Devuélveme el golpe
y déjame ir
para volver
con una venganza más atroz, más enamorada.
(Gloria Gil Romera)
Has cambiado, cuéntame lo que quieras pero has cambiado.
Me siento y te miro, (léeme como si no me hubieras leído nunca). Quiero hacerlo como espectador, sin implicarme, sin emoción, como un científico. Intento quitarme de encima la ternura pero me cuesta, me doy cuenta que mi mirada no puede ser neutral.
Pero me concentro y te miro (léeme de forma diferente a como me has leído hasta ahora). Trazo líneas, hago cálculos, mido intensidades, me aproximo a tus círculos concéntricos, peso números, intento dejar tu figura bajo el microscopio. Es imposible, no puedo, tu intensidad de mujer rompe los pronósticos, tu luz desborda cualquier intento de encasillarte.
Ahora me levanto y sé que ya no me miras, que no me lees (no sé si me has leído alguna vez, sé que te has leído), que apenas resbalas tu mirada por mi intensa producción de textos, músicas, fotos, vídeos, poemas, blogs, correos. Tampoco me extraña, soy excesivo. Has vuelto a tu ritmo, a esa cadencia de regreso a tu propia vida, a reencontrarte, sin interferencias, sin ataduras, sin condicionantes.
Lo entiendo. Armonizar idiomas es complicado. A veces hablas en un complejo dialecto de las montañas y me pierdo en los matices de la oscuridad. Por otra parte tengo el traductor universal y leo donde no hablas, lo combino con lo que dices y sale un discurso complicado pero claro, entre lo que sé y lo que debería saber, entre lo que me has contado y lo que has callado. O sea, respeto. Me inclino, abro mis brazos, después junto las manos y te entrego mi respeto.
Sin saberlo, o sabiéndolo, hemos entrado en un territorio nuevo donde todo, o bastante, está sin descubrir. Antes de dar ningún paso te entrego la seguridad de qué, por mi parte, mi sentimiento amoroso hacia ti es inmenso, fuerte, cierto, grato, lleno de luz y alegría, bello, agradecido y sin límite de caducidad.
A partir de aquí andaremos o nos quedaremos quietos, esperando. Sea lo que será, no quiero perder nunca el privilegio de mirarte a los ojos y sentir que se me llena el corazón de dicha.
Ahora vuelvo a sentarme y te pienso (léeme hasta en los márgenes, como si me leyeras por primera vez).
Miquel Barceló
• CaixaForum Madrid, Paseo del Prado, 36. 28014 MADRID
• Hasta el 13/06/2010
• De lunes a domingo, de 10.00 a 20.00 h
CaixaForum Madrid repasará los últimos 25 años de trayectoria del artista en una gran muestra que permitirá al espectador vivir la experiencia pictórica de Miquel Barceló (Felanitx, 1957).
La exposición organizada por la Obra Social ”la Caixa” no sólo celebrará los logros de este importante artista vivo de talla internacional en los últimos 25 años, sino que sobre todo ofrecerá al espectador la posibilidad de entender el misterio, la adrenalina y la incertidumbre personal que implica el proceso creativo de Barceló.
Así, esta muestra será clave para poder experimentar de forma coherente y emocionante la obra de Barceló a partir de 140 obras, desde grandes telas creadas a partir del año 1982 hasta las más recientes, pasando por sus piezas cerámicas y escultóricas, sin olvidar las acuarelas, dibujos, pósters, libros y cuadernos de viaje. Todo ello permitirá subrayar el ritmo y la variedad de su trayectoria.
El objetivo de la muestra es que el público pueda vivir la obra de Barceló como una experiencia. Para ello, el artista se ha implicado directamente en la selección de obras, prestando algunas telas de su propia colección que convierten la exposición en un auténtico acontecimiento, y no tanto en una retrospectiva de su trabajo. El público descubrirá su respuesta enérgica al mundo material, su relación con la tradición, sus viajes —físicos y mentales, y a través del espacio y el tiempo—, el uso de elementos insólitos y su representación del mundo humano y animal.
(si pueden )
¡No se la pierdan!