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Los
sitios retirados del Pierio |
Recorro,
por ninguna planta hollados; |
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Me
es gustoso llegar a íntegras fuentes, |
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Y
agotarlas del todo; y me da gusto, |
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Cortando
nuevas flores, rodearme |
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Las
sienes con guirnaldas brilladoras, |
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Con
que no hayan ceñido la cabeza |
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De
vate alguno las divinas musas: |
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Primero
porque enseño cosas grandes |
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Y
trato de romper los fuertes nudos |
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De
la superstición agobiadora; |
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Después,
porque tratando las materias |
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De
suyo obscuras con piería gracia, |
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Hago
versos tan claros: ni me aparto |
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De
la razón en esto, a la manera |
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Que
cuando intenta el médico a los niños |
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Dar
el ajenjo ingrato, se prepara |
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Untándoles
los bordes de la copa |
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Con
dulce y pura miel, para que pasen |
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Sus
inocentes labios engañados |
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El
amargo brebaje del ajenjo, |
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Y
la salud les torne aqueste engaño |
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Y
dé vigor y fuerza al débil cuerpo; |
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Así
yo ahora, pareciendo austera |
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Y
nueva y repugnante esta doctrina |
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Al
común de los hombres, exponerte |
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Quise
nuestro sistema con canciones |
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Suaves
de las Musas, y endulzarle |
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Con
el rico sabor de poesía: |
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¡Si
por fortuna sujetar pudiera |
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Tu
alma de este modo con enlabios |
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Armónicos,
en tanto que penetras |
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El
misterio profundo de las cosas |
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Y
en tal estudio el ánimo engrandeces! Lucrecio |
lunes, 28 de febrero de 2022
Tito Lucrecio Caro
domingo, 27 de febrero de 2022
De Berlín a Postsdam
En Berlín es muy sencillo y rápido desplazarse de un lugar a otro.
Para contrastar con tantas visitas a museos y monumentos, aquel día viajamos en tren hasta Postsdam.
Fue allí pero pudo haber ocurrido en cualquier lugar.
Stalin, Churchill y Truman (así como Clement Attlee, que sucedió a Churchill tras ganar las elecciones de 1945) habían acordado decidir cómo administrarían Alemania, que se había rendido incondicionalmente nueve semanas antes, el 8 de mayo. Los objetivos de la conferencia también incluían el establecimiento de un orden de posguerra, asuntos relacionados con tratados de paz y el estudio de los efectos de la guerra. (De Wikipedia)
Pasamos la mañana de acá para allá, en tranvía, caminando. Vimos sus palacios, las espléndidas villas, los jardines, los rincones llenos de historia.
Algunas calles estaban llenas de compradores compulsivos, otras calles estaban desiertas, en muchas de sus aceras había ancianas en sillas de ruedas que empujaban jóvenes morenas. Nos sorprendió la cantidad de locales dedicados a las antigüedades. Entramos en lujosas librerías con tentadoras ediciones de libros en incomprensible alemán. Visitamos tiendas de diseño con bellas dependientas. Tomamos cerveza entre ruidosos y altos alemanes. Hacía bastante calor, bebimos muchas cervezas.
A la hora de comer encontramos un hotelito algo apartado del centro. Nos sentamos en la terraza a la sombra de unos tilos y escogimos grillteller altstadt y schweinemedaillons nit pfifferlingen, un delicioso menú, con más cerveza.
Estábamos muy a gusto. Nuestra conversación se volvió fluida y confidencial, teníamos ganas de hablar, de contarnos. Nos descubrimos secretos mutuamente.
Antes de los postres citó un pasaje del libro que estaba leyendo, un párrafo que le había sorprendido.
-¿Qué te parece?-me preguntó, risueña.
-Tiene razón ese Schlink –contesté- la felicidad de un tiempo no está reñida con lo que podamos conocer después. Un tiempo luminoso lo será aunque después todo se oscurezca.
Me miró a los ojos y, sin vacilar, dijo -En estos diez años ¿me has sido infiel alguna vez?
Fue la bebida, estábamos tan a gusto, la comida estaba siendo deliciosa. -¿Y tú a mí?- repliqué confundido.
