lunes, 13 de marzo de 2017

El jardín de la memoria.



Hoy me clavo unas tijeras de pena en una vena del muslo. Me las clavo de nuevo. Y otra vez. Voy dejando gruesas gotas de sangre que forman círculos. Me bajo en la próxima. La busco. Grito su nombre por las alamedas. Me voy a dormir como un clochard sobre los cartones, bajo los arcos de Santa Ana.

Me despierto ahora con la música de violinistas ciegos y estoy desnudo delante de toros negros en campos de aire, de luz, de nada.

¿Qué ocurre?

Ocurre que me aventuro y arropo con cartas inciertas, con simulaciones literarias porque aún no he escrito las palabras que digan lo que pueden decir y escarbo en la raíz de mi escritura hasta encontrar lo no dicho.

Aún no lo he encontrado. 

(No me extraña)
Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com