Glup 2.0

Pedro M Martínez

Phillip Toledano


viernes, 3 de mayo de 2024

Parker viaja en metro

Edouard Boubat. Place de I'Opera, Paris, 1953.


Parker había entrado en el metro por la estación de Albia y pensando en sus cosas hasta llegar a Erandio no se percató de la bella dama sentada frente a él.

Cruzaron sus miradas y Parker desvió la suya a la negrura fuera del vagón. Aquella mujer le recordaba a alguien. Durante el trayecto volvió a mirarla varias veces con disimulo y sí, estaba seguro, la había tratado antes.

En Algorta coincidieron en la puerta de salida, Parker le cedió el paso con una sonrisa. Ella dijo gracias y ese fue el comienzo de una conversación por los túneles abovedados camino de la luz.

¿Nos conocemos? -preguntó Parker.
Sí -contestó ella.
Estaba seguro –dijo él.
Estás muy cambiado, John –dijo ella.

Parker pensó que debía estar muy cambiado para parecerse a un John desconocido pero le siguió el juego. Habló de temas triviales, cuentos de ancianos perdidos en un bosque, niños prisioneros en casas de chocolate, senderos de piedras reluciendo a la luz de la luna, las calles húmedas, el eco de pisadas en la noche, películas chinas, el rocío temblando en las hojas de loto, esas cosas.

Ella escuchaba con atención mientras caminaban por las calles desiertas de una urbanización inmensa, impersonal, parte de una ciudad dormitorio.

John, ¿quieres venir a mi casa? -dijo ella.

Y Parker dijo que sí ya que no tenía nada mejor que hacer. Ni siquiera sabía qué hacía en aquel lugar, con flores blancas en la solapa de la gabardina de grandes botones, con ranas entre los juncos de un insólito arroyo cercano.

Llegaron al portal y a la luz de las lámparas fluorescentes Parker se sintió tenso, ella era hermosa y el amor revoloteaba entre los buzones de la correspondencia y una bombona de butano en una esquina. En el ascensor quiso abrazarla (a la mujer no a la bombona) pero un “espera, cariño” le dejo mirando al suelo.

Pasa y ponte cómodo –dijo ella.

Parker pasó hasta una minúscula sala y se quitó toda la ropa.

Ella volvió con una bata corta que dejaba al descubierto unas piernas interminables.

Parker se acercó a ella.

Ella se acercó a Parker.

¿Estás cómodo así, desnudo? –preguntó.

Sí –contestó Parker.

Bien, prepárate –dijo ella mientras del cajón de un armario sacaba varios folletos y un cuaderno de tapas duras-. John, cariño, de todas estas cosas ¿Qué te interesa? –y extendió sobre una mesita baja los papeles con fotografías de artículos diversos.

Media hora después Parker esperaba en el andén de regreso. Vestido, claro. Había comprado una cubertería levantina de cien piezas, una colección de chuchillos japoneses, toda la gama roja de Tupperware, un kit de supervivencia, una balsa hinchable y tres docenas de preservativos finlandeses garantizados contra fugas radiactivas, total 1.563 euros.

Parker silbaba mientras enfilaba la cuesta de Ibáñez de Bilbao. En el fondo, muy en el fondo de sí mismo, sabía que nunca espabilaría. 

jueves, 2 de mayo de 2024

No, Parker no es japonés.

This is cinema, Ryan Spencer


Es muy curioso este Parker.

Si me lo permiten, les sugiero que no se crean nada de lo que escribe, es verdad.

