lunes, 2 de enero de 2017

Por la mañana.



En el Baobab, con L (qué maja), contándonos la vida, las alegrías, las anécdotas, evitando los charcos tristes, amistad. Etc.

Entra M, un habitual, - tiempo sin verte, qué barba te has dejado (digo, por decir algo) – sí, llevo seis meses sin salir de casa (dice, por concretar) – El tiempo que necesitaría para ponerme al día en lecturas atrasadas, películas y series que no he visto, ideas que no he escrito (pienso). Etc.

Entra Alu, nos abrazamos con auténtico cariño, siento por él amistad, afinidad, admiración, amor, añoranza por las charlas matinales que debemos recuperar. Que persona más auténtica, le quiero. Etc.

Salimos, intentamos salir quiero decir, en la puerta cinco chicas monas y maleducadas obstruyen el paso mientras hablan, ríen y me siento A) invisible, B) con auténticas ganas de soltarles  cuatro frescas hasta que el espíritu bueno de estas fechas me sujeta el brazo, la lengua y espero pacientemente a que se atusen las melenas, se decidan si dentro o fuera y ya les vale. Etc. Grrr.

La mañana es fría, deliciosa, con un insólito cielo azul de fin de año y la vida va. Nos despedimos (muá, muá) L vuelve a su trabajo y yo al mío, pasear.  Etc.



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