Nancy Friedland, Can I Tell You About It, 2022

domingo, 19 de enero de 2025

Parker a vueltas con la nostalgia

 

Poorness and stuffiness of the Leed’s post-war year, Leeds, England, ca. 1954 - 
by Marc Riboud (1923 - 2016), French



Parker comprobó con sorpresa que la nostalgia hostigada por la soledad oscura (1) se mecía en el secreto (2). Volvían los cuerpos desnudos, el abrazo demorado, caían estrellas de castidad (3), se derrumbaban los contornos sinuosos, tal era la desmedida pasión y el poco tiempo para el aquí te pillo, aquí te mato (4). Se desbordó el brocal, se ahogaron las rosas, el augur, ciego (5), se perdió en las rutas nocturnas del coro al caño y del caño al coro (6). De ahí la soledad, la nostalgia, los pájaros vuelan hacia el ocaso (7) y la línea divisoria de la nada está a un paso, (8) detrás está el abismo (9).

 

 

  1. 1.       No hay soledades luminosas.
  2. 2.      Pero todos los sabían, el interesado es el último que se entera.
  3. 3.      Exagerando un poco, la verdad, tampoco era para tanto, aunque, sí.
  4. 4.      Parker necesitó años para comprender que el muerto era él.
  5. 5.      Quizás se lo hacía para no herir a los espectadores o cualquiera sabe.
  6. 6.      No me extraña, menudo camino.
  7. 7.      Eran gaviotas. Siempre me he preguntado dónde duermen las gaviotas,
  8. 8.     Pobre Parker.
  9. 9.      Vaya porvenir.

sábado, 18 de enero de 2025

Dacia Maraini,

 


Escribo para no perder la costumbre

para decir las cosas.

Escribo en un intento de renunciar

una pista.

Escribo por miedo que por pensamientos

cruzan por mi mente.

Yo camino con bolígrafo en este

el libro blanco y la suciedad de las ideas.

Lo juego, lo uso, me seduce,

Usa, inténtalo.

Con un bolígrafo lo digo todo, no estoy mintiendo,

No tengo vergüenza.

Donde la lengua duda y se detiene,

La mano fluye suave y ligera.

Escribo para mirar dentro.

Escribo para congelar el tiempo.

Escribo para evocar sentimientos y para

Expresando el mío.

Escribo para darle significado al silencio.

El cielo azul

el mar azul

la tinta azul. »

.

Dacia Maraini, 

(de "Beloved Writing")












Dame limosna de amores (Dolores)

Jesuit priests hear confessions from catholic pilgrims at the Martyr’s Shrine, near Midland, Ontario, Canada, 1955 -
by Berni Schoenfields (1922 - 1999), American

¿Y qué es la literatura? preguntaron a Toni Morrison:

"Un refugio, un lugar donde todo puede ocurrir, donde se puede reaccionar con violencia o sublimidad, donde es bueno sentir melancolía o temor, o incluso fracasar, o equivocarse, o amar a alguien, o desear algo profundamente, y no llamarlo por otro nombre, no sentir vergüenza por ello. Es un lugar para sentir profundamente".

Es una opinión, es importante tener una opinión, la propia. Incluso es bueno discrepar. También es bueno escribir. A veces se me cruza el cable y escribo, cosas raras. A veces escribo cosas raras porque se me cruza el cable. A veces escribo. A veces se me cruza el cable. Muchos días aprendo. Casi todos los días aprendo. Todos los días intento escribir diferente. Todos los días son muchos días. Casi todos los días me esfuerzo por encontrar algo original, nuevo, interesante, bello. Todos los días lo intento con todas mis fuerzas, ganas, ilusión. A veces me aburro, poco rato, un chispazo, me pregunto qué diablos hago dedicando tanto tiempo a una labor tan absurda, tan de incógnito, tan estéril.  A veces me respondo, entonces sigo. Siempre pongo en primer lugar mi propia satisfacción, escribo porque quiero, porque me apetece, encuentro la recompensa en mi trabajo, en mi estimación, en mi reconocimiento, incluso cuando me critico y sé que esto no es bueno o que aquello que dejé el otro día era de aliño. Me aplaudo cuando encuentro joyas que apenas reconozco (¿eso lo escribí yo?). Me turbo al verme desnudo en confidencias en las que me reconozco tal cual. Me obstino en venir cada día. Me equilibro sabiendo que esto es una pequeña parte de un todo que sí es lo importante. Me alegro muchísimo cuando recibo palabras cariñosas que me dan confianza, me animan, me llenan de sonrisas. Me alegro muchísimo más cuando recibo críticas, me enseñan, me estimulan. Los que me conocen saben que tengo un generoso sentido del humor, que me tomo la vida con todo el optimismo del que soy capaz, por eso miénteme, dime que te gusta esta página, lo que cuento, lo que invento, total ¿Qué te cuesta?

