domingo, 22 de julio de 2018

Adam



Solo en la belleza creada
por otros hay consuelo.

(Adam Zagajewski)

Era lunes. El primer muerto que vio P. estaba abrazado al volante del camión, empotrado contra un árbol en una curva traidora. Las vacas que transportaba vagaban desorientadas por la carretera y los prados de alrededor.
El martes P. se incorporó al ejército.
En los siguientes meses vio muchos más muertos.
.
Contar el principio de esta historia, aquí, supone que aunque a nadie le importe, a mi me deja la sensación de haber removido las aguas de lo que pasó y de lo que pudo haber pasado, un coitus interruptus que hace que me sienta frustrado.
Pero seguiré con ella.

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Bilbao, Euskadi
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