倪傳婧 Victo Ngai

sábado, 18 de mayo de 2024

Preguntas y respuestas.



El blog Glup (2.0) es un robot, funciona con monedas de 2 euros. Introduzco mis ahorros mentales por la ranura y se hace la luz del post diario. Como todo, esto tiene partes buenas y malas. Sé la parte mala, me impide desarrollar mi (posible) creatividad, todo el mérito se lo lleva la máquina, el medio, el mensaje se diluye como agüita clara por un desagüe desasosegado. La parte buena es el cariño (*).

 


Lo digo porque una amable visitante me dice/escribe/pregunta sobre las líneas negras al lado del título. Son los cables que van al enchufe. Es decir, hay que estar enchufado, conectado, comunicado, en onda, atento a la jugada, presto para rematar, Mbappé permanente al borde del área, sin fueras de juego.

Otra visitante (¿solo entran señoras y señoritas al blog?) se interesa por Parker. Pues bien, querida dama, Parker no existe, ni Marie, posiblemente ni usted ni yo existamos y a veces veamos muertos. Solo existe lo que no existe, vamos y venimos por estas páginas con nombres imaginativos pero estrafalarios, todo es ficción y apenas hay fricción (que es lo rico, lo que es).

Y así va la cosa.

* (Kiko Veneno además de "está muy bien eso del cariño"  también dice  "te estoy hablando de respeto")

viernes, 17 de mayo de 2024

La conquête de l'ubiquité


"En todas las artes hay una parte física que no puede ser tratada como antaño que no puede sustraerse a la acometividad del conocimiento y la fuerza modernos. Ni la materia, ni el espacio, ni el tiempo son desde hace veinte años, lo que han venido siendo desde siempre. Es preciso contar con que novedades tan grandes transformen toda la técnica de las artes y operen por tanto sobre la inventiva, llegando quizás hasta a modificar de una manera maravillosa la noción misma de arte"



Este párrafo pertenece a "La conquête de l'ubiquité" y lo escribía Paul Valéry en 1934. 
No sé qué hubiese escrito de haber conocido internet y todas sus posibilidades.

Desde que internet entró en mi vida se convirtió en un puro link, todavía salto de acá para allá queriendo beber en todas las fuentes. Como un niño en una juguetería interminable quiero conocer todo, tocar todo, subirme en todos los artilugios giratorios, disfrutar de las luces, música, colores, literatura, del saber, abrir todas las puertas a mundos nuevos, chupar las paredes de esta casa de chocolate y caramelo, disfrutar sin fin de este conocimiento compartido. 

Pero es tiempo de parar, ya es viernes.
Te deseo lo mejor para este fin de semana, estés donde estés y seas quién seas.

jueves, 16 de mayo de 2024

Fin



Primera parte.


Ella dormía a mi lado.

A mi lado era un territorio de límites difusos. Empezaba entre el Éufrates y el Tigris y terminaba en el desierto de Atacama. O así. Por esa zona.

Incluso Ella también era difusa.

También puede ser que fuese yo quién estuviese confuso y limitado.

Aterrado.

Al principio el proceso de comunicación era satisfactorio, estaba lleno de aromas, sabores, tactos, fluidos, complicidad, goce, eso, sí.

Pero hay un momento, uno, en el que el proceso se altera. Más o menos se puede resumir así:·         
  • Estoy cansada.
  • No
  • Uhhf.
  • (Silencio)
Ella dormía a mi lado y la noche era más larga, las sábanas estaban tapizadas de botellas vacías, una pared puntiaguda, perros negros rondando, rotundos vigilantes de una imaginaria pero inamovible línea, una grieta que sangraba, un abismo, nada que ver con el país tropical de antaño.  


Segunda parte

Pasaron demasiadas cosas y no pasó nada,

Ahora duermo solo. Dormir es una forma de definir mi insomnio. Soledad es una certera definición de mi ahora. Dolor es la segunda acepción. Hastío la tercera. Y fin la forma de terminar esta confesión. 

Fin.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Memoria

Tural Xidir


Hoy me clavo unas tijeras de pena en el muslo. Me las clavo de nuevo. Y otra vez. Voy dejando gruesas gotas de sangre que forman círculos. Me bajo en la próxima. La busco. Grito su nombre por las alamedas. Me voy a dormir como un clochard sobre los cartones, bajo los arcos de Santa Ana.