No sé si queda claro ¿Queda claro?
Resumen: estamos vivos.

viernes, 17 de enero de 2025

L.B. Files: Igiul



Patricia Highsmith

 


 «Me parece de lo más aconsejable que el escritor principiante trace un bosquejo del libro capítulo por capítulo —aunque la anotaciones de cada uno puedan ser muy breves—, porque los escritores jóvenes son muy propensos a divagar. El punto de partida del bosquejo será una pregunta que el escritor se hará a sí mismo: “¿De qué modo este capítulo hará avanzar la narración?” Si para este capítulo tienes pensada una idea llena de divagaciones, ambiental, decorativa, ten mucho cuidado; tal vez sea mejor desecharla si no consigues expresar en ella una o dos cosas importantes. Pero si crees que la idea para el capítulo hará avanzar el argumento, entonces debes hacer una lista de las cosas que quieres demostrar en dicho capítulo. A veces es una sola cosa: que uno de los personajes quiere ocultar el hecho de que se está volviendo ciego; que una carta importante ha sido robada. A veces son tres cosas. Y si las apuntas en un papel y dejas éste junto a la máquina de escribir, tendrás la seguridad de que no se te olvidará ninguna».

Patricia Highsmith

jueves, 16 de enero de 2025

I figli di nessuno.

Por ejemplo: Guido es el rico propietario de una cantera de mármol y Luisa la hija de uno de sus empleados. Los dos se aman, pero la madre de Guido no ve con buenos ojos este amor debido a la diferencia de clase social. Cuando Luisa da a luz un hijo de Guido, su madre hace raptar al hijo y hace creer a Luisa que el niño ha muerto en un incendio. A partir de ese momento Luisa decide hacerse monja, y Guido, creyendo que ella ha muerto en el incendio (y desconociendo que había tenido un hijo suyo) decide casarse con otra mujer. Pasan los años, y cuando su madre está a punto de morir... 


Usted lee esto y puede pensar que lo ha escrito el de la página, quién sea, el de la foto, alguien sin rostro, es igual, usted pasa cuando quiere por aquí (blog/muro) y cada día hay algo nuevo, usted decide si lo lee, si cambia, si le gusta, si le parece aburrido, si lo entiende (aunque, la verdad, esto no lo decide usted propiamente) o no lo entiende, basta que la música suene más alta, que la foto sea más brillante, que usted tenga el dedo más rápido del oeste y cambie de página, que con tantos millones de blogs solo faltaba que usted no fuese por aquí o por allá a su santa voluntad, faltaría más, esto es gratuito, opcional, absolutamente libre, lo que me/te/le salga de, y no se me ponga chulo que no vuelvo, pues bueno soy, qué se habrá creído, a mí me gusta Kaurismaki (Aki), ¿Qué pasa?, y Bad Bunny,  los cuadros con perros mordiendo las patas traseras de ciervos saltando arroyos y no se me suba a la parra que estoy hasta el gorro de tíos listos que se creen que porque escriban tonterías en un blog de mierda son algo pues yo escribo mejor, más rato, con letras más grandes y además no tengo faltas de ortografía que gané un premio de redacción cuando era pequeño, bueno, bajito, que ya tenía mis trece años, que me dieron un diploma y diez pesetas, que en el pueblo era de los pocos que sabían escribir y tampoco me leyó nadie, que no sabían, excepto el farmacéutico que tenía una hija que estaba muy buena y se quedó preñada de Guido, un suponer, alguien parecido, que eran tiempos muy duros, en blanco y negro y ahora se muere Peter Yarrow que muchos no saben quién era y todo el mundo se pone a llorar, a lo que íbamos, que usted lee lo de arriba y no tiene porqué saber que es la sinopsis de  una película de 1952, I figli dinessuno, dirigida por Raffaello Matarazzo, con guión de Aldo de Benedetti (basado en una lacrimógena novela de Ruggero Rindi, con música de Salvatore Allegra, fotografía de Rodolfo Lombardi e interpretada por Yvonne Sanson, Amedeo Nazzari, Françoise Rosay, Folco Lulli, Enrica Dyrell, Teresa Franchini, Gualtiero Tumiati, Alberto Farnese, Aristide Baghetti, Enrico Glori, Olga Solbelli, Nino Marchesini, Rita Livesi, Giulio Tomasini, Enrico Olivieri, bueno pues ahora ya lo sabe y por mí puede leerlo, entenderlo, que le guste o comérselo con patatas, es igual, mañana, si nadie lo remedia, volveré a estar aquí. Beso su mano, la de usted. 




