Yo, jet lag y ya.
Aquel mes.
Treinta y un días, treinta y uno y volver, ya.
¿Cuándo fue?
He recorrido un largo camino. He conocido a muchas, muchas personas. Me he bañado a uno y otro lado del Atlántico, dónde termina la tierra y dónde empieza. He dormido en 16 camas diferentes, junto a la misma mujer. He visto amanecer casi cada día, el atardecer de bastantes, bosques interminables y también bosques quemados, árboles nuevos, flores, guacamayos, flamencos, aves extrañas en los manglares, cayos, estrellas de mar, ermitas, corazones abiertos, catedrales, caminos de siempre, nuevos, lluvias tropicales, la cola de un huracán, alucinados intentando grabar la vida en vez de vivirla, fotógrafos de todo aquello que se menea, compulsivos devoradores de sol. He escuchado historias de vidas tristes, de vidas alegres, músicas de siempre, sonidos de la pobreza, ruidos en la noche, croar de ranas gigantes, arrullos de pájaros. He tocado sonrisas con la punta de los dedos, la piel de la dicha, los vestidos de los seres desnudos, de los que tienen poco. He volado. He visto mis paisajes interiores, mis miedos, mis deseos, mi alegría. He vivido con intensidad mi ahora. He hecho tantas cosas que ahora mismo no soy capaz de contarlo todo.
Me he visto –soy ese que sonríe, el que levanta la copa y brinda por la vida, el que camina con gesto decidido-. Sí, me he reconocido. En este…
Perdona, dijiste que ibas a buscar al Otro. En este viaje ¿lo encontraste?
Cierto, lo encontré, estaba ahí mismo, era yo.
Nos hicimos amigos.
Ya hablaremos de eso.
Ahora tengo un tremendo dolor de cabeza.
Será el jet lag del agobiante viaje de ahora.
2 comments :
Da gusto leerte así!
Me encanta esa foto tomada desde lo alto.
Daltvila, ¿así, ¿cómo?, ¿estás sentada o tumbada de alguna forma especial, peculiar, cómoda, diferente, qué?
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