lunes, 24 de noviembre de 2014

La vida es como la recordamos.

“No esperar de la vida para no arriesgarla; darse por muerto, para no morir./Yo no estoy muerto, estoy enamorado.” Bioy Casares.



Del laberinto al treinta y vuelta al principio.

Siempre tengo la sensación de ser un pasajero en el tren inadecuado. La vía y el túnel persisten sin que pueda hacer nada para remediarlo.

La vida es como la recordamos y sentado en una estación desierta pienso en ella (s) sabiendo que no debo hacerlo, que me puedo equivocar y pintar de nostalgia lo que no es sino presente.

Me obstino en ese recuerdo, escribo lo que no debo ya que con una triste mueca vuelve esta punzada en el hígado, alegrándome, entristeciéndome, aún así, la sonrisa perdida en garabatos, pensarla(s), dibujarla (s), estar triste, o parecerlo, peor, querer volver con ella (s) a esa estancia que fue mágica y terminó trágica.

Por favor salgan un momento que estoy terminando de limpiar la sangre del alma.




Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com