jueves, 30 de julio de 2015

El tiempo es así.



El tiempo es así, le da por pasar y pasa. Resulta que mañana termina julio y anda el personal revuelto por volver donde solía o escaparse a lugares menos vistos, más aireados, soleados o meterse en un agujero y escarbar en sus intimidades para intentar encontrarse. Yo qué sé, pero estoy tan agobiado como muchos y necesito oxígeno, necesito saber quién soy dentro de este carrusel de subir y bajar y dar vueltas de campana. O no saber pero estar más tranquilo, sosegarme. Por eso bajo la persiana, unos días, hasta que conozca los nuevos límites, hasta que intuya donde empieza la realidad y donde termina lo que no. Es un trabajo casi imposible pero me dedicaré a ello con toda la intensidad de no hacer nada y esperar que un arcángel, un demonio o alguien así se pose en mi hombro y me dicte nuevos alfabetos para poder decir lo que no digo, para sentir…no, de esto voy bien servido, para perderme en paisajes y horizontes y nubes y acentos y eso, que me voy de viaje, de viajes en realidad.

Este agosto, en el fin de la tierra, tendré limitaciones de conexión (el wi-fi , ya sabes) pero eso no significa que me borre del mapa, no, intentaré conectarme donde buenamente pueda.

Como los niños meto la cabeza debajo de las sábanas y si no me ven no existo. 
Pero sí. 

Saludos.




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