                       

miércoles, 15 de enero de 2025

Antonio Scurati

 


Terminada la cuarta entrega del extraordinario trabajo de Antonio Scurati sobre la figura histórica de Benito Mussolini y su tiempo. Bien documentado, con un estilo periodístico, ágil, de fácil lectura. Igual que los tres anteriores me ha gustado, muy interesante, tiempos muy duros, dolorosos. Supongo que falta una última entrega para completar esta ambiciosa tarea.


https://www.eleconomista.es/evasion/noticias/13103553/11/24/la-hora-del-destino-de-antonio-scurati-la-caida-de-mussolini-y-el-colapso-de-su-imperio.html


Cómo escribir un microrrelato.



Cómo escribir un microrrelato.

 "El microrrelato trabaja con la elisión y la elipsis, es decir, salteando parte de la información que no se considera imprescindible. Se trata, además, de comprimir la mayor cantidad posible de significado en la menor cantidad posible de palabras. Esta es una característica del género que, mal manejada, puede llevar a textos incomprensibles. A veces alguien que ha trabajado y retrabajado mil veces un microrrelato de cinco líneas se olvida de que quien lee solo conoce el resultado final. Como en su cabeza el tema y la resolución están presentes con toda claridad, no se da cuenta de que no ha dejado en pie suficientes claves para la comprensión del texto.

Hay algunas técnicas para obtener la máxima brevedad posible, pero en términos generales, le aconsejo desconfiar de los resúmenes. Si la primera versión de lo que usted ha escrito tiene dos o tres páginas, lo más probable es que no se entienda en cinco líneas. Quizás deba ampliarlo para convertirlo en un cuento más largo o trabajarlo en ese formato de cuento breve que también es válido: su primera obligación no es escribir hiperbreve, es escribir bien.

¿Cómo saber si un micro realmente se entiende? Si usted tiene dudas, es muy probable que haya problemas. Para asegurarse, haga que lean el texto cuatro o cinco personas cuya lectura le interese. Si no lo entienden, será necesario reconstruirlo dando más información. Atención: le aconsejé que lo haga leer y no escuchar. No es lo mismo que se lo lea usted en voz alta a alguien que esté escuchando. Con la entonación, la expresión facial y los gestos podría estar llenando los huecos de comprensión, dando información que en realidad no está en las palabras que ha escrito".

—Ana María Shua

martes, 14 de enero de 2025

Miyó Vestrini

 

Giovanna ha soltado los cabellos grasosos del hombre, confundidos ahora con el terciopelo del diván. Cierra la bata, se recoge la larga melena hacia atrás, sin dejar de mirarlo, sin dejar de ver la tapicería rota en algunos sitios. Teme complicar la rutina adquirida de una vez por todas, cuando después de ver en una vitrina del centro aquella mujer rubia y esplendorosa que invitaba a conocer Grecia y los mares del sur, decidió que las luces del Mediterráneo y los jardines colgantes de Babilonia serían un día su única y gran aventura. El hombre está despierto, Giovanna lo sabe. A la espera de algún acontecimiento, se sienta frente a él, con el aire del norte a sus espaldas, indiferente ya a todo juego.

