domingo, 24 de noviembre de 2019

Número 49


Juan Navarro Baldeweg

Ya no recuerdo que pasó en el número 49, excepto que siempre hacía viento y que no había un lugar donde sentarse. No habíamos nacido, la ciudad era gris y negra, serenos ebrios se apostaban en las esquinas y las calles estaban surcadas por ráfagas de estrellas. Tal cual.

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Bilbao, Euskadi
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