la mujer que suspiraba a su lado? ¿Quién es él? Él se imagina distinto, especial, es oscuro, feliz, una perla en el fondo de un océano en el que todo está pintado, un decorado, efectos especiales pero ¿dónde está la realidad?, ¿en qué momento de la vida empieza la resignación? Los sueños son lo que no es. Marie es a partir de los párpados, él mismo es cuando deja de ser. Así no hay quién pueda y Parker se pierde de nuevo en la noche agujereada. Setecientos ojos, y un tuerto, le contemplan.



4 comments :

Mayte dijo...

Las noches sueñan sueños que solo se sueñan en las palabras que flotan y deliran en otros sueños que dejan de serlo y renancen en otros más para ser y dejar piel, entrar en nuevas y volver a re-nacer o re-morir. Qué se yo, divago más de lo normal.

Un besiño, Pedro.

ybris dijo...

Bienvenido sea Parker.
Aunque sólo sea por el pie que da para hablar de los desajustes que meternos en él provoca.

Abrazos.

gaia07 dijo...

Y dejarse llevar, todo está en dejarse llevar. La inconsciencia, las ganas de ser hay que comérselas.
O irte e intentarlo en otra parte, en otro entorno, con otras vidas, con otras costumbres… allá, lejos.

Te abrazo, me quedo.

Anónimo dijo...

Siempre te superas ¿cómo lo haces?

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