Women Of Paris- The Circus Lover (1885) - James Tissot (1836-1902)
En definitiva, se me ha ido el
color tostado hindú, me duelen las ingles, se me altera la cicatriz de la
operación de apendicitis del 75, por consiguiente sepan ustedes que si nadie lo
remedia este mes se esconderá entre nubes y tormentas, o sol, es igual, vendrán
diciembre, enero, otra Semana Santa y seguiremos compartiendo palabras que se
enreden sin saber muy bien si sirven o son guitarra, barro, ingenio, ideas que
se amontonan o se esfuman en jardines que pasarán del amarillo al verde y así,
sin trascendencia, sin herencias ni transeúntes que exijan su derecho a yo
primero, indiferentes, ya ves, a nadie importa la sucesión, la organización, la
seducción, pájaros, lagartos, grillos, náyades, todo revuelto, un busto en un
nicho, un pórtico anegado, un romántico colgado del mástil de banderas que ya
no, la mirada saciada, las urnas preparadas por si acaso y solo importan las
fiestas, que te vean, la vanidad, el boato, un báculo, decir por decir, la
hierba se ha vuelto mármol y los faunos están pensando en operarse no vaya a
ser que les cambien a la fuerza por leones, por grifos o por eunucos, dragones
y nigromancia, un espejo traidor, el desconsuelo, grillos, la resurrección de
la carne, musgo, sexo, esto no hay quien lo pare, se va otro mes, aprovechen
las horas y el dinero, reserven algo para gasolina y la parada en algún bar de
pueblo para comprar chorizo y almendras, un respiro, no se equivoquen, la vida
seguirá, quizás la de ellos, los obstinados, los que vencieron, mientras tanto
nosotros, los de entonces, los de siempre hablaremos con piedras en la boca
justo en el borde de un abismo oscuro esperando la mano que nos empuje y fin. No
somos nada.
Es el giro eterno de la noria del tiempo. El eje permanece siempre en el mismo sitio y todo lo demás va dando vueltas. Palabras que se repiten, las nubes, las campañas comerciales, el griterío incontrolado y los cuerpos enamorados.
ResponderEliminarCaminaremos bajo las pérgolas del jardín recóndito y nos complaceremos con las violes dubitativas.
La noria del tiempo irá chirriando en su girar. Eunomia, Dice e Irene accionan la rueda, son las Horas incesantes.
Salud.
Pues mira, Francesc Cornadó, ¿qué quieres que te diga?, un comentario precioso. Muchísimas gracias.
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