[De Las historias de Giovanna (1971)]

 

No es muy largo lo que debo decirte:

                                                    tiemblo cuando hablo de ello.

 

                                                    Poca cosa,

                                                                                        en verdad.

 

[De Pocas virtudes (1986)]

Me rindo

Hideo Tanaka  Rest Winter


Esta es una esquina para niñas y niños que juegan hasta las diez, para ancianos paseando por alamedas interminables, sin fuerzas para llegar al portal donde vivían, para mujeres y hombres que dudan en el dintel, miran y se van, ociosos, con barcos de papel entre los dedos, sin recuerdos horizontales, hay una mujer que nunca escuchó un te quiero en la penumbra, hay un hombre que aún no sabe cuánto cuesta ser o no ser y ahí está su problema, otro, los problemas se atropellan y gritan y nadie sale del callejón oscuro, fronterizo, allí donde los cuerpos renuncian a la certeza del nunca, con la cabeza coronada de polvo se entregan al desandar, me pongo una boina y no reconozco otra salida que la rendición. Me rindo y no respiro.  

lunes, 13 de enero de 2025

Equívoco.

 


Me miraba a los ojos tan cerca que casi podía leer sus pensamientos. 

Mejor no, mejor no leerlos, mejor no saber qué podría esperar aquella mujer tan bella de un tipo tan poca cosa como yo, que me había quitado las gafas y apenas distinguía sus facciones, que me sentía embriagado por su turbadora presencia, que no sabía qué hacer con las manos y sudaba mientras ella seguía con un dedo cada una de las rayas amarillas de mi corbata. 

No recordaba cuando había estado antes así, a tan poca distancia de una señora tan femenina, tan estupenda, tan Chanel. 

Me susurraba, apenas podía entender qué decía, adiviné algo así como vamos, chato o no puedo más, rey

Estaba empezando a marearme, aquello no le podía estar pasando a un hombre tan corriente como un servidor. 

Jorge, te deseo, vámonos a la cama –me dijo.

Perdone, no soy Jorge, me llamo José Antonio –repliqué.

¿Qué? -dice- Tú eres Jorge Luis de Campanzar y Salvatierra ¿no?

No, soy electricista, trabajo en la Naval –dije, azorado.

Sorry, me he equivocado- dijo bajito. Y se marchó, sin más, sin mirar atrás, dejándome con la camisa empapada, con la frente marchita, con alteraciones en la entrepierna, desorientado, desasistido, acomplejado, desubicado, con la moral por los suelos.

Fui a casa, me duché con agua fría, más de media hora. No somos nada, por lo menos yo.

domingo, 12 de enero de 2025

Absurdo

 

Terra Chapman, “Butterfly Dance”,   2023

Lo sé, no se puede sufrir tanto como he sufrido por él. También sé ahora que ya no importa, que no somos los mismos, que nunca hemos sido nada excepto una broma en las cenas, cuando se escarba en los pasados imposibles como un minero expuesto al grisú. Aun así me arriesgo, tanto, me acerco sin remedio, como una rejoneadora enajenada, de forma inconsciente, sin pudor, sin pensarlo casi, con una repetida sinceridad al pedir, al abrir mi corazón, al quedar expuesta todavía a la burla de su incomprensión, a su compasión, a quién sabe qué sentimiento, seguro que contrario al que quiero buscar.

No sé qué quiero buscar, no sé qué fuerza me hace dar vueltas al redondel, no sé por qué me empeño en querer verle, en equivocarme así. Me paro, pienso que tengo la edad suficiente para saber lo que debo y lo que no debo hacer. Es un intento inútil, pienso, pero  las normas no existen, los límites siempre están más lejos y aquella carta de despedida la he leído tantas veces que las letras están borrosas, lo que dicen me redime, lo que no dicen me llena de sueños y saber cuándo la escribió me devuelve a la realidad, que es aplastante, demoledora, está el aquí y el ahora y vivir no es escribir y todo esto no es más que un absurdo que no lleva a ninguna parte excepto a disturbarme, a perturbarme, a que me mire a mí misma como al bicho raro que siempre he sido, un saltamontes con falda, una bestia parda sumergida en un arroyo de alcohol para evitar los mosquitos de las dudas.

