lunes, 23 de octubre de 2017

Si Dios quiere



No se vayan a enfadar, la sinceridad no está bien vista, lo sé. Ocurre que el tiempo es desobediente, obstinado, pasa, no se detiene. Así nos quedamos como nos quedamos. Esto tiene que ver con la decadencia. Alguna vez pensé que era diferente. Esto fue hasta que supe que todos somos diferentes. Cierto es que hay algunos más diferentes que otros. Tanto que un día me encontré con que era otro, no el que era, quizás nunca fui aquel, he tenido que caminar hasta este confín para saberlo, con los pies en el agua, llueve ¿soy ese? (sí) No me hagan caso, quizás estoy influido por tanto como escucho, como leo, como veo, como lo interpreto y siento. Me van a permitir el off, un rato. Agur (que se dice aquí), hasta mañana (mi abuela Lucía,  tan poco religiosa, añadía, “si Dios quiere”).
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