-He preguntado primero, di, anda –dijo, con gesto mimoso, sonriente
Lo tenía dentro desde hace tiempo. Me dolía. No sabía cómo sacarlo. Acaricié su mano y respondí –Solo dos veces, no fue nada, casi lo había olvidado.
– ¿Os acostasteis dos veces? – se borró su sonrisa, retiró la mano, utilizó su apellido, ni siquiera su nombre -¿Con Aguirre?
No sé cómo pudo saberlo, no fueron dos, fueron más veces. Terminó pronto, cuatro meses, ni siquiera nos hemos vuelto a ver. No dije nada de esto, solo pude añadir –No, no fue lo que te has imaginado…-
Sin dejarme terminar se levantó y se fue con pasos apresurados. Volvimos a Berlín en trenes diferentes. Aquella misma noche se cambió de hotel. Después de tantos años no sé cómo pudo sospecharlo. ¿Qué importancia tiene ya?
Sigo solo, estamos en trámites de separación.
sábado, 26 de febrero de 2022
Volveré solo.
Pasó el día claro con sus horas desnudas, nada más.
Estuvo lleno de magia pero ellos no lo saben.
Estuvo lleno de momentos ordenados en sus cajas, para luego.
Tanto recordar quién dormía ayer con su nariz en mi pecho, me olvidé de quién dormirá mañana, contándome cuentos cuando tenga miedo de la muerte, engañándome, bah, no es nada, pronto pasará.
Lágrimas oscuras sobre la hierba que ya nadie corta, está el jardín tan abandonado.
Escribir por escribir, hablar por hablar en la noche de este sábado sin bostezos, tan rápido que casi es domingo.
Quizá este cansancio, este mareo –me he pasado el día con dolor de cabeza- será el invierno o quizá el alma columpiándose en el tendedero, entre la ropa que la lluvia mojó.
Esas cosas.
No siempre estoy con ganas de escribir.
Pero tú sabes.
¿A que sí?
Hoy tampoco llegó el cartero.
¿Lo estás pasando bien?
Creo que volveré solo a Estambul.
viernes, 25 de febrero de 2022
Mi mono y yo.
A veces huyo
construidos de palabras,
que me llevan
a los páramos de nadie.
Durante breves momentos
siendo este precario puente
hacia los otros,
con las palabras
que me crecen como ramas
en la boca,
y me sacan
de mi silueta
de animal desnudo.
Desde esta orilla solitaria
agito mis palabras mínimas
como banderas blancas
entregadas a un sueño,
y por algún tiempo
logro fugarme
en las palabras,
hermosas.
Carmen Matute
jueves, 24 de febrero de 2022
Los bárbaros
No llegan los bárbaros pero el sur la aldea se ha llenado de osos y están los herreros suplantando puentes, inventando cuevas, corriendo por las calles donde gira el viento. Por eso me voy con los niños que no esperan, que juegan con sus tizas y dibujan las rayas blancas que separan lo real de jirafas estremecidas, gatos que sueñan con tejados interminables y niñas con trenzas de colores. Vendrá la primavera como una intrusa y estaré en el camino, siguiendo la estela Ha huido la seguridad de las cebollas y ahora estoy seguro que nunca vendrán, los bárbaros.
miércoles, 23 de febrero de 2022
Buzzati
martes, 22 de febrero de 2022
Sin regreso
Hace ya unos años dejé aquella ciudad, encalé con poético espesor la pared informe. Me dispuse a defenderla de las serpientes después de la lluvia, del chillido de los vencejos antes de septiembre, de los planos y niveles de la nostalgia aún no vencida (cautivo y desarmado, etcétera).
Han pasado los meses, sin orden ni concierto, tan pronto era mayo como noviembre. El vengador está ahí, emboscado, trata de esconderse en lo oscuro pero puedo ver sus movimientos entre las ramas de la higuera. Aun así he clausurado la vigilia de la muerte, es la hora de la vida plena.
lunes, 21 de febrero de 2022
Bajo tu falda
Me escondo bajo tu falda para
verte mientras lees una larga carta de mi ausencia turca.