Cuando advierto todo esto me paro, me leo, muevo la cabeza, me compadezco de quién soy y decido si colgaré estas historias. Pero yo sé que sí porque en estos oscuros días de invierno estoy muy triste y tengo la lengua muy larga, el corazón muy grande y eso que llaman amor ni siquiera sé si es esto o si sólo es una locura, una invención que dura demasiado tiempo, toda mi vida.

sábado, 11 de enero de 2025

Así no hay manera, no se aclara uno.

Olga Suvorova (Russian,b.1966)

Algo se ha movido, alguien ha movido las fichas, los días, no reconozco las caras, los gestos, las voces, no sé quién soy ahora, vivir es una incertidumbre en la que  nada es lo que era.

Pero amanece.

Me he vuelto extranjero, extraño, soy otro, todos son otros, no entiendo el lenguaje, el acento, las formas, no hay señales, signos, no encuentro el sentido, el camino, la mano que me guíe.

Me empujan.

Pero ¿qué m`estás contando?

Que no se puede estar en misa y repicando, comer sopas y sorber, estar al plato y a las tajadas, que no se puede dormir y guardar la era, soplar y sorber, que no se puede nadar y guardar la ropa, repicar la campana y llevar al santo o repicar y andar en la procesión.

Es decir que amo, trabajo, gozo, voy, vengo, subo, bajo, vuelvo, río, bebo, como, duermo, no quiero escribir.

Escojo vivir.

Eso mismo. 

viernes, 10 de enero de 2025

Leila Guerriero

 

Voces que sí pero que no.

Love we leave behind,

 Cody Bratt

Escuchaba su voz pero ella no estaba.

Hasta aquí era una ilusión que podía controlar.

Cuando sentí que sus manos se deslizaban por mi pecho abajo, que  me desabrochaba uno a uno los botones del pantalón, me preocupé.

Fui a un espejo, estaba solo pero ella estaba allí.

Me corté una oreja, el lóbulo, metí monedas por mi nariz, busqué afiladas estacas para aliviar brujerías, conjuros, escuché a los Butthole Surfers, el letal borboteo vocal de Gibby Haynes estallando en cada hueso de mi cabeza, la guitarra fanática, fantástica de Paul Leary una y otra vez hasta llagar mis oídos, preservé mis instintos en el corazón de la fruta, inventé una copulación sobre la indigna mesa de viento, salvé el sudor y los estragos de la unanimidad, marqué mi cuerpo con tatuajes de prosodia y lentitud blanca, allí estaba, ella.

¿Qué podía hacer?, nos casamos.

Y nunca más estuvo, ella.

Soy un pringao.

jueves, 9 de enero de 2025

Le Mans Motor Racing Disaster (1955) | British Pathé



Los días que, como ayer,  no dejo aquí algún escrito siento que me traiciono.
Es un absurdo, lo sé.    
Quizás un silencio sea lo suficientemente elocuente.
Pues sí, o no, yo qué sé.

Vi este vídeo de Le Mans y me impresiono. 
Veo cada día muchas cosas que me impresionan. 
Sobre todo cuando en alguna persona  siento la amistad, el cariño, la ternura, el sentimiento, el paisaje de sus vidas (de parte de ellas).

Hoy es jueves, está empezando el año y sigue esta aventura de leernos.
Estoy aprendiendo.


Desastre de Le Mans en 1955

Se conoce como Desastre de Le Mans, al accidente sucedido el 11 de junio de 1955 en el circuito de la Sarthe, cerca de Le Mans, durante la celebración de las 24 horas de Le Mans, en el que murió el piloto Pierre Levegh y 82 espectadores.