Me despierto ahora con la música de violinistas ciegos y estoy desnudo delante de toros negros en campos de aire, de luz, de nada.

¿Qué ocurre?

Ocurre que me aventuro y arropo con cartas inciertas, con simulaciones literarias porque aún no he escrito las palabras que digan lo que pueden decir y escarbo en la raíz de mi escritura hasta encontrar lo no dicho.

Aún no lo he encontrado. 

(No me extraña)

martes, 14 de mayo de 2024

La zona de interés.


 

La zona de interés.

Me resistía a verla. No sé si decir que me ha gustado es correcto. Me parece una buena película sobre el Horror. Realmente eran así, seguro, igual que ahora en Ucrania o en Gaza o en tantos lugares donde los mejor armados matan a sus enemigos y a los indefensos. La película es terrible, dentro de la amabilidad, de la cotidianidad, dentro de esa plácida vida familiar está encerrada toda la tragedia del Holocausto. También lo que nosotros, ahora, con tanta información, no queremos asimilar.  Merece la pena  ver esta película.

https://revistacalibre38.com/2024/02/21/cine-la-zona-de-interes-de-jonathan-glazer/


Anna Pacheco


  

Estuve aquí y me acordé de vosotros.

Anna Pacheco.

 

Un ensayo. Menor. Qué sorpresa, la diferencia de clases, el poder totalizador del dinero, el turismo como una maquina destructora, el ocio como barrera. Me produce cierta sensación de ingenuidad de la autora mientras leo ¿no sabía que era así? También me da rabia, he sufrido esos personajes, arriba y abajo, esas situaciones, ese sálvese quién pueda. En fin, es corto y voluntarioso.  


https://www.diaridetarragona.com/cultura/encuentros/arriba-deben-tener-sus-propios-problemas-JD19298573

https://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2024-03-17/lado-oscuro-turismo-li


lunes, 13 de mayo de 2024

Cuento de un señor mayor y Raquel Welch.


 

Érase una vez un señor mayor que pensaba que siempre se morían los otros (y tenía razón, de momento), que los médicos no tenían ni idea de lo de dentro del cuerpo humano (qué sabrán ellos) y que una vida sin vicios (defíname vicios) y mucho ejercicio físico garantizaban una larga vida sin enfermedades. Este señor era ignorante y atrevido (aunque durante un largo tiempo no le fue tan mal).

Un día, una ventolera, le dio por visitar por primera vez a su médica de Osakidetza (que ya le vale, a estas alturas con el historial en blanco).  Todo bien pero “con tu edad y el colesterol, un electrocardiograma”·. Se lo hace. Todo bien pero “ese pico ¿ves?, a la cardióloga”.  Y va. Todo bien pero “para quedarnos tranquilos, prueba de esfuerzo”. Se la  hace. Todo bien pero “por si acaso, cateterismo”. De acuerdo, dice (cosa rara con lo cabezón que es ese hombre).

“Viaje fantástico” con Raquel Welch (y otros) entrando  en el torrente sanguíneo del profesor Bennet para alcanzar   los tejidos dañados del cerebro y lograr su curación. Pues así mismo, por un agujerito en la muñeca del señor mayor le introducen un…(no quiero ni pensarlo) hasta el corazón (ay) y tiene una arteria coronaria absolutamente obstruida (se la reparan) y otras dos allá que te vi (se las repararán en breve) y después de una noche en observación (por si acaso) sin saber si Raquel Welch está dentro o fuera ya anda por ahí caminando sin pasarse, prudente, pensando que  “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, que  los médicos sí tienen idea de lo de dentro de uno, que olé  la sanidad pública y las bondades de la medicina preventiva, que no hay como ver las orejas al lobo para cambiar de impresión y colorín colorado este cuento no ha terminado (en breve la segunda parte).

Refrán: más vale prevenir que lamentar.

Refrán dos: nadie escarmienta en cabeza ajena.

Refrán tres; cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar (resulta que ahora me entero que tengo varios amigos con mas stent que yo, no somos nada).

