A pecho descubierto (o casi).
Los que leen mucho, un respeto, una
virtud, un escalón (¿Dónde lleva esa escalera?) nos sugieren libros sin parar.
He oído que no tienen comisión, ni ombligo, no, que lo hacen por la Cultura, me
lo creo, me lo creo todo, me creo hasta las encuestas de los periódicos del
movimiento constante, soy así. Escribir es fácil, lo difícil es que te lean. Al
menos que lean lo que has querido decir (si es que has querido decir algo, que
esa es otra). Seguro que te pasa una cosa parecida a esta, verás, tú escribes
con las tripas eso que te duele, te alegra, te asombra, lo que te sale de las
narices y, y, y, FB te dice “a Paco le gusta tu foto”. Y te acuerdas de FB, de
Paco, de la madre que le parió (que generalmente no tiene nada que ver con
esto) y para no ser menos dejas tu me gusta en su me gusta. Ese juego del tu y
del su puede llegar a ser interesante, la venganza, cuando Paco ponga el vídeo ese de un grupo neozelandés que no conoce ni su p. padre le plantas un me gusta
sin escucharlo, que se joda (Paco, el grupo ese, FB, YouTube y ya puestos el
FMI y la panadera de mi barrio que nunca sonríe, que les den a todos). Pero tú
no te desanimes, escoge con cuidado tus fotos, tus vídeos, tus lecturas, tus
verdades y tus mentiras y a la rueda, rueda, el que no venga no juega. Nubes, tímido
sol de viernes y en nada vendrá el caloret, qué será de nosotros, amén, que santa Rocío
Jurado nos proteja.
2 comments :
Dejé de publicitar las cosas que escribía a los conocidos, a los que tienen cara, nombre y apellidos porque aquello acaba siendo un interrogatorio sobre mis "verdaderas intenciones".. hay cosas que quedan mejor en el anonimato, casi todo lo que pienso, en realidad.
Beauséant disculpa el retraso en la respuesta, llevo una temporada de obligaciones que apenas me dejan tiempo.
Tienes razón, en mi caso durante mucho tiempo no utilicé mi nombre limitándome a compartir mis escritos (lo que invento, no lo que pienso) y todo iba bien, me sentía libre de escribir sobre lo que quisiera. Un día al de varios años de mi blog Glup, cometí la torpeza de comentarlo con mis conocidos y/o amigos ¡error! La primera vez, después de una cena, leí un cuento delirante a mis amigos, se quedaron callados, mientras recogía los platos y demás se acercó a la cocina la esposa de mi mejor amigo y compungida me dijo, bajito jo, Pedro, lo siento, no tenía ni idea que te había ocurrido eso. Ahí entendí que o eran muy ingenuos o el cuento me había quedado redondo. Desde entonces no escribo con total libertad, a veces pienso si mis conocidos me entenderán. Menos mal que mi esposa no lee estas cosas. En fin. Un abrazo.
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