El accidente

A las seis y media de la tarde (hora local GMT+1) el Mercedes 300 SLR conducido por la pareja Juan Manuel FangioStirling Moss luchaba por encabezar la prueba con el Jaguar conducido por Mike Hawthorn-Ivor Bueb tras haber conseguido sacar una vuelta a la mayor parte de sus rivales.
Hawthorn en plena lucha con Juan Manuel Fangio, adelantó a un Austin Haeley, conducido por el piloto británico Lance Macklin, a la entrada de la línea derecha de las tribunas para, de repente, frenó y decide entrar a los boxes.

Sorprendido, el piloto del bólido que acababa de ser doblado hizo una brusca maniobra hacia la izquierda sin ver que dos Mercedes, a toda velocidad, se le echaban encima. El primero lo conducía el francés Pierre Levegh, con una vuelta de retraso y el segundo El Chueco Fangio.

El drama se produjo en tan sólo pocos segundos. En un último reflejo, Levegh levantó la mano para advertir a Fangio del peligro. Después, chocó contra el Austin y, a más de 200 kilómetros por hora, su Mercedes "despegó" para abatirse, explotando, sobre las tribunas repletas de espectadores.

El Mercedes de Pierre Levegh se desintegró totalmente, el motor y otras piezas del chasis dejaron un rastro de muertos y heridos en su vuelo sobre las tribunas, incluyendo al propio Levegh cuyo cuerpo quedó tendido sobre la pista. Entre los motivos de la fuerte deflagración se encuentra el hecho de que muchas partes del vehículo se encontraban compuestas por magnesio, el cual genera una fuerte explosión y dificulta las labores de extinción dado que el agua actúa como potenciador de las llamas.

Los organizadores de la prueba, sin embargo, no interrumpieron la carrera, misma que prosiguió mientras las ambulancias iban y venían. Los espectadores situados en otras zonas del circuito tardaron horas en conocer el alcance de la tragedia. La organización argumentó que la suspensión de la carrera hubiera dificultado las labores de evacuación de los heridos, por la probable invasión de las vías de emergencia.

Pierre Levegh contaba con 49 años de edad al momento de su muerte.

Consecuencias

Durante la noche, el equipo Mercedes Benz, que encabezaba las 24 Horas, decidió retirarse de la carrera, por orden explícita de la sede central de la marca en Stuttgart. Al día siguiente, bajo una fría lluvia y un ambiente aún más glacial, Hawthorn y Bueb lograron para Jaguar su tercera victoria en Le Mans. La retirada de Mercedes de las competiciones automovilísticas se prolongo hasta el año 1987.

Dos días después, las autoridades galas prohibieron las competiciones automovilísticas en Francia. En AlemaniaEspaña y Suiza (que se retirarían mas adelante) siguieron el ejemplo francés y suspendieron sus Grandes Premios, para evitar que se repitiera una tragedia que conmocionó a Europa y al resto del mundo.

El accidente fue un importante contribuyente a cambiar las políticas acerca de la aceptación del peligro en las carreras de automovilismo y a un aumento en exigir carreras más seguras, tanto para los competidores como para los espectadores, por ejemplo, en 1955 los automóviles de carreras no contaban con cinturones de seguridad, los pilotos decían que no querían estar atados al auto en caso de incendio ya que no contaban con uniformes antifuego con tela Nomex. Los cascos posteriormente cubrirían toda la cabeza de los corredores.

(De Wikipedia)


miércoles, 8 de enero de 2025

RASTA PASTA (ft. Masego)

Alice Munro

 


El oficio de escritor.  

Creo que probablemente la parte más difícil sea en donde tienes que ir revisando la historia y te das cuenta de que es mala. La primera parte, la excitación, la segunda, muy bien, pero entonces te levantas un día y piensas “qué tontería” y es cuando realmente tienes que ponerte a trabajar en ella. Y para mí, siempre sentí que eso era lo correcto, era mi culpa que la historia fuera mala, no era culpa de la historia.

[Se cambia] trabajando mucho. Trato de buscar una mejor manera de explicarlo. Tienes a los personajes a los que no les has dado una oportunidad, y tienes que pensar en ellos o hacer algo diferente con ellos. En mis primeros tiempos, tenía a una prosa floreada, y gradualmente aprendí a quitarlo del camino. Así que tienes que pensar en ella, y encontrar más y más de qué trata la historia, lo que tu creías entender al principio, pero que en realidad, tenías mucho que aprender de ella.

