miércoles, 14 de noviembre de 2018

Parker y el temblor




 Se encontraron en una esquina de su vida hecha de trozos de rutina, allí donde nunca antes habían transitado. A ella le sorprendió la bufanda roja que Parker llevada alrededor del cuello. Él aún no sabía que detrás de aquel rostro cansado estaba la mujer más bella del mundo. La noche se llenó de ranuras, se entretuvieron en acumular monedas de soledad antigua, el resto estaba ya escrito. Abrieron los ojos a la imparable invasión y dejaron las armas celosas en el hilván de un vestido de insomnio, entraron sin miedo en sus propios túneles hasta llegar a las fronteras de la intemperie, temblaron e intentaron el goce.

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