  

domingo, 12 de mayo de 2024

No sé si sabré contarlo.

Yves Brayer (French, 1907‑1990), Le Bal de la Liberation, 1945.

No sé si sabré contarlo.

El sol entraba por la ventana aquel día que nos acostamos, el primero,  entonces pensé en las veces que había imaginado este momento, tu casa rodeada de rododendros y las sábanas blancas aireándose con la brisa que venía del mar, pájaros rojos y niños en bicicleta que saludaban con la mano al pasar.  

Mi chaqueta azul que habías colgado con cuidado de una percha me producía una curiosa sensación, un extraño en tu cama, con libros de autoayuda en la mesilla y fotografías de toda una vida por las  paredes, tus hijos pequeños, tus padres, ni rastro de Mark.

Antes habíamos tomado café con ese pastel de limón que te sale delicioso, nos hablábamos de esto y aquello, nos atropellábamos, nos quitábamos la palabra fingiendo tranquilidad. Entonces te besé, me levanté y te besé, un beso largo, dulce pero enérgico, tan largo que los dos nos quedamos sin aliento y aun así, en aquel momento, pude darme cuenta que el salón estaba lleno de flores. También me di cuenta que aquel primer beso necesitaba otro, y otro, cerraste los ojos y suspiraste y ahí estábamos, abrazados, de pie, un poco torpes, sin saber muy bien si debíamos seguir.

Fuera de la casa seguro que volaban las gaviotas, los niños jugaban al escondite y al salto de cabra, alguna señora volvía del mercado con grandes bolsas y no había sitio para aparcar porque era un buen día y la playa estaría llena de veraneantes. Nada de esto nos importaba cuando te sugerí sentarnos en el sofá negro y nos acariciamos, bueno, te acaricié, ya que tú no sabías si el límite estaba en el borde de tu falda o en el cuello y mis manos te disuadían de poner fronteras hasta que te sorprendí justo debajo de tu ombligo.

Fue un largo suspiro, bajaste los ojos y los centinelas del pudor desaparecieron, se hizo el silencio fuera, la casa quedó incomunicada y dijiste eso que después se hizo costumbre, ¿vamos arriba?  Subimos de la mano, besándonos, no lo podía creer, te quitaste la ropa muy despacio, mirándome y desnuda doblaste mis pantalones en una percha, acomodaste la chaqueta y escondiste los calcetines dentro de los zapatos antes de juntar nuestros cuerpos y que el mundo conocido desapareciera.

Ahora me miras sonriendo, una flor en el pelo, el olor de la higuera entrando por la ventana, también las altas voces del mercado semanal bajo el hotel, no sé dónde estamos, en qué lugar del Sur, sin ojos que nos vigilen, ocultos, espías, las casas blancas, con barrotes de hierro y música saliendo por las chimeneas. No fue así- me dices- te abracé y tú no sabías si debías besarme o salir corriendo. Cuando sentiste mi pecho velludo en tus senos temblaste, parecía que se había desbocado tu corazón.

Por la calle pasa un hombre montado en un burro, las casas están adornadas con tiestos de geranios y jazmines, también hay cactus y una mujer barre el polvo de la entrada, hace calor.

Anda, ven –dice- lo has contado muy mal, inténtalo de nuevo.

sábado, 11 de mayo de 2024

Viajeros



El viajero está detrás de  una ventana sin cortinas y ve algo que el espectador  no ve. Eso es lógico ya que  está dentro de un edificio y los que miran (miramos) fuera, en la calle. Dentro no llueve, fuera, a veces.

En este ejercicio de mirar y ver hay una suerte de privilegio, de entrenamiento del privilegio, no cualquiera ve aunque muchos miran.

Si dejo vagar mi dedo por un mapa encontraré la ruta y el nombre de quién viaja, conservaré la lengua y la palabra. Si dejo vagar mi lengua por la ruta y me hago un gorro con el mapa sabré que mis palabras de hoy dicen lo contrario de lo que intentaba decir.

Jo, es que es muy difícil (digo)
Ya te voy a dar yo a ti (dice alguien que viaja)

Y así, de la mano, se van descubriendo, una oreja, cuatro dedos, el borde de una blusa de seda, lo que hay debajo, un suspiro.