Bajo tu falda te veo, sentada,
leyendo.
Te miro.
Hay maneras de leer.
Escuchas lo que te he escrito.
Hay cosas que no te escribo (o
que pienso que no te escribo) y sin embargo las lees.
Lenguaje roto.
Fragmentos de lo que quisiera
decirte.
Frases incompletas.
No sé definir nuestros gemidos,
los ruidos cuando nos amamos, no puedo escribirlos, repetirlos, pintarlos,
dibujarlos, ni siquiera bosquejarlos.
Lees ahora lo que estoy
escribiendo ahora.
Viajas por las palabras como
viajo por Turquía, volando sobre nubes, viendo anochecer ahí arriba.
¿Veré amanecer?
Ahora esperas que vuelva pero,
sin irme, ya he vuelto.
Y me lees.
Sé que estás ahí pero ¿dónde?
domingo, 20 de febrero de 2022
Never offline
Los cuentos de la guerra (de nuestra guerra) que suelo dejar no son ciertos, no me han ocurrido a mí. Me lo contó mi abuelo Ramón cuando aún no existían los blogs, cuando aún tenía una vida familiar anormal -lo normal es esto, vivir para contarlo-. Los tenía en algún lugar de la memoria y adorno los recuerdos. Otros cuentos si son ciertos.
sábado, 19 de febrero de 2022
Destello Bravío
Luis
Martínez (Diario El Mundo) : "Propone
una lectura tan descarnada como mágica de la mujer en la España vacía. (...)
sorprendente, además de hipnótico, debut de la directora extremeña (...) un
radiante y cegador ejercicio de cine."
Gregorio
Belinchón (Diario El País) "Película
diferente (...) Diferente por lo que cuenta, por cómo lo cuenta, con quién lo
cuenta."
Matías
G. Rebolledo (Diario La Razón) "Las
imágenes, magnéticas por apabullantes y golosas en su disfrute, se suceden como
pequeñas recompensas (...) un trabajo sin apenas injerencias en el que todo es
genuino y casi nada es referencia"
Enric
Albero (Diario El Mundo( "Inclasificable
ópera prima (...) Un cruce insospechado entre el documental antropológico y
determinado cine de vanguardia, aleación a priori tan extraña como, una vez
visto el resultado, feliz."
Oti
Rodríguez Marchante (Diario ABC) "Es
fácil ver el rumbo de la narración, lo que quiere contar y a dónde se dirige,
pero, a pesar de ello, es más fácil aún quedarse estancado en su densidad y
lentitud. (…) Puntuación: ★★ (sobre 5)"
Beatriz
Martínez (Diario El Periódico) "Una
de esas películas que funcionan como un objeto no identificado en nuestro
panorama cinematográfico y que nos embarga con su extrañeza y su
singularidad."
Juan
Silvestre (Fotogramas) "Es un
poema de dolor, una serie de estampas rurales decadentes y tremendamente bellas
con una potencia visual muy arriesgada que, aunque puede entroncar con la
estética de (...) Buñuel o Fellini, genera un universo propio."
Quim
Casas (Diario El Periódico) "Rodríguez
procura una interesante mezcla de tonalidades que van del costumbrismo rural al
fantástico, pasando por elementos paródicos, (...) crítica hacia la realidad y
toques surrealistas (…) Puntuación: ★★★ (sobre 5)"
Eulàlia
Iglesias (El Confidencial) "Una
película que conjuga la inquietud documental por un territorio invisibilizado
con la fascinación surrealista (...) otra muestra vibrante de un cine de
contornos surrealistas surgido de tierras extremeñas (…) Puntuación: ★★★★
(sobre 5)"
Daniel
De Partearroyo (Cinemanía) "Más
allá de la intención antropológica, destaca el despliegue sensorial. (...)
Extraño viaje sensual por la España vacía. (…) Puntuación: ★★½ (sobre 5)"
Oskar
Belategui (Diario El Correo) "Habla
de la España vacía, el deseo sexual y el empoderamiento femenino. En sus
imágenes resuenan ecos del cine de Buñuel y el costumbrismo excéntrico de la
Carmina de Paco León."
