Vivir es un silencio sin memoria.
Es absurdo lo de alrededor,
la mentira de las luces en las calles,
con aprendices de suicidas que aún respiran
No hay nada más, solo el fulgor,
dolor del alma no comparable con el hambre,
con un cielo mudo. Nadie responde
a las oraciones de los débiles, de los ilusos.
El miedo al guardián armado con un cuchillo
de obsidiana oprime la garganta,
Vendrán días de sangre y mártires,
de peces aturdidos, de piel lejana,
puentes quebrados, sal en los huesos, soledad.
Aun así entre los abedules saltan los pinzones,
el viento trae y lleva historias de enamorados,
de guerreros volviendo por caminos oscuros.
Es agosto en enero, empezamos la historia.
Vivir es una hermosa aventura.
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