jueves, 6 de junio de 2019

Amor motorizado




El amor viene a traición, como una vespa que en una calle peatonal te atropella por la espalda cuando menos te los esperas” (algo así, escuchado en la televisión).

Quién lo dijo tiene razón porque uno, aquí donde le ven, tan poquita cosa, ha sido arrastrado por motocicletas y otros inventos de motor, millas y millas, levantando polvo y arrastrando el culo por ortigas y otras plantas puntiagudas. Aun así, aun así digo, uno, ese, yo, no se cansa de esperar el ruido del motor traicionero, la motorista engafada, corta de vista, que me lleve colgado del manillar o de la palanca de cambios, yo qué sé, la vida es corta y ya nos arrastran otros por otros fangales.

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Bilbao, Euskadi
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