miércoles, 6 de marzo de 2019

Parker y los pobres.




Parker sabe que algunas personas  no tienen números guardados en cajas, ni sueños, que hablan inglés, alemán, euskera pero no suelen decir hola, o despedirse, o llorar.  Alguien mató el gato que nunca tuvieron y desconfían de los vecinos y de los ausentes, de los que llegan y de los que nunca han estado. Tienen el corazón asediado, las encías enrojecidas, por su frente pasa un río de resentimiento, de sus dedos se desprende un mortecino brillo de infelicidad. Pobres.

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