Cuando era joven tiraba todas [las historias]. No tengo idea, pero no he hecho eso en años recientes. Generalmente sabía que era lo que tenía que hacer para darles vida. Pero puede haber todavía lo que yo creo que es un error y simplemente tienes que olvidarte de ello.

Alice Munro


martes, 7 de enero de 2025

Buscando la cruz



Por el monte, desorientados dentro de un bosque de eucaliptos, pinos, árgoma y silencio. Los diez. Tratamos de encontrar la cruz. Debe ser por ahí. No, por ahí. En un cruce, como de la nada, aparece un caminante sabio, sigan unos pasos, tuerzan a  la derecha y ahí está, después tomen el camino señalado con dos rayas, una amarilla, la otra blanca, sigan hasta  donde unos hombres cortan acacias, ahí pregunten.

Aita, grita el niño sentado en un tractor. Cortando acacias, furtivos, una familia, como en una película de la América profunda, siguen a lo suyo, no nos miran pero sí nos ven, desconfían, el mastín gruñe, no dejan de utilizar las motosierras, al pasar cae un árbol a nuestro lado, ni se inmutan, siguen a lo suyo.  Lo suyo. Preguntamos, sin sonrisas la mujer hace gestos, entendemos. La encina, la ermita, todavía una hora y la carretera. Ugh. La jungla a poca distancia de la civilización. O así. 

Después la comida pero esa es ya otra historia.  
Tengo que invitar a Parker a estas excursiones. 



lunes, 6 de enero de 2025

Optimismo.

 


Hay que ser un ingenuo, un optimista incorregible o un inconsciente para compartir aquí lo que uno/a escribe. No hay nada que hacer, todos escribimos. Es como lo de la fotografía, todos somos fotógrafos. Es como lo de los gustos, todos tenemos el nuestro. Se acabó la discusión.

Es curioso, también todos tenemos ombligo, más o menos grande, algunos tienen verdaderas obras de arte de parteras célebres, nudo que nos desligó de dónde venimos pero que no da pistas de hacia dónde vamos. O sí.

Mientras tanto escribimos, lo compartimos, hacemos fotos, las compartimos y tenemos buen gusto. O no. Aúpa.  Los Reyes Magos. Y los otros.

domingo, 5 de enero de 2025

Shabtis.

 




En mi anterior encarnación fui un poeta egipcio, inescrutable en mis versos, ambicioso en mi obra, perseguido por las autoridades, implicado en lo cotidiano mientras observaba las largas filas de trabajadores desplazando piedras, preparando argamasa, comiendo en el camino, elevando monumentos funerarios para aquellos que todo lo tenían excepto el más allá.

En la loma, bajo toldos, el Faraón.

Entusiasmado en mi oficio quise cumplir con la misión del poeta, dar fe. Así reuní cantos de obreros, el viento levantando arenas, gritos de capataces, lamentos de los caídos, la voz de las aguadoras, restallar de látigos, el martillo en la roca, vibración de las cuerdas tensas, gallardetes ondulando en la mañana, trajinar de sirvientes, rasguear de las plumillas de los ingenieros inclinados sobre planos, el chasquear de los dedos del que todo lo puede, Rey de Reyes. Todo lo recogí en poemas que causaron mi ruina. Estos.

Ahora soy un shabtis en las tinieblas púrpuras del Más Allá, mi larga barba trenzada, una azada en las manos, una bolsa pequeña para el grano sobre un hombro, danzo sobre este abismo de fértiles cosechas, caído en el infinito funerario, un trabajador agrícola entre otros, pasión de muerte en este infierno, perdido el mito de la poesía, añoranza del canto, esclavitud aún más lejos de la vida, tragedia sin personajes, ni escenario, último lazo antes de la nada, espera de una nueva reencarnación, el conjuro grabado en la frente: Que sea iluminado mi Osiris.

Quizás alguien me descubra.



