jueves, 8 de septiembre de 2016

Parker va y viene.



Se lo dicen todos, no se debe volver a los lugares donde se fue infeliz, capítulo cerrado, recuerdos a varios metros bajo tierra, compañeros desaparecidos. Pero Parker vuelve. Nada es como era. La fábrica es inmensa. Las grúas están en pie. El edificio sigue siendo gris, inhóspito. Entra, no reconoce el vestíbulo, las escaleras, el laboratorio ya no está, todo ha cambiado, incluso su ojo izquierdo ha cambiado. Devuelve la identificación y se duerme sentado en el coche bajo una tejavana temblorosa.

Parker va y viene, adelante, atrás, así no hay manera. 



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