Por mi parte es por eso/esto y por mucho más, por lo que me he encariñado con esta persona/personaje con la que, a pesar de hablar idiomas diferentes, de vivir en otro país, de que no nos hemos vistos nunca, intento dejar aquí su verdad, mintiendo, con obstinación, acariciando lo exagerado, bordeando orillas de ríos que lo mismo se secan que se desbordan, los límites los marcan la naturaleza de los días, radiación en Fukushima o bombardeos en Gaza, escribir es mentir, 日本製の靴下・レギンス・ストッキング(パンスト)などの靴下製品などを販売しています。おしゃれな方にぜひcreo que estas frases lo dejan claro

miércoles, 1 de mayo de 2024

Parker en Ámsterdam

Sundays are the worst, Jess Allen


 

Es miércoles, Parker está sentado en un banco al lado del Barrio Rojo de Ámsterdam   y el sol no brillará nunca más. Llama por teléfono a Marie, dice que se le ha acabado el saldo, que le llama a cobro revertido. Ella no sabe qué es eso y dice que no, no, no. Cuelga. Curiosamente en vez de un beep beep suena una canción de Mocedades que le/me gusta porque le trae recuerdos de una donostiarra trasplantada a la que grababa casetes y papiros. 

Es que, según dice Parker, Marie es un poco como esa canción, tan tierna, tan limpia, tan de club parroquial, tan de llevar el cantarillo a la fuente, tan Amaya (mucho más guapa), tan sorprendida por ese aprendiz de poeta extranjero que le envía sonetos envueltos en hojas de lechuga, en alas de mirlos, en cortezas de melocotón ensartadas por una daga que escarba en recuerdos que están tan en el fondo que al ver la luz brillan como fuegos artificiales de fiestas de agosto, así no hay quién resista el dolor de tanto tiempo pasado, de tanta alegría retenida, de enseñar el cielo en la palma de la mano, nada por aquí, nada por allá y en un zas desaparece el universo y solo queda la soledad, el vacío, el eco y esta canción que Parker tararea en su móvil fuera de cobertura.

 

martes, 30 de abril de 2024

Vivre poétiquement



Los gustos, las inquietudes, las opciones, las tendencias, la sorpresa, el entusiasmo, la curiosidad, el tiempo, la experiencia, las vivencias, la necesidad, el alimento del espíritu, las creencias, la esperanza, los enigmas, caminando por un sendero que se estrecha ayer descubrí este vivero de vídeos y me alegré. La poesía. Magdelaine. Disfruten.


lunes, 29 de abril de 2024

Que te mueres, oye.

 

Francis Dodd - An Operation at the Military Hospital, Endell Street - Dr L Garrett, Dr Flora Murray, Dr W Buckley (1920)

Aunque en la UCI pensaba que no era el momento oportuno lo presentía, los médicos movían la cabeza pero no me decían que me estaba muriendo

Sí, hace unos años hablé con la Muerte.

Mañana hay partido del Athletic–le dije-, pronto será la comunión del niño, el jueves la despedida de soltero de Juan, la verdad es que me pilla fatal.

Ella, la Muerte, no dijo nada, solo estaba quieta ahí delante.

No lo trivializo, no me importaba morirme, qué remedio, no era por mí, la verdad, pero mis hijos todavía eran pequeños, no era cosa de dejarles huérfanos, así, con esos ojitos que me miraban asustados. ¿Qué le pasa a papá? 

En esa charla el sol entraba por la ventana, por la noche la cosa fue diferente. Allí estaba la Muerte, otra vez, sentada, vestida de blanco, con las piernas cruzadas y una mirada obscena. Yo no tenía fuerza ni para levantar los brazos, ni mover el cuello, no podía hablar. Sentí miedo, mucho miedo. No quería dormir porque temía no despertar nunca más. Aun así intenté mantener la mirada a la Muerte travestida antes de cerrar los ojos, agotado.

Entré en un pasillo iluminado con la luz más brillante que jamás había visto.

Había una zona oscura y ahí me paré

Al día siguiente desperté y supe que esa noche no era aún la noche pero que la Muerte había estado sentada frente a mí a menos de dos metros. Todavía tiemblo al recordarlo.

domingo, 28 de abril de 2024

Parker penitente

 


Parker castiga su espalda con un manojo de pájaros puntiagudos, como un penitente picado de la Sonsierra, como un monje en la celda de no verla, como un triste solitario asomando en el horizonte de dientes de sierra donde se oculta el sol.