Los SHABTIS son pequeñas figurillas funerarias de sirvientes a modo de momias, también conocidos como Ushebtis o Schwabtti, que es el nombre del árbol con cuya madera solían tallarse. Aunque mayoritariamente estaban hechas de madera, también podían ser de barro. Representaban todas las actividades habituales de la vida cotidiana; o sea, todo tipo de oficios (desde panaderos y carniceros hasta ejércitos enteros y embarcaciones con toda su tripulación).

Su misión era sustituir al difunto en caso de que el cuerpo fuera destrozado y en las tareas desagradables del Otro Mundo. Se trataba en cierta manera de dobles, de sirvientes mágicos personales del fallecido. En ocasiones incluso guardaban cierto parecido físico con el difunto.

A principios del Imperio Medio se extendió la costumbre de incluir estas mágicas estatuillas entre el equipamiento funerario. Solían colocarse en diferentes lugares de la tumba; bien dentro del ataúd, a su lado, en el mismo suelo de la tumba o incluso en un pequeño sarcófago especialmente hecho para ellos (en ocasiones se han encontrado más de un centenar de ellas en un mismo sarcófago).

Los Shabtis cobraban vida gracias a los jeroglíficos que las envolvían, textos religiosos y fórmulas mágicas (la más común de todas es la que aparece en el pasaje número VI del conocido Libro de los Muertos) que propiciaban al difunto el uso de estos siervos en el Más Allá siempre que el fallecido precisase de su ayuda, ya fuera para servirlo o proporcionarle todo aquello que necesitara en el Otro Mundo.

También solían llevar el nombre del difunto, pero tampoco es extraño encontrar -aunque son casos menores-, ushebtis totalmente anónimos sobre los que no se dejó ninguna inscripción alusiva a la identidad del fallecido.

El Museo del Louvre cuenta con una de las mejores colecciones de Ushebtis; reúne unas 4.200 piezas, aunque solamente se han expuesto unas 800.

sábado, 4 de enero de 2025

Dicen que no es bueno dar vueltas a la noria.

 


La primavera llegará con palabras que aún no conozco, con madrugadas frías y anocheceres de limones.

Busco qué diré de lo que aún no he dicho.

Sigue mi estado de + (traducción: más)

Estoy rompiendo rutinas, una a una, rutinariamente.

Pienso en barcos dando vueltas de aquí para allá, parando en puertos sin aduanas, en ciudades envueltas en niebla donde embarcan y desembarcan ciudadanos vestidos de blanco, hay un hombre en la proa mirando al infinito, en un camarote de la segunda cubierta dos mujeres hablan de su niñez.

Es extraño saber y no saber, son extraños los días, como si fueran la antesala de algo, alguien escondido detrás de una cortina, oigo voces.

No es bueno dar vueltas a la noria.

viernes, 3 de enero de 2025

Capítulo cien.

 Enzo Pellai bookplate. Artist: Valerio Mezzetti.



Capítulo cien. En el que en esta noria se cuenta cómo escribir es no vivir, es decir nada, es decir qué me va usted a contar, que van y vienen los días y aquí no llama nadie (atentos, nada, nadie). Se secan los pozos, se alborotan los vencejos y nos juntamos las viejas glorias para recordar lo que no pasó, aquello que de tanto contarlo lo hemos modificado y al final resulta que ni siquiera somos amigos y paga tú y luego arreglamos. Si te pones así discutiría incluso lo de glorias/gloria, que cuando el tiempo pasa y la soledad está sentada en el sillón del salón comedor donde nadie come terminas hablando con ella, es decir solo, es decir que te contestan las cortinas que, por cierto, necesitan un agua, la verdad. La realidad es la que no veo/vemos, que eso es escribir, no ver la realidad, joder, mírate al espejo, eso/ese (o sea tú) es la realidad, no hay más y ya puedes ponerte como un basilisco (frase antigua) o dar vueltas como un zarandillo (frase aún más antigua) que lo que é, é y por más que intentes recordar es en vano, aquello no fue, tú no fuiste y solo tienes este ahora entre el bostezo y el miedo. Ya, que te está dando bajona, hala, por leerme, a quién se le ocurre (es una pregunta sin signos). Capítulo ciento uno. Mañana. O no.    

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