jueves, 13 de marzo de 2025

Aquí también llueve


Michael Mcilvaney.
 

Acaricio con mano trémula las noches de insomnio y recuerdos.

Alguien mece la cortina y en el cuenco de mi boca duerme un grito.

Abro las manos de la duda y se me escapa la alegría como una miedosa mariposa amarilla. Estoy removido por dentro, muy dentro, por un afilado y laborioso tenedor de sentimientos alborotados. Borbotean mis entrañas y no entiendo nada. Solo siento – en todos los sentidos, es decir, de norte a sur- todo, lo que hice, lo que no, lo que me queda por hacer, aquello de lo que me abstengo por seguir siendo el que debo ser, el que se espera que sea.

Sigue lloviendo.

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