Se hace de noche y todos se van a dormir.  

Que descanséis, hasta mañana.

viernes, 10 de mayo de 2024

Viva Parker vivo.

Sabine Weiss


A petición.

Que muere pero no muere, es una descripción simbólica. En cualquier caso da la casualidad que una enfermera de Massachusset que pasaba por ahí encontró el cuerpo inanimado de Parker tendido en un callejón con salida. Alarmada le practicó un enérgico boca a boca, alma con alma, labios con labios y Parker resucitó. Agradecido se casó con ella y en la actualidad viven en un barrio obrero de Kansas (o por ahí, por esa zona)

Viva Parker vivo.

jueves, 9 de mayo de 2024

Hoy es hoy.



La cuestión es que vine a la clínica para una intervención más o menos leve (eso pensaba) y la realidad es que era (bastante) seria. Menos mal que vine (me resistía). Lo mismo me podría haber dado un jamacuco en uno de esos montes a los que subo (soy un bruto). Todo ha ido bien, tengo tres stent incorporados y una nueva intervención el día 21. No somos nada.

Viva la medicina preventiva.

Corazón.

 '


Durante el día de hoy me estarán haciendo algo parecido a esto.
Demasiado corazón.
Hasta mañana (espero) 

miércoles, 8 de mayo de 2024

Muerto el burro la cebada por el rabo.

Catherine Le Hénan,  Metro, Paris.


Desasosegado, Parker toma una decisión extrema, se busca un amigo, mudo, y se dedica a la noble actividad de contemplar, controlar obras públicas, carreteras y puentes, edificios, balnearios, su desarrollo y progresión. Al cabo de unos meses conoce perfectamente la composición del cemento armado, la longitud de las vigas de acero, el porcentaje de carbono en ese acero, lo que significan las rayas amarillas en el casco de los ingenieros, la traducción exacta de los sonidos guturales de los capataces, la vigilancia estricta del tiempo del bocadillo y ahí, masticando, comienza a entender a Unamuno, a Gil de Biedma, las letras crípticas de Paolo Conte, lo de la resurrección de la carne, la vida eterna, amén. Se enfada con su amigo, mudo, que no entiende nada y busca de nuevo a una nueva Marie.  

Varias Marie después se planta ante el/un espejo y descubre con asombro que él ya no es, que esa Marie no era (ni la otra, ni la otra) y que está en el principio del camino justo cuando estaba a punto de terminarlo. Teme haber caminado en círculo. Entonces Parker se enfada con el mundo (y con Marie) y a destiempo se propone buscar ese conocimiento que había confundido con un refugio maternal, el solaz erótico, la mirada asombrada, la arrobada, el eco, el asentimiento y la concordancia. A falta de otras posibilidades intenta redescubrir a Marie. Parker sabe (no lo sabe) que Marie no  puede darle (todo) lo que él necesita. Parker sabe (no lo sabe) que no hay una Marie en el mundo que pueda darle lo que él mismo no sea capaz de darse. Después de muchas vueltas, disgustos y decepciones Parker sabe que no sabe y que lo que él no sea capaz de darse no se lo dará nadie.

Dos días después Parker muere.

martes, 7 de mayo de 2024

Parker retrocede.

Christer Strömholm. Palma de Mallorca, 1959

Parker emprende un camino hacia Marie.

Varias Marie después se planta ante el/un espejo y descubre con asombro que él ya no es, que esa Marie no era (ni la otra, ni la otra) y que está en el principio del camino justo cuando estaba a punto de terminarlo. Teme haber caminado en círculo.

Entonces Parker se enfada con el mundo (y con Marie) y a destiempo se propone buscar ese conocimiento que había confundido con un refugio maternal, el solaz erótico, la mirada asombrada, la arrobada, el eco, el asentimiento y la concordancia. A falta de otras posibilidades intenta redescubrir a Marie.

