domingo, 1 de abril de 2018

Hay días que no te entiendo nada.



En la dulce, y no por eso menos dolorosa, transición entre sentimiento idealizado, enquistado y el descubrimiento del ser humano pasó un tiempo de amistad, confidencias, risas y algún leve desencuentro.

Un tiempo hermoso, un bello ejercicio para descifrar que lo real era muchísimo mejor que lo soñado.

Hay días que no te entiendo nada.

Ni yo. 

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