viernes, 6 de enero de 2017

Sobre la casa que se llena de ancianos



La casa se ha llenado de ancianos que miran con ojos suplicantes, la distancia depende del destino, no hay camino, amarnos fue un sueño dentro de otro sueño, alargamos los brazos para espantar el miedo, las sombras nos visten sin remordimiento, se marchitan las alas en las sienes turbias, el dolor no cabe en mi costado, he perdido la armonía, la alegría, bebo tristeza como una leche agria, un líquido oscuro de serpientes, no hay caracolas, no hay bestias copulando en la selva, han muerto siete estrellas,  geometría atroz de no ser nada.

No insisto.
En la distancia ha muerto un sueño.
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Bilbao, Euskadi
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