Parker sabe (no lo sabe) que Marie no  puede darle (todo) lo que él necesita. Parker sabe (no lo sabe) que no hay una Marie en el mundo que pueda darle lo que él mismo no sea capaz de darse. Después de muchas vueltas, disgustos y decepciones Parker sabe que no sabe.

lunes, 6 de mayo de 2024

El enfado de Parker

Phil Loach. Miami cafe on the High Strteet, Brierley Hill, Dudley, England 1976


Parker está enfadado con el mundo (y con Marie). A destiempo se propone buscar la luz, el conocimiento que había confundido con un refugio maternal, el solaz erótico, la mirada asombrada, la arrobada, el eco, el asentimiento y la concordancia.

A falta de otras posibilidades intenta redescubrir a Marie.

Parker sabe (no lo sabe) que Marie no  puede darle (todo) lo que él necesita. Parker sabe (no lo sabe) que no hay una Marie en el mundo que pueda darle lo que él mismo no sea capaz de darse. Después de muchas vueltas, disgustos y decepciones Parker sabe que no sabe.

domingo, 5 de mayo de 2024

Parker ¿sabe o no sabe?

Phil Loach. A man constructing a manhole. Brockmoor, Dudley, England 1976

Parker sabe (no lo sabe) que Marie no  puede darle (todo) lo que él necesita. Parker sabe (no lo sabe) que no hay una Marie en el mundo que pueda darle lo que él mismo no sea capaz de darse. Después de muchas vueltas, disgustos y decepciones Parker sabe que no sabe.

sábado, 4 de mayo de 2024

Parker y la concomitancia suprema

Ferdinand Leeke  1859–1923


Concomitancia : Acción y efecto de acompañar una cosa a otra, u obrar juntamente con ella.

Parker concomita, siempre que puede concomita, aunque esté mal dicho, aunque no se deba decir, es decir, busca obrar juntamente en cuanto puede. Obrar es un amplio concepto pero usted que conoce a Parker sabe a qué me estoy refiriendo. Parker es un concomitador en el más amplio sentido de la palabra, mucho más amplio si cabe dado que la palabra no existe, es igual, la inventamos, la toleramos, ¿sí?, muchas gracias (en nombre de Parker y en el mío propio).

Parker busca la concomitancia frenéticamente, se le acaba el tiempo, cree que se le acaba el tiempo y busca la belleza debajo de la vida que vive, que le vive, que le supera como una ola inmensa, que le derrota, que sabe que quiere (querer), que no sabe (del todo) lo que quiere pero que siente que el corazón se le escapa por los poros, que quiere comerse la vida y la vida le está comiendo a él como una tribu de antropófagos ansiosos y deja banderas aquí y allá, lucha en varios frentes sin saber que ha perdido todas las batallas (la guerra está perdida aún antes de empezarla) y se protege con corazas de aluminio, con gorros de bufón, con trajes que no son el suyo, que se le quedan cortos o largos, que le tira la sisa, que está aburrido de estar vestido de quién no es, que no quiere más que pasear desnudo por una playa (no tiene que ser necesariamente una playa, matiza) y sentir el viento de Groenlandia alborotándole los bigotes.

En busca y captura de la concomitancia Parker es capaz de casi todo (que selo pregunten a Marie).

 

viernes, 3 de mayo de 2024

Parker viaja en metro

Edouard Boubat. Place de I'Opera, Paris, 1953.


Parker había entrado en el metro por la estación de Albia y pensando en sus cosas hasta llegar a Erandio no se percató de la bella dama sentada frente a él.

Cruzaron sus miradas y Parker desvió la suya a la negrura fuera del vagón. Aquella mujer le recordaba a alguien. Durante el trayecto volvió a mirarla varias veces con disimulo y sí, estaba seguro, la había tratado antes.

En Algorta coincidieron en la puerta de salida, Parker le cedió el paso con una sonrisa. Ella dijo gracias y ese fue el comienzo de una conversación por los túneles abovedados camino de la luz.

¿Nos conocemos? -preguntó Parker.
Sí -contestó ella.
Estaba seguro –dijo él.
Estás muy cambiado, John –dijo ella.

Parker pensó que debía estar muy cambiado para parecerse a un John desconocido pero le siguió el juego. Habló de temas triviales, cuentos de ancianos perdidos en un bosque, niños prisioneros en casas de chocolate, senderos de piedras reluciendo a la luz de la luna, las calles húmedas, el eco de pisadas en la noche, películas chinas, el rocío temblando en las hojas de loto, esas cosas.

