domingo, 22 de septiembre de 2019

Coincidencia.



A veces, al terminar un libro, al salir de un museo, de un cine, nos embarga una sensación entre alegría, desconsuelo, exaltación, miedo, deseos de compartir la emoción, la experiencia,  la coincidencia de historias, temblores y sentimientos.

Miramos alrededor por si se nos nota en la cara, en la mirada, un temblor en los párpados, un tic en el alma.

Es inútil, los otros pasan en absoluta apatía.

Justo en esa indiferencia nos sentimos diferentes.

Pero no.

Solo que es difícil la coincidencia.

Por eso añoro aquellos momentos de inquietud en el gozo, aquellos en los que la puerta podía abrirse en cualquier momento y sorprender nuestro abrazo ensimismado, el milagroso estremecimiento en el deseo,  cuando fuimos uno.


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