domingo, 8 de enero de 2017

Parker y el paisaje



Pasar del yo al paisaje tiene el riesgo de perderse en la nieve, huellas aparte. Pero no, se lo dijo, todo, desde el principio.
En aquella habitación fue sincero, en caricias, en palabras, en su desnudez.
No sabía lo de las sospechas, lo de las precauciones, lo elemental.
Una llamada en la puerta.
—Abre, sé que estáis ahí.

En ese momento Parker sabe que el paisaje ha vuelto al yo.
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