Está ya muy, tan lejos de esa mujer distante, fría como la noche del encuentro frente al jardín que arrasaba la escarcha, frente al paisaje de trinos y luces catalanas, el mar al fondo, una mirada imaginada tras los cristales y ella, presente, misteriosa, hechicera, gimiendo en sus oídos temblorosos, asustados de tanta dicha, tanta felicidad llevándoles de las manos entre bosques mediterráneos.

Al regreso se borraron los caminos.

No puede distinguirla en los mapas de su memoria.

¿Dónde estará ahora?

sábado, 27 de abril de 2024

Parker sigue inquieto

Mark Gleason - Two Boats


Parker está inquieto, sabe que en estos tiempos difíciles es algo así como un atribulado equilibrista de provincias. Aún no ha firmado los tratados al uso pero es consciente que se está convirtiendo en un varón en proceso de progresiva rendición. Con todo, no se deja seducir por halagos parasitarios ni por lisonjas. Él piensa que su corazón es un submarino nuclear bajo los hielos del Ártico, en breve la realidad le dirá que es un pez colgado de un anzuelo dando bocanadas en el muelle de cemento de la soledad.

Estas cosas y la amistad, la envidia por la diversidad, la fe ciega en el futuro, la amnesia del ayer, una cierta afición a la literatura,  la aflicción por su sufrimiento es lo que le impulsa a contar, rápido, capítulo a capítulo, sus historias, también su inquietud.

Eso es, Parker está inquieto.

viernes, 26 de abril de 2024

La inquietud de Parker

Detail on a painting of Charlemagne trying to eat Godzilla and gain his power.

Parker sabe que hay temas que interesan más que otros, es más, sabe que hay temas que no interesan a nadie, nada.

Eso no cambia que cuente lo que le pasa y lo que no le pasa.

Parker sabe que hay temas que no puede contar, que son tan suyos, tan íntimos, que no le interesa que se sepan.

Eso no cambia que él necesite sacárselo y lo disfrace, lo adorne, le añada elementos de su cosecha y lo cuente como si nada, como si le ocurriese a otro (lo peor es que se cree que no nos damos cuenta).

Parker tiene miedo a repetir imágenes, errores, sonidos, lágrimas, lamentos, el ritual de soplar la tarta de cumpleaños sin invitados que aplaudan, la demencia de subirse a un taxi en Cibeles y dar vueltas por la ciudad como un novio abandonado, pensando en trepar al pretil de un puente de suicidas, entrar a un lavabo de caballeros en un bar de Malasaña y encontrar el dibujo de un corazón traspasado por una flecha y su nombre y el de Marie goteando sangre, persistir en la obstinación de añorar la fina línea de sus caderas trémulas.

Este Parker está como una cabra.

jueves, 25 de abril de 2024

Rebecca Solnit

 


Una vez amé a un hombre que era muy parecido al desierto, y antes de eso amé el desierto. No era por cosas concretas, sino por el espacio entre ellas, por esa abundancia de ausencia: esa es la atracción que ejerce el desierto.

Rebecca Solnit. "Una guía sobre el arte de perderse",

Traducción de Clara Ministral


Parker y las banderas

 

Martin Fasting  (B.1967)

Para Betty.

Parker era bien, hasta una fecha era bien. Cuando llegó el desplazamiento a Anchorage derivó en mal, frío, banderas. Tres meses así. Solo podía salir algún fin de semana, ducha, ropa de paisano, la taberna a una milla del cuartel. Invisible o lo que es peor, apestado, con un rótulo en la frente, go home. Pasó como todo pasa, rápido. La advertencia quedó anotada.  

Un largo periodo de bien o ya te digo. Ahora Parker intenta la rutina del café como preámbulo. Al cuarto No sospecha que mal, se mira al espejo, entre las arrugas de la frente el rótulo, out of service. Lo entiende.


Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.810 entradas