viernes, 12 de agosto de 2016

Luigi Amara


Pedacería nocturna


COMO restos de estatua que en los sueños
me fueron dando tu cuerpo
(así, desperdigado, roto,
y a veces inconexo,
como piezas de tres o más rompecabezas),

flotan después de tanto tiempo unos fragmentos,
piedras quién sabe si de mampostería o de unicel o espuma
que se niegan a hundirse,
llevadas por la turbiedad de tanto oleaje,
chocando contra los arrecifes del cerebro:

un tobillo de pronto, un ojo
entrecerrándose, aquella superficie
blanca y suave en donde habría montado
feliz mi campamento
para explorarlo todo;

piedras insustanciales, frías,
que no logran por fin difuminarse
en la saturación del agua, y reaparecen,
ahora aquí, más tarde allá, falaces,
necias tablas de salvación en medio del insomnio.


Luigi Amara




Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com