viernes, 19 de abril de 2019

Lago 8




En una oscuridad de relojes sin besos, se cernía una primavera desmedida, aún, un horizonte de flores y hojas que brotaban con la complicidad de las estrellas que un día señalamos como nuestras, cincuenta. No pasaba mucho más.

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Bilbao, Euskadi
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