jueves, 30 de septiembre de 2010

El Increíble Hombre Menguante.

 
Soy el auténtico e increíble hombre menguante.

Me llamo Scott Carey, nací en New York, actualmente vivo en Bilbao, España, diferentes circunstancias han hecho que me decida a hablar.

No conocí personalmente a Richard Matheson. Aunque vivíamos en el mismo edificio jamás cruzamos una sola palabra. Muchas veces le vi sentado al lado de la fuente de Bryant Park, absorto en sus pensamientos, dando de comer a las palomas.

Hasta varios años después no supe que era escritor y guionista de cine. Ahora sé que se inspiró en mi vida para al menos uno de sus trabajos. Lo que no sé es cómo pudo enterarse.

Si han visto esa película seguro que todos ustedes conocen mis peripecias a consecuencia de la extraña niebla radiactiva que me envolvió mientras navegaba en un barco de recreo. A partir de ahí noté que estaba menguando, sentí un progresivo empequeñecimiento de mi cuerpo, sufrí el ataque de un gato, de una araña, las escaleras se convirtieron en montañas y terminé en una mínima comunión con el Cosmos. The End.


Ese debía ser el final, pero en la realidad una vez allí toqué la pared del infinito y se invirtieron los términos, crecí hasta mi tamaño anterior, subí las escaleras, pisé a la araña, de una patada saque al gato por la ventana y jamás volví con Louise.

Pasaron los años, cambié de país y pensé que había logrado la normalidad. No.

De nuevo, con lentitud pero sin pausa, día a día me estoy haciendo más y más pequeño. El gato que me ataca es sutil, grande, más parece un perro negro. La araña es implacable, me tiene aprisionado en una tela enérgica de la que no me puedo liberar. El Cosmos sería una liberación. Y esto ya no es un film.


NOTA: por los comentarios recibidos compruebo que no habéis visto esta magnífica película, ay, señor, podéis haceros una idea AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ.




Para colmo, me he enterado que Jack Arnold, el director de la película, está rodando otra basada en mi vida, ‘La Mujer y el Monstruo’. Pero esto lo contaré mañana.


6 comments :

Mayte dijo...

Y es que se busca y no se encuentra y la memoria caprichosa entreteje momentos y vidas que ansiosas despiertan en las historias pasadas que renacen en tus palabras, eso o deliro más qué tú :p

Besiño, Pedro.

ybris dijo...

No has podido imaginar destino más terrible para Scott que el que propones: un infinito repetitivo de decrecimientos y crecimientos.
Efectivamente el cosmos sería una liberación de esa cadena de amenazas y venganzas referidas a gatos y a arañas.
La vida no es infinitamente extensa pero a veces se parece a eso.

Abrazos.

Tempero dijo...

Hoy ya no se necesita una nube radiactiva para menguar. Uno se expone a la naturaleza y mengua nada más saberse lo inútil frente a su grandeza. En una gran ciudad todo te acaba engullendo. Ante una gran mujer, no sé tú, pero yo me achico. A la televisión si la miras te ocurre tal reduccionismo que por perverso no tendría nombre, algo peor seguro. Por un gato yo no me preocuparía; por un virus ya la cosa cambia.

Saludos.

mirada dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=-5SMwtcT4_s&feature=player_embedded

Por si queréis disfrutarlo:
El sueño de Gulliver, viene al caso a tratar...

:-) buenos días.

Pedro M. Martínez dijo...

Querida Mayteღ, esta es una película de ciencia ficción que vi en unos años de blanco y negro y que recientemente recuperé en algún canal perdido en una noche de insomnio.
Dentro de su modestia tiene momentos muy interesantes y, lo que son los años, lo que para mí, antes, eran puras aventuras de un hombre que empequeñece, ahora lo vi llenas de simbolismos y alegorías. Dentro de un orden, claro. Pues eso, un beso.


ybris, en mi cuento solo llevo dos procesos, el 1º crecimiento normal, el empequeñecimiento (porque lo manda el guión), el 2º crecimiento por puro impulso y el progresivo empequeñecimiento más psíquico que físico. Dentro del juego del post y su referencia cinéfila quiero decir más de lo que soy capaz de decir (por incapacidad y por tiempo). La vida es corta, sí. Abrazos.


Tempero por tu edad (envidiada por mi) posiblemente no viste esta película. Fue curiosa en su tiempo (y después, cuando la vi). Efectivamente, uno mengua ya por cualquier cosa, nos menguan desde todos los frentes. El entorno es tan hostil que te vas quedando pequeño, pequeño hasta hacerte enano e invisible (no sé qué es peor). Pero, lo que son las cosas, por mi parte expuesto a la naturaleza es donde me siento más grande, más acorde, más integrado, más libre.
En la peli el episodio del gato es increíble. Y el de la araña. Saludos y un abrazo, tío, no seas así.

Mirada, muy interesante (me has dado otra idea). Ademas de. Un beso imperial

gaia07 dijo...

Dichoso tú que sabes qué te está pasando. Hay quién todavía no se ha enterado, o no quiere enterarse, que aún es peor, más que nada porque pretenden hacer cosas de gigantes, y así anda de juegos la araña revolcándose de la risa.

Ponla de cara a Glup 2.0 y le dices que vaya leyendo hacia atrás, podrás quedarte a vivir en una de sus patas hasta que vuelvas a tocar el infinito.
Besos

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