Levanto
mi copa para celebrar lo que aprendí entonces sobre quién soy yo. De ese
desconocido en mí que a veces sale, me habla, razona, rompe el espejo, quiere
apartar de la puerta las piedras de la rutina, la abre, cauteloso asoma la
cabeza, la cierra, se esconde, es.
Lástima
tener una sola vida.
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