Ella escuchaba con atención mientras caminaban por las calles desiertas de una urbanización inmensa, impersonal, parte de una ciudad dormitorio.

John, ¿quieres venir a mi casa? -dijo ella.

Y Parker dijo que sí ya que no tenía nada mejor que hacer. Ni siquiera sabía qué hacía en aquel lugar, con flores blancas en la solapa de la gabardina de grandes botones, con ranas entre los juncos de un insólito arroyo cercano.

Llegaron al portal y a la luz de las lámparas fluorescentes Parker se sintió tenso, ella era hermosa y el amor revoloteaba entre los buzones de la correspondencia y una bombona de butano en una esquina. En el ascensor quiso abrazarla (a la mujer no a la bombona) pero un “espera, cariño” le dejo mirando al suelo.

Pasa y ponte cómodo –dijo ella.

Parker pasó hasta una minúscula sala y se quitó toda la ropa.

Ella volvió con una bata corta que dejaba al descubierto unas piernas interminables.

Parker se acercó a ella.

Ella se acercó a Parker.

¿Estás cómodo así, desnudo? –preguntó.

Sí –contestó Parker.

Bien, prepárate –dijo ella mientras del cajón de un armario sacaba varios folletos y un cuaderno de tapas duras-. John, cariño, de todas estas cosas ¿Qué te interesa? –y extendió sobre una mesita baja los papeles con fotografías de artículos diversos.

Media hora después Parker esperaba en el andén de regreso. Vestido, claro. Había comprado una cubertería levantina de cien piezas, una colección de chuchillos japoneses, toda la gama roja de Tupperware, un kit de supervivencia, una balsa hinchable y tres docenas de preservativos finlandeses garantizados contra fugas radiactivas, total 1.563 euros.

Parker silbaba mientras enfilaba la cuesta de Ibáñez de Bilbao. En el fondo, muy en el fondo de sí mismo, sabía que nunca espabilaría. 

jueves, 2 de mayo de 2024

No, Parker no es japonés.

This is cinema, Ryan Spencer


Es muy curioso este Parker.

Si me lo permiten, les sugiero que no se crean nada de lo que escribe, es verdad.

Por mi parte es por eso/esto y por mucho más, por lo que me he encariñado con esta persona/personaje con la que, a pesar de hablar idiomas diferentes, de vivir en otro país, de que no nos hemos vistos nunca, intento dejar aquí su verdad, mintiendo, con obstinación, acariciando lo exagerado, bordeando orillas de ríos que lo mismo se secan que se desbordan, los límites los marcan la naturaleza de los días, radiación en Fukushima o bombardeos en Gaza, escribir es mentir, 日本製の靴下・レギンス・ストッキング(パンスト)などの靴下製品などを販売しています。おしゃれな方にぜひcreo que estas frases lo dejan claro

miércoles, 1 de mayo de 2024

Parker en Ámsterdam

Sundays are the worst, Jess Allen


 

Es miércoles, Parker está sentado en un banco al lado del Barrio Rojo de Ámsterdam   y el sol no brillará nunca más. Llama por teléfono a Marie, dice que se le ha acabado el saldo, que le llama a cobro revertido. Ella no sabe qué es eso y dice que no, no, no. Cuelga. Curiosamente en vez de un beep beep suena una canción de Mocedades que le/me gusta porque le trae recuerdos de una donostiarra trasplantada a la que grababa casetes y papiros. 

Es que, según dice Parker, Marie es un poco como esa canción, tan tierna, tan limpia, tan de club parroquial, tan de llevar el cantarillo a la fuente, tan Amaya (mucho más guapa), tan sorprendida por ese aprendiz de poeta extranjero que le envía sonetos envueltos en hojas de lechuga, en alas de mirlos, en cortezas de melocotón ensartadas por una daga que escarba en recuerdos que están tan en el fondo que al ver la luz brillan como fuegos artificiales de fiestas de agosto, así no hay quién resista el dolor de tanto tiempo pasado, de tanta alegría retenida, de enseñar el cielo en la palma de la mano, nada por aquí, nada por allá y en un zas desaparece el universo y solo queda la soledad, el vacío, el eco y esta canción que Parker tararea en su móvil fuera de cobertura.

 

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