Sergi
Sánchez (Fotogramas) "Una
película sobre el deseo femenino -estancado, reprimido, pero finalmente
desbordante- que no se parece a ninguna otra. (…) Puntuación: ★★★★
(sobre 5)"
Alfonso
Rivera (Cineuropa) "Un film
dual, que fascina por momentos y desconcierta en otros, sorprende por su
valentía y da alas a sus personajes"
Diego
Batlle (OtrosCines.com) "Un
sorprendente debut en el largometraje que va de lo individual a lo coral, de lo
concreto a lo sensorial, y encuentra luminosidad incluso en los contextos más
oscuros."
Diego
Lerer (MicropsiaCine.com) "Sorprendente
y original ópera prima (...) Película rara, fascinante, misteriosa, (...) tiene
cosas de muchos otros films pero en realidad no se parece a nada."
Eugenia Rico
Escribir es como viajar: la forma más sencilla de gozar y sufrir mucho en el menor espacio de tiempo. La forma complicada es amar.
(Eugenia Rico – En el país de las vacas sin ojos)
viernes, 18 de febrero de 2022
Cena
Me repito, doy vueltas, giro sobre una o dos ideas, sin dejar de mirarte, te veo.
Me siento, no espero, estoy calmado, mirando cerca y lejos, no te llamo, no te pido, no me canso.
Estoy aquí, lo sabes.
No te cuento cosas que también he hecho ¿no serán importantes?, ¿será que remarco solo aquello que me parece digno de contarte? No te he contado cómo te “veo” por la calle cuando camino. Ni cuando cierro los ojos y estás ahí. O cuando miro al mudo celular. O cuando añoro tanto tu voz. Cuando recuerdo como me acariciaste la espalda hace ya un siglo, me besabas el cuello, tiernamente me besabas los ojos, fuiste muy, muy dulce conmigo.
jueves, 17 de febrero de 2022
Sin un adiós.
Sin un adiós, que mis gatos se
coman su recuerdo…
Lavo su ropa cada dos días,
camisas, calzoncillos, calcetines tendidos en el patio grande. Que las vecinas
no sepan que se ha ido, que piensen que aun duerme junto a mí. Río en la
ventana como reía, que no sospechen que estoy sola.
…su cuerpo me descubrió el mío.
…pongo velas a San Judas Tadeo,
ojalá vuelva.
…lo del dinero se lo perdono.
miércoles, 16 de febrero de 2022
Leslie Caron (1)
Anoche me dormí con el gol de Mbappé
en la retina. A otra cosa. En breve amanecerá. La madrugada es fría hasta la
crueldad. No hay olvido. Leslie Caron me mira con ojos caleidoscópicos a menos
de dos centímetros de la nariz y no sé si me ve a mí o a ese otro que soy
cuando estoy a su lado. Ser/estar. El río suena bajo la ventana, la fuerte
corriente ha empujado a un pez estúpido entre los guijarros, aun salta.
Vida/muerte. No tengo tiempo para lamentos ecologistas debo amar a la mujer
antes que se convierta en artista, antes que llegue el cartero, vea mi coche aparcado en el jardín y los rumores
corran por el pueblo como las cenizas de los rastrojos. Amor/deseo. Tampoco
tengo tiempo para definiciones, me quito la ropa con torpeza mientras Leslie
Caron baila desnuda sobre la mesa de la cocina, que ya son ganas. Estoy a punto
de asesinar mi concepto de la fidelidad, todo sea por la supervivencia del
rescoldo del Eros. Al tema. De locos.
martes, 15 de febrero de 2022
Czesław Miłosz.
Encuentro
Czesław Miłosz.
lunes, 14 de febrero de 2022
Releer.
De madrugada leo con ansia tus mensajes antiguos.
Leo, releo, leo y veo, busco y no encuentro, lo pierdo, lo
reencuentro, voy y vengo por las páginas que me acercan y alejan, imagino un
país que no imagino, la noche cálida de monumentos y zocos.
¿Cómo he podido ser feliz sin conocerte?
Respuesta: mal, incompleto, a tientas, buscando en el aire de
nadie.
Aquí estoy, aprendiendo a vivir en tu distancia.