domingo, 10 de julio de 2016

Acalorado




Al principio era la ilusión de intentar literatura, al de un tiempo todo se volvió confuso, incomprensible, lleno de trabajo, de búsqueda de caminos, se borró la arrogancia y los temas a tratar, corrían los días y terminé hablando de escribir pero, escribir ¿qué?, ¿para qué?, ¿para quién?

Persigo un número cualquiera del 1 al 4.000, es solo la primera parte, en el 10.000 lo recordaré con nostalgia en un domingo como este, soleado, en el que se juega la final de un campeonato de fútbol de no sé qué. Del resto del domingo aún no puedo contar nada, lo haré cuando transcurra.

Un pez de dudas me mira en esta pecera demasiado pequeña, o él o yo. Lo peor es ahogarse en la orilla, por eso me tiro de cabeza a mis mares mareados, salgo a nadar a mi Cantábrico, de ahí volveré a casa a gritar delante del televisor, a comer un bocadillo de ilusiones y anchoas. 

Un número cualquiera del 1 al 4.000, en realidad no importa demasiado, importa la rutina, abrir la bitácora y saber que hoy es fiesta, con mucho calor pero fiesta.

Descansen en paz los muertos.
Amén.
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